La solidaridad ecuatoriana cruzó fronteras. Lavinia Valbonesi, Gestora de la Fundación ANA, fue galardonada en Madrid con el Premio Influencia Hispana 2025 en la categoría Solidaridad, uno de los reconocimientos más importantes de Iberoamérica que destaca a quienes transforman realidades a través de su impacto social.
PUBLICIDAD
El premio, que este año también distinguió a personalidades como Lilian Tintori, Gastón Acurio y Vicente del Bosque, reconoció el liderazgo y compromiso de Valbonesi con el desarrollo y bienestar de las mujeres en Ecuador.
350.000 historias de transformación
Desde la Fundación ANA, Lavinia ha impulsado programas de formación, salud mental y emprendimiento que han beneficiado a más de 350.000 mujeres ecuatorianas. Su labor ha inspirado procesos de cambio sostenibles en comunidades de todo el país, promoviendo la independencia económica, el bienestar emocional y la confianza en el propio potencial.
“Este reconocimiento no es una meta alcanzada. Es una motivación para seguir, para seguir creando, inspirando y abriendo caminos. Porque al final, de eso se trata: de dejar huella, de tocar vidas y de seguir construyendo esperanza”, dijo emocionada Valbonesi durante su discurso en Madrid.
Un mensaje de esperanza que inspira
Con su característico tono cercano y optimista, Lavinia subrayó que el premio no es solo suyo, sino de todas las mujeres que han decidido reinventarse: “Ellas son las verdaderas protagonistas. Las que demuestran que el cambio empieza con una decisión, y que cuando una mujer se atreve a creer en sí misma, todo a su alrededor empieza a transformarse”.
Sus palabras resonaron como un llamado a la acción colectiva, recordando que los grandes cambios nacen de pequeños pasos sostenidos por la fe, la empatía y la colaboración.
Un reconocimiento que trasciende fronteras
El Premio Influencia Hispana 2025 no solo celebra el trabajo de líderes visibles, sino también de las comunidades que crecen detrás de ellos. En el caso de Lavinia Valbonesi, el galardón simboliza una causa compartida: la construcción de un Ecuador más justo, inclusivo y solidario, donde cada mujer tenga la oportunidad de escribir su propia historia.
Su mensaje desde Madrid se convirtió en un eco de esperanza que traspasó continentes. Y con cada paso, reafirma que el verdadero poder de la influencia está en transformar vidas con amor, empatía y propósito.