Los duques de Sussex, el príncipe Harry y Meghan Markle, sin duda son los consentidos de la reina Isabel II.
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Y es que la monarca ha sorprendido a la pareja a dos meses de su boda con un nuevo regalo: nada más y nada menos que un castillo.
Se trata de Adelaide Cottage, el cual además tiene un significado muy especial para la pareja, pues se encuentra ubicado en el interior del Castillo de Windsor, locación donde el pasado 19 de mayo se casaron.
Esta residencia fue levantada sobre una construcción anterior en 1831 como un refugio de esparcimiento para la esposa de William IV, la Reina Adelaide, de ahí el nombre del lugar. Pero también fue más recientemente la residencia de Peter Townsend, asistente del rey Jorge VI y amante de la difunta hermana de la reina, la princesa Margarita.
Cuenta con una chimenea greco-egipcia de mármol y un dormitorio principal con «techo abovedado con delfines dorados y ornamento de cuerda reutilizado del navío Royal George, de 1750», según Historic England. Tiene dos plantas en parte del edificio y tejado de pizarra.
Con una finca prácticamente rodeada de árboles, el nuevo hogar de los duques de Sussex garantizará la privacidad de la pareja, que vivirá a unos 50 minutos en auto de Londres.