Colombina Parra es reconocida por su largo trabajo musical, sin embargo, en este momento se encuentra explorando una beta que guardaba secretamente en la intimidad de su hogar. Colombina pinta y se lo tenía bien guardado.
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Estuvimos con la artista hace unas semana en la muestra de “Black Otom” -realizada en Casa Mutt– donde pudimos conocer una serie de pinturas desarrolladas durante el otoño recién pasado.
Las pinturas se mezclan con música y más. Además, Colombina nos contó que tiene listo su nuevo disco llamado “Otoño Negro” y que está ligado a esta completísima obra.
¿Cómo fue el proceso creativo? ¿De dónde vino la necesidad de crear esta serie de pinturas?
Nació durante el otoño pasado. Yo estaba viviendo sola después de 20 años de convivir con mucha gente y empezaron a caer las hojas alrededor de la casa. Me quedaba horas pegada mirando lo que pasaba alrededor con las hojas, el caos que se producía y lo que yo estaba viviendo interiormente, reencontrarme con los sonidos, los colores, etc. Nació en mí la necesidad de pintar las hojas que caían. Fue como una fusión de lo que me pasaba y lo que veía. Las hojas después se fueron transformando en movimientos de viento y ahí comencé la serie de vientos y luego manchas que tenía que ver con el otoño visto desde el infinito. Todo tiene que ver con el otoño y un poema de Verlaine que habla del otoño y que mi papá me leía siempre cuando niña. Así salió todo esto, muy naturalmente.
Ya antes habías hecho pinturas, ¿por qué decidiste que esta serie sí debía ser expuesta?
Porque siempre me lo guardaba para mi, ahora me atreví a mostrarlas. Comencé publicándolas en Facebook y empezó a haber un feeedback con la gente. Comenzaron a llamarme, a pedirme por encargo. Hubo una persona que incluso me dijo que una de las obras la había sanado, fue una conexión súper fuerte, eso me hizo pensar que lo que estaba pintando ahora tenía mucho más sentido. Así que me atreví a mostrarlas, descubrí que lo que yo hago y siento también le puede servir a otras personas. Y así comencé a pintar.
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¿Esta etapa tiene que ver con algo que escuché sobre momento de retiro de la música e introspección?
No dije que me iba a retirar, aunque siempre me retiro por ratos por eso me fui a vivir a la montaña. Decidí vivir ahí porque necesito retirarme un rato para hacer la música. No puedo vivir todo el tiempo con el ruido. Fue una especie de retiro. De vivir la soledad y la tranquilidad.
¿Te gustaría seguir con la pintura?
Me encantaría continuar con la pintura, es algo que para mí desde niña ha sido un impulso. Lo que no puedo decir con la música y las canciones lo expreso pintando con las manos. La idea también es mezclar la música, pintura y poesía. Incluso mi último disco se llama “Otoño Negro”, son las canciones que hice mientras paraba de pintar. Tomaba la guitarra y salían canciones que se amarran con esta muestra. El disco está listo solo falta editarlo.