Los días de gloria de los certámenes de belleza han terminado, y no es un secreto o falacia el hacer esta afirmación. Lo que una vez eran las épocas de oro con millones de espectadores que estos concursos alcanzaban, en el año 2022 no llegan siquiera a la tercera parte de los ratings que obtenían hace menos de 20 años.
El Concurso Nacional de la Belleza se celebró en Colombia el pasado 13 de noviembre de 2022, y en redes sociales si bien se podían leer a los fieles seguidores que este certamen acumuló a lo largo de su existencia, porque no se trata de negar la existencia de la fiel bancada que se hizo alrededor del concurso, las cosas ya no son como lo eran décadas atrás.
Ahora en redes abundan más los comentarios de sátira y de pregunta sobre por qué este certamen aún sigue vigente en una sociedad donde se marcha hacia un pensamiento de cero críticas a la apariencia física del otro.
Las nuevas generaciones se han caracterizado por moldear un pensamiento libre de prejuicios y críticas a la individualidad del otro, y eso incluye la aceptación del físico sin importar cómo luzca; su género, orientación sexual, talla, peso, estatura, y muchas otras características que se han usado por décadas para ponerse en un estándar superior al resto. Estos certámenes aún promueven dichos estándares que se atribuyen a una belleza física superior frente al resto, por eso es bastante claro el desinterés por seguir consumiendo esos contenidos.
“Menos mal ya nadie le para bolas a ese tal Concurso Nacional de Belleza. Eso muestra que este país sigue madurando y está con el cambio.”; “Esa bobada solo sirve para que los mafiosos seleccionen novias”; “El reinado ya no se ve pero por otros motivos que pasan por su desprestigio, por el vanidoso de Raimundo que no lo suelta, porque se hacen dos al año.”; son algunos de los comentarios que se pudieron leer en la noche de la coronación.
Así mismo, el certamen estuvo lleno de polémica gracias a los comentarios que el presentador decía, que solo terminaron por tildar a este concurso de ser una apología al machismo en todo su esplendor.
No solo fue el certamen, los vestidos de las candidatas fueron ‘quemados’
Otro punto que nadie dejó pasar desapercibido fueron los vestidos tan aburridos y carentes de vida que las candidatas usaron para desfilar en la noche. De que lucían hermosas, lo hacían, y todas y cada una de ellas brilló por sí misma, pero hay que tener en cuenta que en los días donde la gente sí le prestaba atención al Concurso Nacional de Belleza, las candidatas daban de qué hablar con sus despampanantes atuendos, y eso era motivo de debate en los hogares colombianos.
El foco de la conversación ha cambiado profundamente, y lo que se lee por la opinión pública se puede resumir que ahora solo dan más pan con lo mismo: “Qué vestidos tan espantosos”; “Bueno y esos vestidos del concurso nacional de belleza qué???”; o también “Deberían poner el nombre del diseñador para quemar unos cuantos por redes...”; “Vestidos que no las dejan caminar, zapatos que le quitan toda elegancia. Parece que ni les hubieran dado oportunidad de medírselo antes. Todo mal.”
La gente está cansada de ver más de lo mismo en Colombia: los mismos programas, los mismos refritos y los mismos realities. Las nuevas generaciones consumen contenidos completamente distintos a los tradicionales, y el Concurso Nacional de la Belleza entra en esa categoría tradicional.
Afortunadamente, ya el interés por criticar y poner la belleza de una mujer por encima de la otra ha ido en detrimento; ninguna mujer debe ser puesta por encima de otra por encajar en un estereotipo o desencajar en otros, y las circunstancias han hecho que la importancia de esta institución que una vez fue de las más respetadas en Colombia quede en el olvido con el pasar del tiempo por sus intenciones paleolíticas.
