Por: Julio Madariaga
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¿Cómo conectar con mi audiencia y con qué herramientas puedo hacerlo? Podría ser una de las preguntas que rondan por la cabeza de diseñadores y directores creativos antes de presentar una colección.
Una pregunta que puede jugar a favor, o convertirse en un completo desacierto por la prisa de satisfacer a la viralidad y a la necesidad de “mantener una presencia digital”.
En este segundo día fuimos testigos de cómo esa pregunta encontró respuestas favorables y desfavorables sobre la pasarela. Por un lado, las narrativas estructuradas y sólidas que reflejan identidad, emoción y deseo; y, en la otra cara de la moneda, las que juegan al impacto inmediato con momentos fugaces y carentes de sentido.
Un segundo día que abre la conversación sobre cómo podemos entablar mejores diálogos con nuestras audiencias, cómo contarles historias, integrar elementos y hacerlos sostenibles en la línea de tiempo del ADN de cada marca.
Lugo Lugo: las cartas de Abelardo y Eloísa
Una novela medieval fue la carta de presentación de esta colección que, para los entusiastas del exceso, pudo ser una maravilla; pero para los amantes de las narrativas cohesivas todavía no termina de encajar. Y es que no quedó del todo clara la intención de la dupla paisa que abrió el segundo día de pasarelas de Colombiamoda.
Siempre he dicho que si tenemos una visión clara, la mezcla no confunde, sino que construye. Pero en este caso, a nivel del conjunto pasarela + colección, muchas ideas quedaron en el aire en cuanto a styling, musicalización, maquillaje y performance.
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Sucedían tantas cosas a la vez que pocas veces se lograba hilar el concepto salida tras salida. Y, para todas las marcas: no necesitamos más cantantes de música urbana en las pasarelas. Entorpecen el proceso creativo, se pierde el foco y terminan confundiendo al espectador.
Conozco el trabajo de la marca y he seguido su trayectoria en la feria, pero esta vez deja un sinsabor su propuesta. Un sinsabor donde muchos ingredientes funcionan de manera individual, pero a la hora de unirlos, la preparación queda excesiva.
Sí, Lugo Lugo siempre se ha caracterizado por celebrar al hombre que va más allá del vestuario y que se sale de los convencionalismos, pero estamos en tiempos donde esos mismos hombres quieren contar historias concretas (no confusas) que se alineen a su ADN a través de la ropa.
Falabella y Bahía María: la orquídea como punto de encuentro entre diseño y propósito
Por fascinación personal, en toda colección de moda colombiana donde hablen de orquídeas, ahí estaré. Su estética y lo que representa para el país es una fórmula que encanta y se adapta a cualquier narrativa.
En esta ocasión, Falabella y Bahía María unieron fuerzas para presentar una colección que celebra la flor nacional: un símbolo de la diversidad, la fuerza y la belleza de nuestra flora.
Horas previas a la pasarela tuvimos la oportunidad de conocer la colección de cerca en el brunch de lanzamiento, donde, gracias al equipo de la marca y Falabella, vimos al detalle la propuesta de materiales y ejecución a la que le apostó la firma.
Piezas diseñadas para la mujer versátil, que se mueve entre el agua y la ciudad. La colección une lo mejor del universo estético de Bahía María con la propuesta comercial de Falabella: estampados botánicos, ondas sutiles y las orquídeas como protagonistas.
Cada pieza busca conectar con una esencia femenina auténtica y elegante, sin dejar de lado el carácter que define a la marca.
“Esta colaboración fue mucho más que un proyecto: fue una experiencia llena de creatividad y amor por lo que hacemos. Es un verdadero honor y un motivo de profundo orgullo saber que nuestra marca ha llegado a los ojos de una compañía tan reconocida como Falabella”, nos comentaba María Alejandra, directora creativa de Bahía María.
Sin duda, el ejercicio de democratizar la moda colombiana está en su mejor momento. Y, precisamente, de eso se trata la feria este año: cocreación. Tener la capacidad de sentarnos con el otro a construir ideas, encontrar puntos comunes y elevar al máximo nuestra creatividad.
Nonstop: Lyenzo y Stevan Valencia, promesas sartoriales
En este segundo día de feria, el programa Nonstop cumplió su promesa: mostrar el futuro del diseño colombiano. Dentro de las marcas del proyecto, dos brillaron por su visión en el vestuario, sus técnicas y la habilidad de convertir las piezas en objeto de deseo: Lyenzo y Stevan Valencia.
Lyenzo: el principio de algo grande
En esta ocasión, empecemos por el cierre: un vestido de novia de ensueño que levitaba sobre una caja de madera y personificaba un sueño onírico. Todo el drama y misticismo que necesitábamos para cerrar la jornada de pasarelas.
Lyenzo entiende la moda como concepto, pero también como objeto. Cada salida fue una pequeña obra que celebra la individualidad. “El principio”, colección resort 2026, confirma lo que muchos ya sabíamos: Lyenzo es una de esas marcas que hay que tener en el radar.
Su facilidad para moverse entre lo estructurado y lo etéreo es la gran apuesta de esta firma, que pronostica un futuro brillante en la industria.
Stevan Valencia: entre lo sensual y lo moderno
Desde la sucursal del cielo, Stevan Valencia logró traducir los códigos de la sensualidad de forma acertada. Una propuesta que equilibró trajes, asimetría y volumen con solvencia.
La colección es un abanico de posibilidades para la mujer segura y audaz, que no titubea a la hora de impresionar, pero que, sobre todo, no quiere caer en los clichés de lo sensual.