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Cuando ‘Dragon Ball’ era satánico: así humillaban a los niños latinos fans de Akira Toriyama

En los años 90 hubo una terrible incomprensión por parte de padres e instituciones ante el programa cumbre del autor japonés, muerto a sus 68 años de edad.

Acusaron a  Dragon Ball de ser satánico en los 90
Acusaron a Dragon Ball de ser satánico en los 90

Si bien el Templo Satánico es una organización laica que defiende derechos civiles que los religiosos han borrado (como el aborto libre ) en Estados Unidos, en los años 90 hubo un temor general hacia esta práctica y las animaciones japonesas terminaron pagando los platos rotos. Entre esas estaba ‘Dragon Ball’, del fallecido Akira Toriyama, blanco de más de un conferencista paranóico que iba a los colegios a desinformar.

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De hecho, para la década de los años 90 y dosmiles, mucha institución (y todavía) no estaba preparada para la oleada de producciones japonesas que comenzaron a transmitir estas producciones.

Si ya Japón era un país absolutamente desconocido y con imaginarios racistas transmitidos desde la Segunda Guerra Mundial, el problema se agravaba al desconocer (no había Internet) los significados detrás de algo que se hacía extraño para un ambiente generalmente atrasado culturalmente y absolutamente religioso: hay que entender que los cambios sociales llegaron a Latinoamérica años después y muchos fueron tomados con recelo.

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Es por eso que en los colegios se llegaron a estigmatizar series como Dragon Ball y con conferencistas, señalar a los niños que gustaban de esto como “satánicos”. Y estas eran las teorías más locas al respecto.

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De hecho, comenzaron a circular panfletos y volantes que decían que la serie podría ser satánica. Cada concepto, según los paranóicos, era alegoría al “diablo”. Dragon Ball significaba “Bestia en Venida” y Kakaroto “Posesión Maligna”, o Saiyajin “endemoniados”, según el panfleto.

En realidad Toriyama era más simple: ponía a sus personajes nombres de comida o ropa interior. Incluso el famoso Kame Hame Ha, de origen haiwaiano (fue su héroe y monarca) lo tradujeron como “rito satánico).

Estos absurdos cohibieron a muchos niños de disfrutar libremente una saga que tuvieron el placer, ya de adultos, de ver reivindicada en la cultura, con presentaciones en China, con millones de copias vendidas, con películas taquilleras y hasta con la despedida del mismísimo Emmanuel Macrón, presidente de Francia y fan de la serie.

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