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La infidelidad del varón y la disfunción eréctil son dos terrenos plagados de mitos sobre la masculinidad y las relaciones de pareja. Ya algunos estudios realizados–como el que publicó en julio de 2011 un grupo de investigadores de la Universidad de Indiana, EE UU– confirmaban una cierta tendencia de los varones con dificultades para lograr la erección con su pareja a «probar afuera», con la ilusión de «confirmar su masculinidad». Esto hace que los varones con disfunción eréctil tengan una tendencia a la infidelidad un 6% por encima que el resto.
«En realidad –afirma el urólogo argentino Fabián Gómez–, eso parece más fácil que asumir que se tiene un problema de disfunción eréctil; pero en la enorme mayoría de los casos esa conducta no resuelve el tema, sino que lo confirma».
De acuerdo con datos extraídos del análisis de las historias clínicas de aproximadamente 3 mil pacientes atendidos en centros del Boston Medical Group en Argentina, considerados a partir de 2010 hasta el presente, el 56% de los hombres que consultan por un problema de disfunción eréctil han tenido relaciones fuera de su pareja habitual.
«De todos ellos, el 38 por ciento han realizado lo que llamamos ‘prueba empírica de potencia sexual’: al fallar en su casa, el paciente hace una ‘prueba’ fuera de su hogar para saber si la disfunción eréctil obedece a problemas con su pareja estable o no», señala el especialista.
Lejos de solucionar el inconveniente, la mayoría de las veces esa «prueba empírica» no hace sino dejar en claro la seriedad del caso: «Nuestra estadística aproximada dice que en un 90 por ciento de los casos, el problema es de origen orgánico, y en un 10 por ciento es psicológico», apunta el especialista. Y está claro que un cambio de pareja o de ámbito no puede solucionar un problema de origen orgánico.
Ahora bien, ¿qué significa decir que el problema es orgánico? «Básicamente los factores que afectan a la función eréctil afectan también a la vida y a la salud en general –explica el doctor Gómez–. Son las enfermedades cardiovasculares, el hecho de fumar, patologías previas como la diabetes, la hipertensión, el exceso de colesterol, el sedentarismo, la mala alimentación. Y casi nunca encontramos un paciente de más de 45 años de edad que no tenga alguna de estas causas concomitantes».
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No existe ninguna solución «mágica» para este problema, y lo que la persona debe hacer es consultar cuanto antes a un centro especializado en la atención de patologías sexuales, «porque cada paciente es distinto, porque lo primero que hay que hacer es evaluar los antecedentes, hacer un diagnóstico adecuado y darle a cada cual un tratamiento específico».
El especialista asume que también es muy frecuente la automedicación con la famosa «pastilla azul» y otras similares: «Además de que no en todos da resultado –explica Gómez–, es un enorme riesgo automedicarse, teniendo en cuenta los factores de riesgo que hay detrás de la mayoría de los casos de disfunción eréctil. Cuando hay una disfunción es imprescindible el diagnóstico».
Las dificultades para la erección pueden ser –y de hecho son– un indicador precoz a través del cual el organismo «avisa» que algo no anda bien en la salud en general. Un diagnóstico de diabetes, de hipertensión o de un problema cardiovascular hecho a tiempo puede salvar la vida, y muchas veces ese diagnóstico se realiza a partir de una consulta por disfunción eréctil.
Fuente: con información de ANDigital