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Adictas al azúcar: por qué no podemos dejarla, los peligros y posibles remedios

Un 67% de los chilenos tenemos sobrepeso, trayendo de la mano una serie de enfermedades asociadas. ¿Lo dulce “te llama” todos los días? Quizás sufres de algún transtorno de la conducta alimentaria.

 

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Por Carolina Palma F.

Desde que recuerdo he amado comer; es como mi primer amor. Mis favoritos son los chocolates, especialmente los blancos, el helado de manjar y la tortas de mil hojas. Nunca pensé que era un problema hasta que cambió mi metabolismo, y me veo obligada a comer mucho menos si pretendo estar algo digna, físicamente hablando. Supe que el azúcar era la culpable de todos mis males, hasta de mis alergias, así que intenté dejar de consumirla tantas veces que ya no recuerdo, y la verdad es que hasta ahora lucho por dejarla, mintiéndome con la idea de que me entrega algo de felicidad y que comer un poco todos los días no afectará mayormente mi cuerpo. Craso error. Y esto se vuelve peor. Haciendo una encuesta que aparece en el sitio de Comedores Compulsivos Anónimos de Chile (http://comedorescompulsivos.cl), me di cuenta de que soy uno de ellos. ¿Y tú?

Para que analices si sufres de este transtorno, responde algunas de estas preguntas: ¿Tienes habitualmente atracones de comida? ¿Te das parrandas de comida sin razón aparente? ¿Tienes sentimientos de culpa y remordimiento después de comer en exceso? ¿Dedicas demasiado tiempo y atención a la comida? ¿Comes con mesura delante de otros y luego compensas por ello cuando estás solo? ¿Está tu peso afectando tu manera de vivir? ¿Has tratado de hacer una dieta por una semana sin haber logrado la meta? ¿Comes cuando no tienes hambre? ¿Sientes ansias de comer a una hora definida del día o de la noche, aparte de la hora de las comidas? Bueno, si contestaste «si» a más de tres preguntas, es probable que tengas problema de comer en exceso, compulsivamente, o que lo tendrás en un futuro cercano.

OK. Somos muchos. De hecho, según la última Encuesta Nacional de Salud, un 67% de la población –unos 9 millones de personas– tenemos sobrepeso. Y según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Chile es el sexto país con mayor obesidad infantil. Grave.

NO PUEDO PARAR DE CONSUMIR AZÚCAR, ¿O SÍ?

¿Qué nos lleva a comer tanto? Al parecer la razón es que cuando se come se libera dopamina, una hormona que entrega una sensación de gratificación alucinante. En un experimento en ratas se comprobó que las obesas tienen menos receptores para esta sustancia de dopamina debido a que las dietas altas en grasas y azúcar producen una disminución de este circuito de recompensa de comida. Entonces, para sentir el mismo placer, tendemos a comer más. Un círculo vicioso.

La ingesta compulsiva se da cuando comemos grandes cantidadades de alimento, incluso sin hambre, y usualmente se hace en privado. Afecta mayormente a las mujeres, quienes sufren con el efecto yo-yo. Las causas varían ampliamente, desde físicas hasta emocionales. Y las consecuencias son problemas como la diabetes, presión alta, problemas al corazón, gastroenteritis, problemas musculares, colesterol alto, obesidad, etcétera. Si hablamos de tratamientos, existen muchos con éxito que contemplan un equipo multidisciplinario, compuesto desde nutricionistas hasta sicólogos, para lograr identificar la fuente de miedo de la persona, que la lleva a comer.

En nuestro país, diversos centros ofrecen tratamientos para la obesidad, pero finalmente es uno quien decide cuándo y cómo. Lo importante es desarrollar la fuerza de voluntad, como la llaman, y creer en uno mismo, como se recuerda en Comedores Compulsivos Anónimos de Chile, quienes llevan alrededor de 11 años funcionando, pero en el mundo más de 50. «Somos más mujeres, de todas las profesiones, barrios, edades, pesos, que tenemos en común que somos adictas a la comida», nos cuenta la secretaria de la organización, quien quiere mantener su anonimato pero que se reconoce comedora compulsiva.

El programa que utilizan es el mismo que usan los Alcoholicos Anónimos, dividido en 12 pasos, en sesiones bien definidas, donde cada uno relata su historia y se lee literatura aprobada por organismos internacionales. «Después de refugiarse en la comida, uno se da cuenta que no ha lidiado con lo que debe. Con los atracones hemos evadido la vida. Aquí maduras mucho, porque todo pasa por la emocionalidad, el programa te ayuda a enfrentar la vida», relata.

El problema para ella es a nivel emocional, espiritual y físico; lo define como alergia, porque cuando se come mal, principalmente azúcar o harina refinada, es difícil parar, no hay fuerza de voluntad que valga. Se trabaja mucho con la frase «sólo por hoy», porque si uno piensa que nunca más se comerá algo, se tiende a volver loca.

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