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Ha habido numerosos intentos por encontrar un fármaco que ayude a las mujeres a recuperar su deseo sexual, pero hasta la fecha todos han fracasado: ya sea por su inocuidad o por sus peligrosos efectos secundarios. Sin embargo, un nuevo ensayo clínico ha testeado las píldoras Lybrido y Lybridos, dos nuevos medicamentos hermanos desarrollados por el doctor holandés Adriaan Tuiten, que tienen todas las papeletas para convertirse en las primeras píldoras para despertar el deseo sexual femenino que se vendan en farmacias. Algo que podría ocurrir, si todo va bien, en 2016.
Aunque las píldoras como las que está tratando de comercializar el doctor Tuiten reciben el nombre de «Viagra femenina», su fundamento es muy distinto al del exitoso fármaco de Pfizer. El Viagra sólo afecta a los hombres en el plano físico, logrando provocar la erección. Pero eso no basta para solucionar la disfunción sexual en las mujeres, algo que saben bien los farmacéuticos, que han fracasado repetidamente al intentar emular los efectos del Viagra en mujeres. El problema sexual de ellas no es físico, es psíquico, y su píldora tiene que funcionar en el plano cerebral.
Hay varios neurotransmisores que juegan un papel fundamental en el deseo sexual, pero hay dos especialmente importantes: la testosterona, que provoca la segregación de dopamina, y la serotonina, que hace que su presencia disminuya. La clave para un correcto funcionamiento sexual parece residir en un correcto balance de ambos neurotransmisores. Y es en este plano donde tratan de actuar las píldoras del doctor Tuiten que, en resumidas cuentas, sirven para elevar temporalmente los niveles de dopamina, logrando así que aumente la excitación.
Ambas píldoras contienen una cobertura de testosterona, con sabor a menta, pero dentro su composición es distinta. Lybrido contiene un compuesto similar al de Viagra, que aumenta el flujo sanguíneo en los genitales, algo que ayudaría a la testosterona a aumentar el deseo. Lybridos, por su parte, incluye un compuesto llamado buspirone, una medicina usada originalmente para combatir la ansiedad. Si se toma a diario aumenta los niveles de serotonina, pero, paradójicamente, al tomarla en un primer momento su efecto es el contrario: suprime los niveles de serotonina en el cuerpo, algo que conllevaría a su vez un aumento de la dopamina.
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