Hay historias que no se planean, simplemente se heredan, se sienten y, con el tiempo, florecen. La de Brenda, cantautora ecuatoriana de 29 años que entrevistamos, empezó mucho antes de los escenarios y los aplausos. Empezó en casa, escuchando cantar a sus abuelos, aprendiendo melodías sin conservatorios y entendiendo, desde niña, que la música no siempre se estudia, sino que se vive.
Criada entre dos mundos, con una madre guayaquileña y un padre otavaleño, Brenda creció rodeada de boleros, pasillos, sanjuanitos, bombas y yaravíes. Esa mezcla no solo marcó su oído, sino también su identidad. “Yo no estudié música. Aprendí escuchando y cantando”, cuenta, y ese origen hoy se convierte en su mayor fortaleza.

La esencia de Ecuador llega a Viña del Mar
En 2026, Brenda será la artista que representará a Ecuador en el Festival de Viña del Mar, uno de los escenarios musicales más importantes de América Latina. La ecuatoriana no llegó por azar, ella lo logró por su constancia, trabajo y convicción.
Brenda apostó por componer música inédita desde la identidad ecuatoriana, fusionando ritmos tradicionales con sonidos contemporáneos. Así, postuló por primera vez para ser parte del Festival de Viña del Mar 2025, con el tema En la Tierra. Aunque no fue seleccionada, este año volvió a intentarlo con su canción Capullito, el tema que oficialmente le abrió las puertas.
“Para mí fue una validación enorme como compositora. Les gustó la canción, una propuesta distinta, algo que no habían escuchado antes”, dice con emoción. En Viña, Brenda no solo competirá, sino que mostrará al mundo una nueva forma de fusionar sonidos ancestrales con elementos modernos.
Capullito: del amor romántico al amor propio
Capullito nació desde un amor intenso, casi desbordado, pero con el tiempo su significado floreció. “Ahora me la canto a mí”, dice Brenda y la interpreta como un himno de amor propio que invita a más personas a reconciliarse consigo mismas, recordándonos que enamorarse es hermoso, pero amarse de forma auténtica lo es aún más.
El tema que está listo para florecer en el Festival, se inspira en coplas cayambeñas y se sostiene sobre una base rítmica de bomba y sanjuanito, dando como resultado una canción que conecta de forma natural con niñas, niños, jóvenes y adultos.
Prepararse para Viña: cuerpo, mente y corazón
Brenda reconoce que este será el escenario más grande de su carrera hasta ahora. Por eso, su preparación trasciende lo vocal; ella está construyendo un show integral que combina ensayos físicos, trabajo escénico, coreografía y, sobre todo, una decisión emocional clara y consciente: vivir y disfrutar plenamente el presente.
“Escribí una frase y la veo todos los días: ‘disfruta tu momento’. Esto pasa una sola vez en la vida”, cuenta. Para ella, Viña no es solo una competencia; es un regalo que se recibe con gratitud y responsabilidad.
Además, la propuesta de Brenda no se limita a la música. Brenda nos adelanta que, en Viña del Mar, también busca representar a Ecuador desde lo estético, trabajando con diseñadores nacionales para mostrar una imagen contemporánea, moderna y poderosa, sin perder la raíz.

Ser mujer, liderar y hacerse escuchar
Como muchas mujeres en la industria musical, Brenda enfrentó el desafío de abrirse paso en espacios dominados por hombres. No desde la confrontación, sino desde el conocimiento y la participación activa.
“Me involucré en los procesos, aprendí, pregunté y entendí. Hoy lidero mi equipo”, afirma. Su experiencia demuestra que la voz femenina se fortalece cuando se reconoce como creadora y gestora de su propio proyecto.
La inspiración detrás de su música
La música de Brenda nace de un viaje profundo hacia adentro y hacia sus raíces. Su inspiración se teje entre la memoria familiar, la vivencia territorial y la búsqueda personal de identidad entre la Costa y la Sierra. Así, sabiéndose mestiza y después de experimentar sus culturas, hace que las regiones dialoguen en cada canción.
Desde allí, Brenda transforma ritmos tradicionales en relatos íntimos que hablan de sanación, amor propio y pertenencia, demostrando que es posible honrar el origen al reinterpretarlo para crear una voz auténtica y contemporánea.

Las mujeres que la impulsan y su mensaje
Su mamá y su abuelita Teresa son sus pilares. Mujeres de la Costa y la Sierra que enfrentaron la vida con valentía, trabajo y perseverancia. “Ellas me enseñaron que, aunque tengas miedo, igual lo haces”, dice Brenda.
Esa enseñanza atraviesa su música y su mensaje, porque no hay límites cuando crees en ti. Brenda no duda y nos comparte que “todo lo que sueñas está detrás del miedo”, una frase que te anima a luchar por tus objetivos.
Asimismo, ser auténtica, elegir libremente, no encajar por obligación y abrazar la identidad propia es, para ella, el verdadero acto de valentía. “Ser tú misma es lo que te hace destacar”, asegura.

Lo que se viene el próximo año
De cara a 2026, Brenda se proyecta como una artista en plena transformación. Entre nuevos lanzamientos, un EP inédito y la exploración de más ritmos del Ecuador, su aspiración es seguir creciendo sin perder la raíz que la sostiene.
Su historia no habla de perfección, sino de persistencia, de miedo convertido en motor y de identidad convertida en música. Así, Viña del Mar será un hito, pero no una meta final, porque para Brenda, es apenas el inicio de un camino en el que busca expandirse y llevar la identidad ecuatoriana cada vez más lejos.
