Todo mundo decimos, me incluyo, “quiero encontrar a mi media naranja”, la verdad es que la expresión es muy dulce y jugosa, pero ¿por qué no decimos? “quiero encontrar a mi media manzana, pera o sandía” La verdad es que hasta hace unos días desconocía de donde salió esta expresión y la verdad mi idea de su origen no estaba nada cercano a la realidad.
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Parece que la primera alusión al concepto de la búsqueda de la “media naranja” en alusión a nuestra “pareja ideal” apareció en la obra El banquete, de Platón. En el libro, tras un copioso festín, Aristófanes cuenta a los asistentes que, en una época remota, los humanos eran seres redondos, con 4 brazos y 4 piernas, además de dos rostros. Y que existían tres tipos: el varón doble, la mujer doble y el hombre-mujer (andróginos).
Aquellos individuos quisieron enfrentarse a los dioses y escalar el cielo, pero Zeus los castigó cortandolos en dos. Desde entonces, narraba la obra de Platón, cada mitad busca a su otra mitad para fundirse con ella para siempre en un abrazo ¡aww que romántico!