La tecnología se mezcla con la danza en esta propuesta del Ballet de Brooklyn. La compañía está ensayando escenas de El Cascanueces, como cada año, pero esta vez hay una diferencia: los tutús están equipados con luces LED que responden al movimiento de los bailarines.
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Lynn Parkerson, directora del Ballet, está colaborando con un equipo de diseñadores de vestuario, compuesto por Avram Finkelstein, Nick Vermeer y Bill Ward, para convertir la idea en realidad. De hecho, la compañía lanzó una campaña en Kickstarter (que resultó existosa), de manera que muy pronto estarán en camino estos tutús con LED.
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La producción se centra en dos escenas icónicas de El cascanueces: la “Llegada de Drosselmeyer” y el “Vals de los copos de nieve”. Se trata de que la próxima vez que la obra estrene temporada, el público pueda ver una mezcla de lo tecnológico y lo artístico, dándole más importancia a lo segundo, obviamente.
De hecho, la puesta en escena estará impregnada de la calle, de la danza moderna e incluso de estilos africanos. El bailarín que interpreta a Drosselmeyer lleva un traje que también está equipado con LEDs, mientras que otros integrantes del elenco llevan chispas de luz en el pelo, que también responden al movimiento.
¿Qué tanto aporta un vestuario como este a la escena, a la estética de la danza? Seguramente no mucho. Es decir, la danza funciona por sí misma, es una experiencia que no requiere de mayores artificios. Pero así como la escena se enriquece con vestuario y escenografía, la combinación de lo anterior con este recurso sin duda será interesante.