Por: Carolina Palma Fuentealba.
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Nathalie Nicloux, junto a Daniela Lhorente y Carmen Gloria Bresky, protagoniza «Confesiones de mujeres de 30», en el Centro Cultural San Ginés, una comedia que atraviesa a la mujer actual: ser mamá, tener éxito en el trabajo, atender a la familia, lidiar con la competencia, luchar contra el machismo en todas sus manifestaciones –desde lo laborar hasta lo sexual–, luchar contra las arrugas, la celulitis, conseguir un marido, un novio, etcétera. Aunque la idea original es del brasileño Domingos de Oliveira, la dirige Alejandro Castillo, así que se la dotó de elementos propios de la vida actual de una chilena de edad mediana para darle mayor cercanía, humor y representación.
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Con canciones de Massiel y Rocío Jurado de fondo, muchas se sentirán representadas y reirán de los problemas que nos agobian. En algunas aristas, este trabajo representa la etapa que vive la actriz y comediante Nathalie Nicloux (@lanicloux) a sus 35 años: convive con las exigencias laborales, mantiene una relación de pareja estable y no se encuentra en sus planes convertirse en mamá próximamente.
«Mientras estaba en los 20 años nunca me hice la pregunta si quería ser madre. Era bastante militante de no tener hijos. Sentía que era cabra chica para ser mamá, no tenía mucho sentido. Antes me daba miedo quedar embarazada, ahora no me da miedo, pero no lo ando buscando ni siento que me haga falta», cuenta, mientras disfrutamos un café en el barrio Bellavista.
Es más, le parece que lo bueno de estar en el 2017 es que no está ni bien ni mal no tener hijos, aunque sí acepta que muchos de sus carretes cambiaron. «Son en otros horarios, y uno se acomoda porque las personas de tu edad están en eso. Igual la cantidad de gente sin hijos es harta comparada con otras generaciones. Veinte años atrás, no tener hijos era una locura. Creo que en Chile no existe esa presión social como en otros países. En China si no estás casado a los 24 años tienes un problema grave», compara.
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¿Pero sientes algún tipo de presión social?
No, ni de amigos ni de familia. Jamás mis viejos me han preguntado «cuándo vas a tener hijos». Son súper prudentes. Bueno, igual tengo sobrinos. Creo que nunca di la señal de decir «cuando sea grande y tenga mis hijos…». No me acuerdo de haber fantaseado con una guagua, así es que no es sorpresa que hasta ahora no tenga.
¿Y ahora te gustaría?
No, pero me pasa que, si ocurriera, no me haría mucho problema. Igual hay papás de gatos y perros; yo soy de perros (ríe). Debo confesar que siempre muestro la foto de mi perro, no lo puedo evitar. Cuando voy a cumpleaños de cabros chicos, voy con mi perro porque es mi hijo. Va y juega, y los cabros chicos dicen «el hijo de la Nathalie» (ríe). Es una tontera, porque tampoco lo trato como un hijo.
¿Qué te pasa internamente cuando ves a tus amigas con niños?
Me doy cuenta que los hijos son una dimensión del amor que no puedes conocer de otra manera. El amor que tienes por los hijos no se da con ninguna otra relación. Es una dimensión única. Ahora, uno no siempre es madre de hijos biológicos o tu pareja puede tener hijos y agarras ese espacio si su madre lo permite. Cuando tienes una pareja con hijos ocupas un lugar de autoridad, desde donde tienes que proteger o enseñar. Eso pasa incluso con un sobrino. A esa edad (pasa un niño de no más 1 año y medio por fuera del café), con chupete y babero, lo encuentro exquisito. Ahora, si uno lo pudiera guardar en el refrigerador, congelarlo cuando llore o ignorarlo, como en las redes sociales, sería fantástico, pero no se puede (ríe).
¿Te imaginas el futuro sin ser mamá?
Hace un tiempo fui a un encuentro de saberes femeninos en Pichilemu, y conocí muchas mujeres sobre los 40 años sin hijos. Las vi y las encontré genial. Cuando una a los 35 ve que todas tienen hijos, se cuestiona si se quedará sola con 37 gatos. Pienso: «un día me voy a caer de la ducha, y nadie se va enterar en una semana» (ríe). Bueno, ahí vi mujeres estupendas, felices, con sus amigas, con pololo. La vida sigue igual, es perfecta y maravillosa. Aunque uno a esta edad tiene que decidir por el reloj biológico. También hay un montón de niños para adoptar.
¿Adoptarías?
