Brownies, cheesecake, tortas, galletas, queques. Aceite de coco, mantequilla de maní, harina de almendras, cacao amargo, maple syrup. Todo forma parte del vocabulario diario de Yasmin Rebolledo, más conocida como Min (@minrebolledo). Con más de 200 mil seguidores en Instagram, la ingeniera comercial, profesora de yoga y healthy blogger, se convirtió en una de las grandes referentes de comida saludable de nuestros país y ya cuenta con tres exitosos libros: + Saludables, Como tan rico! y La Revolución Saludable.
PUBLICIDAD
Como muchas mamás, gran parte del día está pendiente de las necesidades de sus hijos. Pedro (6) y Antonio (4) no piden salir, porque, además de disfrutar de una casa con patio amplio, se entretienen con diversas actividades. “Para mí, la prioridad es que los niños resientan lo menos posible la situación. Uno como adulto es capaz de razonar más que ellos. Son mi prioridad, quizás porque me costó mucho tenerlos. Este tiempo, he aprovechado momentos que usualmente no existen. A mi nana, que trabaja puertas afuera, le pedí que no viniera, así he estado sola con ellos», confiesa.
Para adecuarse al nuevo espacio, convirtió una pieza en un «colegio», al que incluso le pusieron nombre. «Hasta un cartelito colgamos», cuenta entre risas. De esa forma, mantienen una cierta rutina que está dispuesta cambiar. «Si lo pasan mal, yo me estresaría, ellos también se estresarían y aprenderían menos». En un principio, el colegio les envío miles de tareas, pero los padres conversaron el tema para no aumentar el estrés que se vive durante esta pandemia, y flexibilizaron algunos requerimientos.
En las redes se ve toda su energía, y ella la asume. “Me dicen ‘me canso de verte’ o ‘te veo porque me das energía’. No me canso mucho, la verdad”. Le encanta andar de un lado para otro. Por lo mismo, durante estas semanas de encierro, ha reflexionado que estar con los niños, despertar como si fuera fin de semana todos los días, resulta placentero. “Te lo digo yo, que me costó mucho tener a mis hijos, y soy de abrazarlos harto: no es lo mismo hacerlo a la pasada que darles todo tu tiempo. Además, el mundo va a seguir en algún momento. Esto es como un freno para que tomemos conciencia de lo aceleradas que andamos todo el día. Tengo un jardín bien bonito, pero antes salía de vez en cuando, porque estaba preocupada de otras cosas. Ahora, salgo más, nos sentamos en la terraza y hasta me puse a podar por primera vez. El mundo necesitaba parar y ahora me doy cuenta de que me estresaba por tonteras».
Quizás nos vamos a acostumbrar a vivir sin tanto panorama.
Antes, un sábado, día que es para descansar, corría de cumpleaños en cumpleaños. Ahora, este año, voy a escoger los cumpleaños de sus amigos más cercanos no más. Esto cambiará radicalmente nuestro estilo de vida. Podremos pasar más tiempo en la casa sin estresarnos por los mil compromisos. Al final, los compromisos que me importan son ver a mis papás y a mis hermanos.
En temas de comida, estamos todos muy ansiosos, ¿no?
PUBLICIDAD
Intentemos canalizar la ansiedad con la comida, pero con opciones más saludables. Para mantener bien nuestra energía, hay que conocerse. Si uno come muy pesado o alimentos que no hacen bien, puedes sentirte sin energía. Mi propósito es ser una mamá enérgica, con buena disposición, tener paciencia, que no es fácil, y para eso necesito alimentarme bien.
“De todas las situaciones se sacan experiencias positivas. Vamos a tener que ajustarnos el cinturón, quizás la casa estará un año más sin pintar, pero qué importa”
Aunque la incertidumbre no nos suelte.
Todos sentimos incertidumbre sobre lo que pasará. En mi caso, aunque cambien las restricciones del gobierno, no voy a exponer a mis hijos ni a mi marido, que tiene un problema al pulmón, porque con un simple resfrío le da neumonía. Sé que me quedaré encerrada mucho tiempo. La comida es un refugio que calma la ansiedad. Encuentro perfecto que recurran a ella, pero hay ciertos alimentos que, si los consumen, van a activar una adicción, como el azúcar, los productos refinados, las harinas. Si sabes que te comes dos pedazos de brownie y vas a parar, bien. Si no puedes parar, pon encima una fruta, usa mantequilla de maní con apio, con manzana.
¿Algún límite?
En este momento tampoco se trata de ponerse tan exigente con los niños, debemos mantener un balance en las elecciones. Cuando doy una receta, ahora pongo opciones de harina blanca con harina integral, o sugiero que coman alguna fruta para consumir más fibra. La gente necesita comer para calmar la ansiedad. Tengo amigas que viven solas, y me dicen que ven series, van a la cocina, comen, fuman, comen, fuman. En ambos casos, las que viven solas o las con niños, que en la noche quieren atacar la cocina completa, la comida juega un rol importante. Si llevo un equilibrio en esta área hace tiempo, no debería restringirme. La comida es un relajante, calma el cerebro. Nunca me habían mandado tantas fotos de sus panes o tortas (ríe).
Tus recetas son sanas, pero ricas. ¡Perfecto!
Hay que darle la vuelta al paradigma “lo saludable es fome”. Qué rico ver una cuestión chorreada de mantequilla de maní, de mantequilla de almendra, con chocolate o crema de coco. Hay muchos productos que son saludables, aunque no los parezcan, y contienen más energía, hacen bien. Al final, siento que aporto en ese sentido.
