En los últimos años, la preocupación por las violencias de género en el periodismo colombiano ha cobrado una creciente relevancia, evidenciando una problemática persistente que afecta a las profesionales del sector. Diversos informes y testimonios recientes han puesto de manifiesto que las mujeres periodistas en Colombia enfrentan una serie de desafíos relacionados con el acoso, la discriminación y las amenazas, tanto en el ámbito laboral como en sus vidas personales.
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De acuerdo con un estudio publicado por la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) y la Red Nacional de Mujeres Periodistas, el 65% de las mujeres encuestadas han experimentado algún tipo de violencia de género en el ejercicio de su profesión. Estas agresiones no se limitan al entorno laboral, sino que también se extienden a plataformas digitales, donde las periodistas suelen recibir amenazas y comentarios misóginos.
La violencia de género en el periodismo colombiano toma diversas formas, desde el acoso verbal y la descalificación hasta el hostigamiento en redes sociales y las amenazas físicas. Según el informe, muchas de estas agresiones provienen no solo de actores externos, sino también de compañeros de trabajo y superiores jerárquicos, lo que agrava la situación y dificulta la denuncia de estos abusos.
Discurso Publimetro Colombia Foro ‘No es Hora de Callar’:
Es un honor estar aquí personalmente para decirle a la periodista Jineth Bedoya Lima lo importante que ha sido su valiente litigio…. para nosotras las mujeres periodistas de provincia, en el Caribe de donde vengo, pero a donde no llegan los derechos, reconocer que Jineth y quienes impulsaron la creación de este fondo “No es hora de callar” lo están logrando que es un paso hacia la prevalencia de la justicia para las mujeres periodistas víctimas de violencias basadas en género, que nos hemos encontrado en riesgo, solo por el hecho de ejercer nuestra profesión.
Hace apenas unas semanas estuve en la mesa para la creación de la política pública para periodistas organizada por el Ministerio del Interior y todas las mujeres en la mesa de discusión habían sufrido algún tipo de ataque. Hoy voy a hablar por mí y en representación de ellas. Una periodista contó cómo le habían creado un medio panfletario para desprestigiar su nombre redes en su territorio y otra colega narró cómo había sido acosada por aquel mismo hombre que denunció en sus informes periodísticos. Ahora, mi también admirada periodista Laura Ardila tuvo que exiliarse del país por escribir sobre los poderosos. La violencia de género hacia las mujeres periodistas muta y crece bajo el amparo de la impunidad y tras las máscaras de los ciberataques.
La creación de este Fondo que también servirá para plantear soluciones por medio de la investigación de estos casos y como dice esta LEY 23 58 “para monitorear la prevalencia y los tipos de violencia de género enfrentados por las mujeres periodistas en Colombia. Estos estudios ayudarán a formular políticas más efectivas y estrategias de intervención en los casos”.
Agradecer también la Fundación para la Libertad de Prensa porque sin ellos y su equipo no habría sabido qué hacer, me hubiera derrumbado y silenciado como periodista. Y destacar las luchas locales que libran las mujeres y jóvenes del Bloque Feminista de Barranquilla, del Frente Amplio de Mujeres del Atlántico, Cedesocial, Caribe Afirmativo y Causa Justa y demás que desde los territorios buscan lugares más seguros para simplemente poder ser mujeres libres de nuestros cuerpos y pensamiento en Colombia.