Sí, lo he pensado varias veces. Es lindo también. Una vez me ofrecieron congelar óvulos, y lo iba hacer, pero me arrepentí. Además, el proceso es bien fuerte a nivel hormonal. Te tienes que inyectar, y la parte química no me gustó nada. Yo no tomo ni aspirina. Pensé «sabes qué, si los huevos están todos podridos, adoptaría un niño feliz».
MUJERES Y EFICIENCIA
¿Qué dicen las mujeres de 30 de los hombres?
A los 35 años, mi edad, está lleno de mujeres separadas porque se dieron cuenta que no querían otro hijo (marido). Lo siento hombres, pero pasa caleta. Se dan cuenta que no tienen un partner, alguien que las ayude a la par. Está lleno de mujeres sobre 30 años sin casarse, sin tener hijos, y otras que se separaron. Muchas tienen pololos fuera de la casa, que es súper sano. Me gustaría tener una pareja que ponga la misma cantidad de cosas para el hogar, que se esfuerce igual que yo para mantener el hogar bien.
El ideal de todas, me imagino.
Si después hay hijos, me gustaría que supiera dónde está su ropa, al menos. Me ha tocado escuchar maridos de amigas que las llaman porque no saben dónde está la ropa del hijo. Lo que corresponde es que el papá sepa dónde están las cosas, que sepa qué remedio toma. Me parece obvio. No corresponde que no sepan, porque nosotras hemos salido a la calle, trabajamos a veces el doble que ellos y ni siquiera ganamos igual. Al menos yo espero eso en una relación. Si no está eso, te firmo que me separo.
¿Te parece que a los 30 el cuerpo deja de tomar tanta importancia?
A los 20 estás en otra. A los 30 tienes una pega, te haces cargo de todo, y te das cuenta que el cerebro es más vital que un cuerpo bonito. Creo que hay un culto tan grande a la belleza que hace que cualquier persona se pueda sentir mal, aunque sean estupendas. También está el culto a la juventud, y a los 30 años empiezas a sentirte toda cagada. Te urges por tres canas que te salen. Conozco gente que está obsesionada con cuántas arrugas le salen. Antes siempre encontraba que tenía las piernas gordas con celulitis, y ahora me miro y encuentro increíble que haya tenido un problema con eso a los 20, cuando era un palo de flaca. Ahora me relajo no más, y paseo mi celulitis. Si ya no fue ya…
¡Estamos sobre exigidas!
Las mujeres estamos sobre exigidas hace mucho tiempo, desde que buscamos salir de la casa. Antes sólo existíamos dentro de la casa, sirviendo a los hijos y al marido. Cuando empezamos abrir espacios masculinos, implicó una exigencia muy grande, hasta ahora. Esta cosa de ser buena madre, tía, abuela, amiga, esposa, amante, y flaca, bien vestida y depilada… Pero es algo personal, uno tiene que aprender a soltar, aunque suene muy Ángeles Lasso o Pedro Engel. Si no, te vueles loca intentado hacer todo. Las mujeres tenemos un sentido de la eficiencia muy grande, y nos juega una mala pasada. Uno tiene que ser imperfecta no más, no se puede todo.
También les puede pasar a ellos, ¿no?
Es que todos estamos sobre exigidos. Los hombres no tienen que ser muy hetero, normado y mil cosas. Hasta los niños están sobre exigidos. Ahora, personalmente no me veo ahora viviendo en un pueblo, sentada frente al lago pelando una coliflor. Tal vez en 20 años más me quiera ir a un lugar tranquilo, pero ahora mi vida en Santiago me gusta.
¿Aborto en las tres causales o aborto libre?
Libre, porque las tres causales quedan cortas. He escuchado historias de mujeres que han sido obligadas por sus parejas a abortar y otras no pueden tener un cuarto hijo. Siempre se dice, pero si los hombres fueran los que se embarazaran, hace mucho tiempo habría una ley. Lo que me complica del tema del aborto es que se vea como un problema moral, pero es de salud pública. Bueno, también hay una deficiencia en la educación. ¿Cómo no compran condones, no usan pastillas? No sé cómo está ahora la educación sexual, pero igual en mi colegio me enseñaban sobre sexualidad basada en la reproducción, y poco sobre prevención.
También existe una hiper sexualización, ¿no?
Me parece que hay ene gente que ahora se considera asexuada. Es común no tener deseo sexual y tiene que ver con la sobre exigencia, una vez lo dijo Rodrigo Jarpa. Primero, hay que soltar qué es normal. Si alguien tiene sexo 6 veces al día, qué rico, pero la normalidad no existe, depende de cómo se sienten ustedes como pareja. Si tienes una vez al mes y están bien los dos, genial. Todos estamos sobre exigidos porque nuestra calidad de vida es mala. Tenemos poco tiempo para conectar con uno mismo, y menos tiempo para conectar con otro.
