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Deja de absorber las emociones de otras personas o terminarás enloqueciendo

Las emociones ajenas pueden dañarte más de lo que crees

Las personas altamente sensibles tenemos una inmensa capacidad de empatía. Debido a esto, nuestra sensibilidad a menudo supera a la del resto, provocando ansiedad o emociones demasiado intensas e incluso nos orilla a absorber las emociones ajenas.

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Al ser una especie de «esponja emocional», terminamos muy afectados por las emociones de los demás. Muchos de nosotros podemos entrar en una habitación e inmediatamente sentir tensión, alegría, incomodidad, tristeza o angustia, sin necesidad de ninguna comunicación verbal. En cierto modo, somos maestros comunicadores no verbales.

Pero es más que eso, es experimentar la intensidad de las emociones como si salieran de nuestra alma.

Esto se desencadenan porque el sistema nervioso es demasiado agudo, lo cual lo convierte en un  gran receptor. Los sentidos están intensificados, listos para recoger y absorber información extra del entorno, aún de forma inconsciente. 

Cuando eres altamente sensible, el corazón llora con facilidad y mientras que dicen que el tiempo es el mejor aliado para sanar, para ti se convierte en una tortura eterna. El dolor es un maremoto, porque tus mente están abierta de par en par y tu corazón se deja influir fácilmente.

Es frustrante intentar explicarte a las personas que simplemente no tienen el mismo corazón que tú. Se siente como si estuvieras constantemente en una frecuencia diferente pero cuando encuentras a las personas que son iguales a ti, procuras mantenerlas muy cerca de tu corazón pues sabes que cuando lo necesites, no tendrás que ocultar el dolor.

Esta gran receptividad hace que las personas estén mas pendientes del entorno que de ellas mismas.

La consecuencia final es que se pueden saturar si no aprenden a soltar parte de aquello que recogen y que es totalmente ajeno a lo que viven.

Aunque tener alta sensibilidad puede ser una ventaja para entender el mundo de mejor manera y tener perspectivas más amplias, se vuelve emocionalmente agotador, dejándonos con la sensación de que nuestro tanque está vacío.

No dependas de la opinión ajena.

Por supuesto que ser una esponja emocional termina siendo un desgaste tremendo para el corazón y la mente. Terminas sintiendo algo que no te corresponde y sea negativo o positivo, no es tuyo.

Una buena manera de evitar absorber las emociones ajenas es dejando de buscar la aprobación en los otros. Es imposible gustarles o caerles bien a todos, por lo que ser uno mismo es la mejor opción. Cuando buscamos la aprobación del resto, nos volvemos dependientes y dejamos que las emociones de otros os controlen.

Ámate a ti misma y enfoca tu atención en ser la mejor versión de ti. 

Cuando eres demasiado sensible, algunas personas te afectarán más que otras, pues la energía que emanan es más negativa de lo que tu sensibilidad puede soportar. Notarás que su humor va cambiando pero que siempre permanece cierta negatividad y pesimismo en ellos. Su humor podrá mejorar, pero tú te sentirás agotada, triste y pesimista.

No dejes que eso pase. Debes ser consciente de tus sentimientos. Puedes escucharlos y apoyarlos pero debes guardar distancia y alejarte en cuanto comiences a sentir un cambio en tus emociones.

No está mal ser tan sensible, lo que está mal es dejarte llevar por las emociones de otros.

 

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