Colombia

Madres, profesionales y cuidadoras del hogar: el malabarismo durante la pandemia

“La pandemia podría marcar a una generación de mujeres trabajadoras”: así titula un artículo del New York Times, y sería difícil negar lo que está sucediendo en los hogares: muchas mujeres que han tenido el privilegio de trabajar a distancia continúan siendo madres y cuidadoras de la casa en un espacio que es a la vez guardería, oficina y hogar

la pandemia

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No se puede desconocer que las mujeres que pueden trabajar de casa son privilegiadas frente a la inmensa mayoría que se vio forzada a continuar trabajando presencialmente, pues sus empleos (formales e informales) así lo requerían.

De hecho, en Colombia el DANE calcula que casi la mitad de trabajadores informales en el país son mujeres (48,5% durante el último trimestre de 2020). Aun así, las mujeres que trabajan desde casa también están pagando un alto precio con su salud física y emocional.

De esto nos habló la psicóloga Jenniffer Guzmán, a quien le preguntamos cómo afecta a las mujeres la idea de que ser una “súper mamá” y tener que cumplir con todo al mismo tiempo.  “Es una idea nociva en términos de calidad de vida”, explica Guzmán, “impone un modelo de mujer heroína a la que se culpa y juzga al menor error sin importar los conflictos de su propio ser como individuo.

A la mujer se le ha endilgado el rol del ‘tener para poder’, mas no de la elección de acuerdo con sus propias competencias. Muchas decidieron ser mamás, otras lo son pero no lo querían, entonces automáticamente tienen que ‘poder con todo’, lo cual es un prejuicio fatal. La disposición es un proceso que va ligado con la motivación. La energía en términos de funcionamiento está relacionada con las horas de sueño y descanso, por ejemplo”.

La pandemia evidenció la desigualdad

Y es difícil pensar en momentos de descanso y relajación cuando, además de atender las labores propias del hogar y el trabajo, el cuidado de los hijos incluye labores de apoyo escolar. Solo unas cuantas mujeres que trabajaron desde el hogar contaron con el apoyo de sus parejas cuando también pueden trabajar a distancia; otra minoría privilegiada. “El principal reto es una red de apoyo que en la mayoría de casos no se tiene”, agrega Guzmán. “Es necesario hablar en términos de corresponsabilidad familiar y/o parental para aliviar la carga emocional y el desgaste físico que deja el realizar múltiples tareas en un solo día”.

“La sociedad actual ha ignorado durante muchísimos años la importancia de la economía del cuidado en el hogar. El trabajo de casa y la crianza son actividades no remuneradas, situación que aumenta el estrés y la frustración, lo que conlleva a un deterioro de la salud mental” – Jenniffer Guzmán, psicóloga

Ser mamá y hacer home office, una tarea que requiere más que una “pausa activa”

El desgaste emocional

Al final del día, toda esta situación resulta en un desgaste emocional, ¿qué opciones tienen las mujeres para sobrellevar tanto trabajo con los hijos y con el hogar de modo que no resulten exhaustas? Para esta psicóloga, es clave reconocer el problema, y empezar a tomar pequeñas acciones. “Existen estrategias inmediatas desde el autocuidado personal, pequeños ejercicios de afrontamiento que permiten comprender la complejidad de lo que ocurre. Al hacer consciente que no se debe poder con todo, se logra un manejo de la situación.

La educación en este tema resulta clave porque le da pautas a la mujer que por ejemplo no tiene para asistir donde un terapeuta en caso de requerir ayuda profesional.

De aquí otro mito importante que se debe desmentir: la crianza, el cuidado del hogar sumado a la responsabilidad de las actividades laborales y los compromisos personales aumentan considerablemente los niveles de estrés que se manifiestan en problemas emocionales severos.

Muchos episodios de ansiedad están directamente relacionados con el desarrollo de enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión, entre otras. Técnicas como la respiración consciente, redes de apoyo familiares, incluso dialogar con otras mujeres sobre esa situación permite visibilizar la problemática.

Muchas mujeres se sienten señaladas cuando manifiestan cansancio, pero logran sentirse apoyadas si encuentran situaciones similares dentro de su círculo social inmediato. Hablar no soluciona el problema estructural que es netamente político y económico, sin embargo, es un buen comienzo para comprender que la imposición de la ‘productividad en casa’ no es una responsabilidad única y exclusiva de ellas como cuidadoras.

Reconoce que no puedes con todo

Por último, Guzmán invita a las mujeres a entender que no existe la perfección en la crianza para aligerar una carga emocional que puede ser demasiado pesada: “Cuidar de otra persona que está comprendiendo la realidad y conociendo el mundo no es fácil. Niños(as) –dóciles o no–, son niños(as), y necesitan cuidado y amor. Es un proceso de adaptación complejo para ambas partes.

Reconocer que no se puede con ‘todo’ en una sola jornada permite aclarar un poco las ideas. Planear las actividades ayuda a optimizar el tiempo añadiendo siempre espacios de descanso entre tareas. Los deberes del hogar son una tarea de todos. Si existe la posibilidad de dialogar abiertamente en el hogar sobre eso, es importante hacerlo. La mejor herramienta es reconocernos como personas sin dar espacio a que un rol nos defina. El autocuidado físico, mental y emocional es un proceso que atiende a nuestras necesidades en busca de un bienestar”.

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