Chile

Marlon Parra, el rockstar de los tatuajes cuenta infidencias de su oficio

Llegó a Santiago adolescente, y la mezcla de suerte y talento lo convirtió en la estrella dentro de los tatuadores chilenos. Viaja por el mundo atendiendo a futbolistas, se lució con los diseños de Luli Moreno, Jhendelyn Núñez y Sigrid Alegría en el piscinazo como reinas del Festival de Viña, y hoy es dueño de un restobar donde mezcla el placer de comer con su pasión.

Por Marita Barías.
Fotografías: Gonzalo Muñoz.

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Si hay alguien que recuerda el famoso palo de Mauricio Pinilla en el Mundial de Fútbol de Brasil 2014, es Marlon Parra. No solo porque –al igual que todos los chilenos– con él vio desaparecer la posibilidad de pasar a la siguiente ronda, sino porque Pinilla lo eligió para que tatuara ese momento para siempre. Y no era el primero. «Pinigol» luce en su trabajado cuerpo varias obras de Parra. «Estoy acostumbrado a que venga con todas estas particularidades tan fuera de control. Él tiene esa personalidad y le digo que sí nomás. Muchas veces llega sin algo definido, pero con el del palo llegó decidido». Y no sólo él; la mayoría de la Roja entrega su piel a las talentosas manos y aguja de Marlon.

Nació en Temuco, donde vivió hasta su adolescencia. Luego fijó su residencia en Santiago, y a punto de salir de Cuarto Medio su hermano le dijo que se podría dedicar al tatuar. «Desde que tengo uso de razón dibujo, es mi primera pasión. Creo que por eso mi hermano me propuso este oficio», recuerda Marlon. Hoy goza de una fama y éxito único. Fue quien diseñó y realizó el arte sobre el cuerpo de Sigrid Alegría para el «piscinazo» por convertirse en reina del Festival de Viña del Mar. Lo mismo hizo con Jhendelyn Núñez, a quien cubrió con cristales, y con Luli Moreno, a quien vistió con pétalos de rosas. Está casado, es papá de dos hijos, embajador del Bourbon Bulleit y dueño del nuevo Tattoo Rockers Restobar, ubicado en calle Marín, en Providencia.

Imagen foto_00000003¿Siempre te has dedicado a tatuar?
Cuando llegué a Santiago estudié Diseño Gráfico Publicitario. Pero nunca lo ejercí, porque me empezó a ir bien con el tatuaje y ahí me quedé.

¿Quién te enseñó ?
El mismo tipo que me vendió la máquina de tatuaje. Me dijo «yo te enseño», y me preguntó qué tatuaje quería hacerme. Le respondí que una calavera, y mientras me tatuaba me enseñó lo que debía saber.

¿Y cómo te convertiste en el tatuador más pedido por celebridades y futbolistas chilenos?
La fama la logré porque le hice un tatuaje al Chino Ríos, por el año 2006. Que me llamara fue suerte. Pero haber cumplido con sus expectativas y que le gustara, fue mi talento. Haber estudiado Diseño Gráfico Publicitario me sirvió para entender el lenguaje de lo audiovisual y venderlo.

¿Qué opinas del tatuaje el día de hoy?
Hace 20 años, cuando empecé, fue una buena época porque todo esto estaba en pañales; lo que hicieras era bueno, porque no había referencia de tope. Ahora hay muy buenos artistas y de nivel, entonces a los chicos que empiezan con esto se les hace muy difícil entrar en este mundo y alcanzar esos logros.

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¿Te sentiste distinto por dedicarte a este oficio?
Siempre me ha gustado hacer cosas nuevas. Acabo de abrir un bar con tatuadores. Y antes de ser tatuador forme una banda de punk, a los 16 años. Estuvimos en grandes escenarios de Santiago, nos fue bien en fama pero mal en lo económico (se ríe). He tenido éxito en las cosas que me he planteado hacer.

Características de un buen tatuador…
Tiene que ser creativo, capaz de solucionar errores en el camino –porque se cometen constantemente–, tiene que ser empático, respetuoso, cálido, ponerse en el lugar de la persona y concretar la idea lo más cercana posible a lo que el cliente quiere.

¿Cuesta manejar el ego?
Jamás me meto en las decisiones de quien se viene a tatuar. Si quieren una flor, voy a tratar de hacer la mejor flor que pueda y acercarme a lo que quieren proyectar con el tatuaje. Hay gente que le gusta el realismo y el detalle más superficial, que parezca una foto, y hay otros que quieren representar la pasión de una rosa. Por lo tanto, van a ser dos flores distintas.

¿Prefieres tú crear para los clientes o que ellos lleguen con un dibujo?
Lo ideal es que lleguen con la idea súper clara, sólo la idea, no con bocetos ni nada dibujado. Pero sí con la idea.

¿Y qué prefieres dibujar como artista?
Me gusta hacer ilustraciones, que tengan líneas y buen color. La particularidad que tengo es que soy muy versátil, porque partí en un tiempo donde tenías que hacer lo que te pedían con las pocas herramientas que habían. Entonces, eso me hizo lograr un desarrollo importante. Una escuela que hoy no existe, porque los niños que se meten en esto tienen tutoriales en Youtube, los mejores implementos, etcétera. No hacen la curva completa del desarrollo del artista. Ahora sólo eligen un estilo y se dedican a eso. A veces no saben ni dibujar, sino que tatúan a pura plantilla.

