La jornada final del Festival de Viña del Mar tuvo uno de sus puntos más altos. Gracias a una jugada de Chilevisión, lograron enganchar al público y que disfrutara de los artistas.
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Un cambio de última hora fue la que le dio el triunfo. Bombo Fica fue el encargado de abrir el festival, poniéndose a la cabeza de los shows humorísticos de este año. A pesar de que era una rutina probada, y más de alguna vez le habíamos escuchado los chistes, logró sacar carcajadas al “monstruo”, quien lo premió con las dos Antorchas y dos Gaviotas. Además, la audiencia le otorgó el máximo de sintonía en todo el festival: un peak de 52 puntos de rating.
Luego de ello vino José Luis Perales, quien logró encantar con todas sus canciones de trayectoria. Ya habíamos tenido un adelanto en su dúo con Marc Anthony, pero con melodías como “Quisiera decir tu nombre”, el público le brindó su respeto y le entregó los cuatro premios.
Por último, apareció el plato fuerte, con Juan Luis Guerra, que trajo todos sus grandes éxitos como “La bilirrubina” y, por lo mismo, desde la primera canción el “monstruo” se rindió a sus pies. A pesar de que algunas canciones calificaban como “cristianas”, igual los presentes bailaron sin prejuicio alguno.
El único punto negro ocurrió al final, donde el pobre manejo de los animadores les pasó la cuenta. Rafael Araneda y Eva Gómez se llevaron el repudio del público que terminó gritando “Antonio, Antonio”, cosa que no pasaba desde la presentación de Ricardo Montaner en 2005.
Un festival que dejó mucho que desear. Simplemente, para el olvido.