La moda siempre ha sido un blanco fácil, así como el arte y otras expresiones que, gracias al capitalismo, muchas veces solo son accesibles para cierta élite. Es así, como en la más cruel de las ironías, lo que alguna vez fue marginalizado, y sí, lo que sigue siendo, se convierte en objeto de mercantilización: de esa ironía se burló magistralmente Zoolander al parodiar el ‘Homeless Chic’ de John Galliano en los dosmiles.
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Pero también es cierto que desde ella, así como desde el arte y otras manifestaciones simbólicas, se ha contribuido a generar una conversación cultural, social y política. A nivel mundial, como gran referente, ha estado Alexander McQueen, que debutó con una colección en 1997 que le mostraba en su cara a Gran Bretaña las violencias contra Escocia, sobre todo contra sus mujeres.
En Colombia, marcas como Alado han puesto en el mapa temas como el desplazamiento. Guarnizo, trabajando de mano a mano con mujeres de regiones vulnerables, homenajeándolas y dándoles incluso empleos en la industria de la moda. Y por supuesto: hay colecciones que han sido más torpes.
Desfiles como el de Eje Moda en 2023, la colección de Rodarte con MAC sobre las mujeres muertas y desaparecidas de Ciudad Juárez. Esto, en una acusación infinita a un tema como la moda sobre la banalización y la mercantilización de dolores ajenos.
Pero, ¿cuál es el gris del homenaje, de la banalización y el mercantilismo de uno de los grupos de personas más vulnerables del planeta, y, por supuesto, de una intención genuina para mostrar una problemática dentro de un contexto de todos estos matices?
Esta es la pregunta que genera la colección ‘NUDA VIDA’, de Ricardo Pava, que pretende mostrar la dureza de la inmigración por el Darién en Bogotá Fashion Week 2025, y que fue cuestionada por La Liga contra el Silencio, en un video y artículo, sobre la mercantilización y abordaje poco delicado de un tema político y de derechos humanos. Siendo así, Nueva Mujer y Publimetro Colombia abordaron al creador sobre la historia tras sus piezas.
-¿Cuál fue la sensibilización para llegar a abordar este tema en esta colección?
Todo inicia porque es un tema que yo viví o estoy viviendo a nivel personal. Porque todo también comienza con una hija que se llama Alessia y que tuvo que, así como dice, emigrar del país en una situación de una dificultad muy personal y tuvo que salir del país hace ya dos años.
Y pues cuando vi que me tocó llevarla y dejarla con la mano fuera del país y no volverla a ver, y el saber que no puede regresar en un tiempo, más el ver esa situación de salir del país en una situación así, comienzo a entender esta problemática. Adicional, su madre trabaja en una fundación de migración en Canadá.
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Entonces cuando yo comienzo a entender toda esa problemática y comienzo a sentir muy de cerca lo que la rodea: voy a la galería de Sair García en San Felipe y empiezo a ver una cantidad de arte donde él expresa a través de la pintura gráficas de migrantes en todo el mundo. Así, lo conecto con mi situación personal y comienzo a sensibilizarme.
De ahí, comienza toda una investigación sobre este tema tan complejo. Siento que nosotros siempre hemos sido unos migrantes de todo el mundo, porque estamos transitando todo el tiempo por múltiples situaciones, y comienzo a conectar culturalmente esta problemática de una manera muy esperanzadora.
Esto, porque finalmente lo único que quieo siempre, regularmente, es dar esperanzas a las personas y no ver esto como una cosa negativa, sino todo lo contrario, dar esperanzas, y pues me parece que la moda, como el arte, la pintura y la escultura, generan muchos mensajes en este sentido.
¿Cómo fue ese proceso?
Comenzamos con Colombia, y global. Y no exime a nadie. Y quiero mostrar que a través de la moda uno puede hacerle entender a la gente que estas situaciones deben ser esperanzadoras de alguna manera. De hecho, estuvimos hablando con algunas fundaciones, acá en Bogotá, la Fundación de Atención al Migrante. Investigamos, fuimos a revisar cómo hacíamos alianzas para poder aportarle a través de la industria nuestra, poder generar alianzas con ellos y poder generar esperanzas, que es lo que para mí es importante.
Es no ver solamente la problemática desde sí misma, sino desde lo positivo: desde la transformación cultural. Y también al migrar hay una transformación, ya que hay un choque cuando uno se va del país en diferentes dificultades, y aún así busca esperanza. Yo quería de algún modo manifestarlo a través de las prendas de destino, que finalmente lo que es las prendas son: un refugio que siente uno muy íntimo, que es cuando tú te pones las prendas y las asocias y las sientes con la piel, comienzas a transmitir muchas cosas y son de las cosas que uno a través de la moda puede comunicar.
Además, los datos me los proporcionó la fundación con la que trabajé.
La paleta de colores es lo que más se señala en la colección, con el abordaje que usted tiene al respecto. ¿De dónde vino?
Yo lo asocio todo desde el color, como todo lo que pasa por esas historias que se viven, y los colores se conectan con una situación que rememoran esas prendas y formas. Ahí quería comunicarlo a través de la moda no víéndolo como frivolidad, sino como algo que es realmente arte, que es lo que hemos hecho históricamente, es poder comunicar muchos mensajes, tal y como lo han hecho artistas como Sair García y Dagoberto Rodríguez, quien también vivió esta experiencia y hoy es famoso mundialmente.
Él muestra todo esto de manera distinta, y de esta manera, generamos un diálogo entre ambos para poder sensibilizar a la gente de una manera amable, respetuosa, objetiva, sin agredir a nadie, porque esto no es un tema de aprovecharse, sino de entender cosas que a uno no le tocan. Lo digo por lo que he vivido con mi hija, pero muchas veces se juzga a priori un tema con muchas perspectivas, que yo a través de estos artistas amigos quería manejar a través del arte y la moda de una manera y sensible.
Por otro lado, con la fundación nos dateamos, estuvimos con ellos, quisimos revisarlo todo para no generar estas polémicas. No queríamos esto: queríamos mandar un mensaje muy sutil y muy respetuoso a través de la moda, y por eso tratamos de ser muy cuidadosos con las fundaciones, y entender cómo era su vida nuestra a través de la moda, generar un mensaje esperanzador y respetuoso de una problemática a nivel mundial.
Ahora en la moda hay que ir más allá del extractivismo cultural y social. Dar retribución. Pagos justos, igualdad de condiciones, etc. ¿Cómo plantean llevar esto a un terreno que impacte a esta población positivamente?
Pienso con la fundación hacer unos talleres para insertar a sus miembros dentro de la industria y la fuerza laboral. También a través de donaciones que impacten para ayudar a la población vulnerable en esta problemática.