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Una vez más el aborto a debate: esta es nuestra realidad

La presidenta Michelle Bachelet firmó un proyecto de ley que despenaliza el aborto terapéutico. Las opiniones de este siempre doloroso tema son diversas, profundas y con argumentos valiosos y válidos, en ambas posiciones.

 

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Por Carolina Palma Fuentealba

El aborto siempre ha existido en nuestra sociedad. Muchas veces oculto, es cierto, y por lo mismo muchos luchan para transparentar una cifra negra de nuestro país: 160 mil se calcula que son los abortos que se realizan al año. Por esa misma razón, algunos grupos presionan para que el aborto terapéutico sea legal, es decir, en 3 causales: riesgo de vida de la madre, inviabilidad fetal y violación.

Si retrocedemos en el tiempo, nos daremos cuenta que el tema del aborto ha pasado por diferentes realidades. En 1931 se legalizó el aborto terapéutico, pero en 1988 se volvió prohibir en el gobierno de Augusto Pinochet. Desde entonces hemos sido testigos de diversos proyectos de ley que han intentado traer de vuelta el aborto terapéutico, todavía sin éxito.

Hace pocas semanas la presidenta Michelle Bachelet firmó un nuevo proyecto de despenalización del aborto terapéutico, que incluye las 3 causales antes nombradas, con bastante repercusión. «Hay que tomar una decisión y no podemos atropellar la dignidad de las mujeres ni prolongar su sufrimiento», dijo la Presidenta. Dentro de este proyecto se contempla orientación médica en cada caso, y el límite para interrumpir el embarazo es hasta las 12 semanas de gestación, pero para las menores de 14 años, se amplía a las 18 semanas.

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¿Qué opinas tú? Según un sondeo elaborado por la empresa de estudios Plaza Pública Cadem a principios de febrero, el 71% de los chilenos aprueba un proyecto de ley que despenalize el aborto en los 3 casos específicos que incluyó Michelle Bachelet. El 60% aseguró que aprobaba abortar en algunas causas, y un 19% en cualquier circunstancia. Y según este mismo estudio, pese a que algunos grupos religiosos rechazan la ley, la mayoría de los que profesan la católica y evangélica estarían a favor del aborto bajo las tres circunstancias.

 

LA REALIDAD DEL ABORTO
El aborto se ha silenciado, al igual que la violencia intrafamiliar y otros temas. La responsabilidad del silencio es de toda la sociedad, y MILES, organización de Derechos Sexuales y Reproductivos, pretende romperlo, promoviendo los derechos sexuales y reproductivos en el país en el marco de los derechos humanos. «El aborto terapéutico justamente tiene por fin mejorar la calidad de vida y la salud física o mental de la mujer, y ella se enfrenta a un problema de salud concreto como es en las tres causales mencionadas. Ni siquiera debiéramos discutir sobre el aborto terapéutico, porque es una necesidad, un asunto médico y de derecho al acceso de la salud en el marco de los derechos humanos y derechos reproductivos», asegura Claudia Dides, directora ejecutiva de MILES Chile.

Sobre la experiencia del aborto en otros países, explica que cuando en Chile no existía el divorcio, las parejas que se separaban tenían que hacer «el show de la nulidad», y la justicia se prestaba para esto. Demostraban con testigos falsos que en realidad nunca habían vivido juntos y una larga lista de cosas absurdas, porque por lo general hasta tenían hijos en común.

«Nuestro país aprobó finalmente el divorcio, y no pasó nada tan terrible, porque cuando una pareja está decidida a separarse, lo va hacer. El divorcio lo que hizo fue ordenar que esto se hiciera de buena manera. En Chile hay cerca de 30 mil egresos hospitalarios de mujeres que han pasado por un aborto. Y probablemente hay muchas que quizás ni siquiera llegan a los hospitales porque están tomando Misotrol sin una guía médica. Esto quiere decir que hoy, siendo un delito con cárcel, hay miles de mujeres que deciden hacerse un aborto y se lo harán a como de lugar», asegura Claudia Dides.

También cuenta que «lo que ha pasado en la mayoría de los países donde es legal la interrupción del embarazo por opción personal de la mujer, es que se transparentan las cifras; la mujer recibe consejería y apoyo y se realizan fuertes campañas de educación sexual, así como el mejoramiento de las atenciones para regular la fertilidad o como antes se le llamaba planificación familiar. Al no haber un delito, la salud mental de las mujeres mejora, puesto que ya no se está en un contexto de clandestinidad. El Estado se hace cargo de este tema de forma seria e integral».

Pero no es sólo esto. Creen que el problema comienza justamente porque en Chile no hay educación sexual, no se promueve realmente el uso de anticonceptivos, y los más conservadores se espantan cuando hablamos de educar sexualmente a la gente. «Si ellos no quieren prevenir un embarazo no deseado, de forma indirecta están fomentando el aborto ilegal. Esto es un hecho real», enfatiza Claudia, y explica que es importante que se legisle y no sólo se despenalice, para que estas mujeres y todas las que en el futuro enfrenten estos problemas, tengan apoyo y toda una estructura preparada para atender estos casos que, siempre, son dramáticos. «Creemos, eso sí, que el proyecto actual tiene una falencia que es urgente corregir: la causal de riesgo para la mujer hay que ampliarla a razones de salud, porque hay mujeres que al padecer una enfermedad de base como cáncer, lupus o un sin número de patologías, si quedan embarazadas deberán interrumpir sus tratamientos médicos que suelen ser muy invasivos y que no siguen justamente por el embarazo».

 

Sigue en página 2…

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