¿Hay diferencia entre tatuar a un hombre y a una mujer?
De todas maneras; la mujer tiene la piel más sensible y eso lo hace más rico, porque es como trabajar con un plumón, ya que la tinta corre mejor. Esa es la diferencia cuando la aguja hace un trazo sobre una piel más sensible. Pero a la vez es peligroso, porque hay consecuencias en la irritación de la piel.

¿Una anécdota para contar?
Una vez estaba en Dubai en la casa de los Jiménez (Luis «Mago» Jiménez y María José López). Me invitaron a tatuarlos a ellos y a sus amigos. Entonces, por el viaje, me costaba mucho regular el sueño, y la mamá de la Coté López me pasó unas pastillas para dormir. Me advirtió que eran fuertes y que las tomara media hora antes de ir a acostarme. Me las tomé terminando un tatuaje de Luis y de repente, no me acuerdo de nada más. Al otro día me desperté con la misma ropa con que estaba, me habían dejado en una cama, pregunté por el tatuaje y me dijo que había terminado todo bien, a pesar de que me fui a negro.

¿Y has cometido errores?
Claro, es parte de la pega. A una chica con la muñeca muy pequeña, que me pidió 3 estrellas, tuve que hacerle cuatro, porque se me corrió la tinta y tuve que dibujarle una cuarta estrella. Ella se pudo haber puesto súper grave, pero por suerte lo aceptó.

¿Y cómo lidias con el dolor de tus clientes?
El dolor es parte del tatuaje, y quien quiere hacerse uno debe someterse y aceptarlo. No hay otra. Es completamente soportable, y las mujeres toleran mucho mejor el dolor que los hombres. Sin embargo, hay lugares más sensibles que otros. Las zonas más dolorosas son las más cercanas al hueso, pero no porque sea una sector más duro, sino porque hay más terminales nerviosas.

¿Los tatuajes responden a la moda?
Pasan por etapas. Ahora las mujeres se hacen pajaritos y aves. El año pasado era esa flor diente de león con los pistilos volando y las plumas. A mí me gustan los mandalas en las mujeres. Es un tatuaje con más presencia y estructurado, dentro de las modas del tatuaje. Porque finalmente son eso, moda, pasan, pero en la piel te queda para siempre.

¿Ha habido una evolución a través de los años?
Sí. En los 90 eran los escorpiones en los hombres y las mujeres se hacían rosas rojas. El signo de cada uno del zodiaco, también. Luego, los hombres, a finales de los 90 se hacían tatuajes biomecánicos, luego los tribales, de ahí cambió a los tribales polinésicos. Por eso siempre va a ganar el tatuaje old school. Ese siempre va a estar de moda. Por ejemplo, el tradicional japonés o el tradicional americano.

¿Tienes algún tatuaje favorito?
No tengo tatuajes favoritos, el último que me hago es el que más me gusta.

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SUS CONSEJOS PARA TATUARSE POR PRIMERA VEZ

* Buscar a un tatuador que trabaje con el estilo que te gusta.

* Ir a verlo, ver el estudio, las condiciones que trabaja y listo. «Deben haber unos 60 tatuadores muy buenos para elegir», dice Parra.

* «Generalmente con los lunares no pasa nada, pero tratamos de no tatuarlos porque no sabemos de qué tipo pueden ser. Las cicatrices deben tener más de un año para que estén completamente sanas, no sólo por fuera, sino también por dentro. Y con las quemaduras lo mismo. Se puede tatuar cualquier piel».

* El color de la piel influye en la gama de colores a usar. Mientras más moreno, menos brillantes quedan, pero todas las pieles se pueden tatuar.

¿CÓMO CUIDAR UN TATUAJE?

1-. Probablemente el tatuador lo haya cubierto con plástico o gasa, para evitar la entrada de aire en la herida y el roce con la ropa. Debes mantener esa protección un mínimo de dos horas y un máximo de cinco antes de quitarla.

2-. Durante unas dos o tres semanas hay que lavar la zona con agua tibia y un jabón neutro, al menos tres veces al día. No utilices jabones con perfumes o alcohol, ya que pueden irritar la herida todavía más de lo que está. Para distribuirlo por la piel, utiliza tu propia mano (que debe estar limpia), nada de esponjas o similares; y para secarlo, aplica suaves golpecitos con papel absorbente.

3-. Después de cada limpieza, extiende sobre el tatuaje una crema cicatrizante y masajéalo suavemente.

4-. Tapa la herida con gasas limpias los tres primeros días cada vez que limpies el tatuaje, para que no se creen costras y no roce la ropa.

5-. Durante el primer mes están prohibidos los baños en la piscina, el río o en el mar. Sí puedes ducharte con el tatuaje al descubierto, pero hay que procurar no mojarlo en exceso y retirar con la mano inmediatamente el jabón que caiga sobre él.

6-. A lo largo de ese periodo tampoco puede recibir rayos de sol. Una vez superado ese tiempo, protege la piel del tatuaje con crema de factor 50 si lo expones a los rayos solares.

7-. Trata de utilizar ropa que no se pegue en exceso a la piel para evitar el roce constante.

8-. Aplica cremas hidratantes una vez hayas acabado ese proceso para proporcionar una mayor protección a tu piel y así prolongar el brillo del tatuaje.

9-. Y si tienes más dudas, puedes visitar un dermatólogo.

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