Me imagino que no estás haciendo ejercicio…
¡Nada! Toda mi vida hice demasiado deporte, desde chica, entrenaba, competía. Siempre he sido media obsesiva (ríe). Hace unas semanas, hacía ejercicio, cardio, soy profesora de yoga, pero ahora me relajé.
Hace un tiempo contaste que tenías una familia bien alérgica.
Mi marido es alérgico en gluten y mi hijo mayor tiene alergias muy grandes a todo lo que proviene del mar, al huevo y al maní. Aunque al huevo lo inmunizamos con una doctora seca. Su nivel de alergia es que, si vamos a un restaurante y en la mesa quedó una pequeña gota de algo, se puede morir en media hora. Hemos pasado muchos sustos, hemos llegado a la clínica cuando casi no respira. Mi miedo es que se pueda morir si come algo en el colegio o si va a la casa de un compañero.
Una de las razones por las que te gusta cocinar, quizás.
No tengo muchas habilidades en la cocina, pero soy esquemática, rigurosa cuando me pongo una meta. Me tocó un hijo con alergia, entonces me las ingenio para que coma rico, saludable y sin trazos de los alimentos que le dan alergia. Me da placer que la gente disfrute con la comida.
EXPECTATIVAS CLARAS
¿Cómo viviste el estallido social?
Uno se ve en una posición más acomodada, con más privilegios, es cierto. ¡Tampoco tengo mi cuenta de ahorros para vivir un año sin ningún problema! El estallido social nos hizo darnos cuenta de que había mucha gente luchando por una mejor vida y lo apoyé desde el primer momento, y no me importó si le gustaba o no a la gente. No me deja de doler todo lo que le pasa a la gran mayoría de los chilenos. Como era una situación difícil, no podía mencionar nada en mis redes, entonces se cortó el trabajo casi en un ciento por ciento.
¿Las redes sociales aportan a que vivamos en una burbuja?
Como premisa, en Instagram no estoy para dar pena. Éste es mi negocio. Si bien subo hartas stories, no le muestro la cara a mis niños. Tengo claro hasta dónde llegar, la gente no sabe ni el 10% de lo que pasa en mi vida.
¿Qué consejos les darías a las emprendedoras en estos momentos de crisis?
Siempre se le puede dar una vuelta a los emprendimientos. Hay que aceptar que las ventas, los ingresos, no estarán ni cerca de lo que eran antes. Hay que tener claras las nuevas expectativas. Si tu expectativa es mantener el mismo ingreso, es difícil. ¿Qué hacer para que las ventas no caigan a cero? Darle una vuelta según el giro del negocio. Si vendía en la calle, no puedo; si quería abrir un café, tampoco puedo. Quizás defino dejar los productos en la puerta de las casas de los clientes. En mi caso, todos están harto en sus hogares, entonces puedo dar a conocer más opciones o productos. Hay que acomodarse a la situación, tener las expectativas claras, y la mente abierta para darle una vuelta al negocio. De todas las situaciones se sacan experiencias positivas. Vamos a tener que ajustarnos el cinturón, quizás la casa estará un año más sin pintar, pero qué importa.
GOMITAS CON VITAMINA C
Las puedes hacer de varios sabores, usando diferentes combinaciones de jugos recién exprimidos o puré de frutas. Min aconseja sentirse libre de experimentar con tus frutas favoritas y ajustar el dulzor a tu gusto.
– Ingredientes
Gomitas de naranja
- 1 taza de jugo de naranja recién exprimido
- 1 cda. de jugo de limón
- 2 cdas. de miel o maple
- 3 cdas. de gelatina sin sabor
Gomitas de frutilla
- ⅔ taza de puré de frutillas
- ⅓ taza con agua
- 1 cda. de jugo de limón
- 2 cdas. de miel o maple
- 3 cdas. de gelatina sin sabor
Gomitas de arándano
- 1/2 taza de puré de arándanos
- 1/2 taza con agua
- 1 cda. de jugo de limón
- 3 cdas. de miel o maple
- 3 cdas. de gelatina sin sabor
– Preparación
- Combina todos los ingredientes de uno de los sabores, excepto la gelatina, en una olla pequeña a fuego medio-bajo y revuelve.
- Una vez caliente, agrega poco a poco la gelatina a la mezcla, revolviendo constantemente. No pongas toda la gelatina de una vez, porque probablemente se formen grumos.
- Continúa calentando a fuego medio-bajo hasta que todos los ingredientes están bien mezclados y la gelatina se derrita completamente. La mezcla cambiará de una consistencia granulada a una consistencia más vidriosa y lisa.
- Vierte la mezcla en un molde de silicona y luego lleva al congelador por unos 20-30 minutos.
- Pasado el tiempo, saca las gomitas del molde y guarda en un recipiente hermético. Duran un par de semanas en el refrigerador.
- Antes de verter la mezcla, pon los moldes sobre una bandeja para que luego te sea más fácil llevar al congelador.
- En las de frutilla y arándano, puedes cambiar el agua por agua de coco. Quedan exquisitas.
- Ten cuidado con la piña, mango y papaya, ya que contienen enzimas que degradan la capacidad gelificante de la gelatina y no se endurecerá correctamente.
- Los veganos pueden usar agar-agar en vez de gelatina. Son 2 cucharadas, aproximadamente. Anda probando.