Chile

Camila Andrade: “Con 27 años, no tengo techo”

La ex Miss Chile, Camila Andrade reconocida por su participación en programas juveniles, comenta su evolución en la pantalla.

 

La joven penquista, comunicadora y finalista del docu-reality Proyecto Miss Chile (2013), Camila Andrade (27) ha pavimentado una prometedora carrera en televisión. Desde los 19 años comenzó a probar suerte en programas juveniles y, actualmente, es la primera mujer en asumir la conducción del estelar Así Somos, de La Red.

Es tenaz, arriesgada, auto exigente y reconoce que no le gusta retroceder. Se fija un objetivo y lo cumple a cabalidad. Desde pequeña, soñó con ganar un concurso de belleza: “Veía mucha tele y creo que eso me ayudó a consolidarlo”, dice.

En el colegio participaba en las alianzas del aniversario, armaba coreografías, se preocupaba de los vestuarios y también formó parte del centro de estudiantes. Al terminar la enseñanza media, eligió estudiar Terapia Ocupacional, pero la oportunidad de estar en televisión pesó más en la balanza de sus anhelos y en 2011 entró a Calle 7 en TVN.

Luego, participó en Yingo y la escogieron como la representante de Chile en el certamen Miss Mundo. Durante la grabación del programa, combinaba los tiempos en la televisión, con sus ramos de Relaciones Públicas, carrera que costeó por sus propios medios.

Sumado a esto, en medio de los diez meses que duró la competencia, su papá sufrió un infarto. Por supuesto, esta situación la preocupó mucho, sin embargo, no dejó ninguna de las responsabilidades que había asumido hasta el momento y su determinación la premió con un gran logro.

El certamen de belleza es un hito que marcó su vida y la de su familia. “Fue un período muy intenso. La mayoría congeló sus carreras, yo no. A veces terminábamos de grabar tarde y al mismo tiempo tenía que estudiar para una solemne, por ejemplo. Viví esos diez meses como loca, mi papá sufrió un infarto y lo operaron a tajo abierto. Él es diabético, que tuviera un buen resultado era difícil y tuvimos que conseguir dadores de sangre. Incluso el concurso me ofreció dejar todo, pero mi respuesta fue un no rotundo, porque implicaba retroceder. ¿Rendirme? Jamás. Ese es mi lema”, cuenta.

Tras ocho años en la pantalla, es imposible no reconocer su evolución. Camila abraza su pasado y valora su presente. “El camino ha sido largo. La madurez ha sido una pieza clave, porque, si no hubiera pasado por todo antes, no estaría animando un programa ahora”.

¿Cómo describirías tus inicios en televisión?

Fue muy paulatino. Primero estuve en dos programas juveniles donde muy pocos lograban destacar. Creo que, cuando participé en el concurso Miss Chile, alcancé más protagonismo, no era sólo la chica del programa juvenil. Ahí hubo un cambio y me abrió a otras posibilidades. Después estuve como panelista en Intrusos y, de alguna manera, ahí comencé a ser reconocida como alguien con opinión. Todos los programas por los que pasé fueron una muy buena plataforma para llegar ser lo que soy hoy.

¿Te has enfrentado a prejuicios?

Sí, de todas maneras. Sobre todo por los trabajos que hice antes. Aparece el prejuicio de ser la chica de los programas juveniles, o de ser La miss, como si una no tuviera otras capacidades o no pudieras ser multi talentosa. Esos prejuicios han venido tanto de hombres como de mujeres. Me parece que se intensifica igual con el tema de la edad. Con 27 años, no tengo techo, estoy muy dispuesta a seguir aprendiendo, me encanta la crítica constructiva y creo que todo lo que me permita crecer es bueno.

¿Consideras que has logrado cierto crecimiento profesional?

YouTube es escandaloso. He visto videos antiguos de los programas juveniles y me da un poco de pudor, pero no quiero que queden en el olvido. Me encantan porque es innegable el crecimiento. Empecé a trabajar a los trece años y siempre he debido relacionarme con personas mayores y, si bien el camino ha sido largo, la madurez ha sido una pieza clave. Si no hubiera pasado por todo antes, no estaría animando un programa ahora.

Eres la primera mujer en conducir Así Somos. ¿Cómo ha cambiado el programa con respecto a su antiguo estilo, calificado, por algunos, como sexista y misógino?

Agradezco la confianza de La Red y, ser la primera mujer en conducirlo, marca un antes y un después en mi carrera. Estoy comprometida con el contenido. Tenemos pautas, me relaciono con los periodistas, editores y productores. No me gustaría llegar a sentarme a las doce de la noche y emitir un juicio cualquiera, o ser sólo la mediadora de una conversación, terminar e irme a la casa. El programa sufrió un cambio en 180 grados y se nota en todo, desde las personas que lo integraban, los invitados, el contenido, el formato. Lo que hacemos ahora es más un show informativo: hablamos de actualidad, contingencia, pero como si lo hiciera un grupo de amigos en el living de una casa.

¿Esta nueva rutina ha cambiado tu vida diaria?

El programa va en vivo desde la medianoche hasta la una de la madrugada. Obviamente, eso cambia todos los horarios de una persona. En mi caso, ha sido un factor en mi relación, o también cuando quiero ir a tomar un trago con una amiga. Puedo hacerlo, pero me desocupo a las dos de la mañana y he tenido que adaptarme. ¡Me duermo alrededor de las tres!

¿Existe la meritocracia en el medio?

Sí, me siento un poco de ese grupo. Es complejo. No basta con tener talento, se necesita trabajar harto. Llevo ocho años en televisión y soy joven. No creo que haya que tener demasiados años o mucha carrera en el cuerpo como para conducir un programa. La renovación de los rostros en televisión es necesaria y deberían existir más oportunidades, más caras nuevas para dar frescura a la pantalla. También se debe tener conciencia de que hay monstruos televisivos y, en mi caso, intento aprender y observar, porque entiendo que hay que ir de a poco.

Por ahora te ves enfocada en tu carrera. ¿Qué planes tienes para tu vida personal?

Estoy estudiando inglés, como complemento para mi carrera y pienso que, si quisiera estudiar algo más, lo haría en Chile, porque no me gustaría perder el espacio que tengo ahora.

¿Cómo te proyectas en televisión? ¿Te gustaría explorar otras plataformas?

Por ahora quiero seguir en lo que estoy. Me llama la atención la radio. Es un medio que te da horas de vuelo, confianza, soltura, y sería interesante probar algo ahí. Lo principal para mí es que se respete mi forma de pensar y me dejen compartirla sin tapujos. Si tuviera que escoger otro programa, me gustaría un matinal, me acomoda el formato misceláneo y relajado.

¿Cómo te ves en ocho años más?

He pensado en la Camila del futuro y la veo en los medios de comunicación, pero mucho más segura y sólida. Espero ser más cercana a la gente, que no sólo me reconozcan por mi nombre, sino por mi personalidad y, por supuesto, espero haber animado el Festival de Viña (ríe).

 

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