Es una de las legisladoras más juiciosas y aguerridas del país, sí. Y ha llevado a dos ministros a Moción de Censura. Y sí, también ha sido la funcionaria electa con una de las grandes votaciones históricas en Bogotá, 120 mil votos. Pero al parecer para los obtusos que la detestan por todo eso, cuenta más que es “fea”.
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El insulto vino de un oscuro abogado uribista que se atrevió de forma insultante a comparar cómo supuestamente se veía “antes” con su apariencia de ahora e insinuó en que eso gastaba su sueldo de congresista (y si así fuera, no es problema suyo). Miranda solo le contestó que prefería ser “fea” a corrupta y que tenía 120 mil electores para respaldarla.
Pero dio un remate de lujo: les contestó a todos esos machistas que fiscalizan la apariencia de las mujeres algo bastante contundente: le resbalan, pues su trayectoria política es impecable.
“Me alegra que lo único que digan de mí es que soy fea”
“Me alegra que lo único malo que tengan que decir de mi es que soy fea. Porque no encuentran ni media mancha en mi trayectoria política. Tranquilos, yo tengo espejo en mi casa y cada vez que me miro veo lo valiente y fuerte que soy”, expresó ingeniosamente.
Para luego, rematar con lo siguiente: “Me preocupa más la belleza interior, ser buena persona. Que sigan jugando con el Photoshop”.
Por supuesto, sus seguidores la han halagado por su belleza interior y exterior y también por su valentía a la hora de enfrentar a los funcionarios de este Gobierno.
Asimismo, han resaltado que ella es increíble porque no se deja amedrentar ni de los poderosos, ni de las personas a las que ha cuestionado por sus cuestionables manejos en el poder, ni tampoco por quienes la han criticado en redes como el dichoso sujeto, a quien ahora se la devuelven por su físico, cuando el punto es que cometió una agresión machista de lo más básica y burda.