A comienzos de los 70, un buen puñado de artistas andaba pululando por ahí en la búsqueda de alguna casa discográfica que les diera la oportunidad de dar a conocer su música al mundo entero. Sin embargo, muchas de sus propuestas eran rechazadas por los más grandes de la industria por ser demasiado “distintas” o muy arriesgadas.
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En esos años, exactamente hace 40, Richard Branson (foto), un rebelde joven inglés, fundaba Virgin Records, la casa disquera que le dio cabida a todos esos músicos más bien “alternativos” que otros rechazaron. Y su primera apuesta fue nada más ni nada menos que el disco Tubular Bells de Mike Oldfield, el cual incluyó el inolvidable tema de la película “El Exorcista”. Luego de que la película se estrenara, las ventas del álbum se elevaron, convirtiéndose en el primer gran acierto de la compañía.
Pero no fue hasta 1977 que la disquera obtuvo el reconocimiento y prestigio mundial, cuando firmaron con la banda Sex Pistols. Desde entonces, Virgin pasó a ser una de las más importantes vitrinas musicales de la música más cool y original de esos años. The Human League, Culture Club o Simple Minds son sólo algunas de las agrupaciones que formaron parte de la discográfica.
A medida que la música cambiaba a través del tiempo, Virgin Records se adaptó a las nuevas tendencias, innovando y dando a conocer al mundo entero la música de artistas que -hasta ahora- siguen vigentes. The Rolling Stones, The Smashing Pumpkins, Janet Jackson o incluso Spice Girls han sido parte de este sello que, siendo sólo una de las marcas del conglomerado Virgin, continúa manteniendo la esencia que Branson le confirió en un principio.
Fuente: El País