¡Querida viajera! ¿Buscas un destino vibrante, lleno de color, historia y sabor que te haga sentir viva? Guayaquil, la majestuosa Perla del Pacífico, cumple este 9 de octubre 205 años de independencia.
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Guayaquil es una ciudad llena de mujeres hermosas, luchadoras e independientes. De hecho, la provincia de Guayas, a la que pertenece Guayaquil, alberga el mayor número de madres en el país, con más de 1.1 millones.
Esta ciudad, con su energía inigualable, te espera para ofrecerte una experiencia que irá más allá de lo turístico. Te enamorarás de sus paisajes, su gente y de cada rincón que te hará vibrar. ¡Empecemos este recorrido juntas!
El Malecón 2000, un abrazo al río Guayas
Nuestro viaje comienza en el corazón de la ciudad: el Malecón 2000. Este icónico paseo de 2.5 kilómetros es el lugar perfecto para conectar con el pulso de Guayaquil.
Se sugiere visitarlo al atardecer, cuando el sol pinta el cielo de colores cálidos y el río Guayas brilla con una magia especial. Es el momento ideal para caminar tranquilamente, sentir la brisa en tu rostro y maravillarte con el Hemiciclo de La Rotonda, un monumento que nos recuerda la histórica reunión entre Simón Bolívar y José de San Martín. Si buscas una vista de ensueño, sube a La Perla, la noria más grande de Sudamérica.
Desde sus 57 metros de altura, podrás capturar las mejores fotografías y sentirte en la cima del mundo.

Las Peñas y el Cerro Santa Ana, la historia que sube por sus escaleras
A un costado del Malecón, te espera el barrio más bohemio y colorido de la ciudad: Las Peñas. Sus casas de madera, restauradas y pintadas con colores vibrantes, albergan galerías de arte, pequeños cafés y bares encantadores. Pero la aventura no termina allí.
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A continuación, el Cerro Santa Ana te invita a conquistar sus 444 escalones. A medida que subes, cada paso es una recompensa. Te encontrarás con tiendas de artesanías, bares que te invitan a un descanso y murales que cuentan la historia de Guayaquil. Al llegar a la cima, serás recibida por el Faro y la pequeña capilla, donde la vista panorámica de 360 grados te dejará sin aliento. Es un momento de pura satisfacción y conexión con la ciudad.
Encuentros mágicos y sabores inolvidables
No puedes dejar Guayaquil sin vivir un par de experiencias únicas. El Parque de las Iguanas, frente a la Catedral Metropolitana, te permitirá conocer de cerca a sus habitantes más curiosos y relajados: cientos de iguanas que deambulan libremente. Es una experiencia asombrosa que te conecta con la naturaleza en medio del bullicio urbano.

Isla Puná, el refugio secreto
Si anhelas un escape total, la Isla Puná es tu próximo destino. A solo 50 minutos en lancha desde la parroquia de Posorja, este paraíso natural te ofrece un cambio de ritmo. Aquí la protagonista es la paz y la naturaleza. Puedes hacer un paseo en lancha para avistar delfines que juegan en las aguas del golfo, explorar los misteriosos manglares y sus aves, o simplemente relajarte en sus playas, como la de Subida Alta. Es el lugar perfecto para desconectar, meditar y recargar energías.

Parque histórico, un viaje al pasado y la naturaleza
Si buscas un escape de la urbe, el Parque Histórico de Guayaquil te ofrece un viaje en el tiempo y un encuentro con la naturaleza. A solo unos minutos del centro, este parque temático te transporta a tres épocas distintas: el área de la zona urbana recrea la arquitectura de antaño, el área de la zona rural muestra las casas de las antiguas haciendas cacaoteras, y el área de vida silvestre te permite observar especies nativas en su hábitat. Es el lugar perfecto para un paseo relajado, aprender sobre la historia y la biodiversidad de la región.

Malecón del Salado, un atardecer mágico
Guayaquil te regala otro espacio mágico para disfrutar al aire libre: el Malecón del Salado. Ubicado a orillas de un estero, es ideal para una caminata tranquila o un paseo en bote al atardecer. La vista de la puesta de sol, con los colores reflejándose en el agua, es un espectáculo digno de admirar. Además, en este malecón encontrarás la Plaza del Marisco, donde puedes disfrutar de la frescura de la gastronomía local en un ambiente animado.

Y por supuesto, la gastronomía. Guayaquil se conquista por el estómago 😋. No te vayas sin probar un delicioso encebollado, el plato más emblemático de la ciudad. Para algo más consistente, el arroz con menestra y carne asada te dará la energía para seguir explorando. También puedes deleitarte con los sabores del mar, como un fresco ceviche o la icónica cazuela marinera.