Varios estudios han concluido que una buena parte de la mortalidad y enfermedades que se dan en África, se incrementan por la mala calidad del aire que respiran los africanos que viven en lugares donde se cocina con grandes fogatas dentro de las casas o a la intemperie.
PUBLICIDAD
Son cerca de 4 millones de muertes prematuras al año, las que provoca la sostenida quema de palos que según la Organización Mundial de la Salud (OMS) deja el aire con niveles tóxicos 50 veces mayores a los recomendados.
La gran cantidad de humo que sale desde las “cocinas”, además de acarrear terribles enfermedades respiratorias con riesgo de muerte en ancianos y lactantes, está haciendo favorable el brote de enfermedades como la meningitis, donde los vulnerables son más de 300 millones de africanos pobres que viven en Ghana, Camerún, Sudán, Eritrea, Etiopía, Kenia, Malí, Burkina Faso, Senegal y Gambia.
El polvo en tiempo de sequía es muy abundante y esto inflama las membranas y baja las defensas de las personas en África, por eso terminan siendo presa fácil de la meningitis y otras enfermedades.
“El humo de las prácticas culinarias pueden irritar el revestimiento de la mucosa, permitiendo que las bacterias se convierten en invasoras”, explica Christine Wiedinmyer del Centro Nacional para la Investigación Atmosférica (NCAR) en Colorado, Estados Unidos.
Wiedinmyer y su equipo ganaron una beca de la National Science Foundation (NSF), para estudiar la forma de cocinar y los efectos de estas practicas al norte de Ghana. La idea es que la investigación aporte datos claves sobre los efectos del humo y junto ingenieros, estadísticos, científicos de la atmósfera y otros profesionales encontrar una solución que no sea costosa.
Los científicos ya trabajan en la integración de cocinas más eficaces para la zona.
PUBLICIDAD
“La adopción de estufas más eficientes podría conducir a mejoras significativas en la salud pública y la calidad del medio ambiente”, propone Sarah Ruth, directora del NSF.
Toda la información recopilada y las soluciones serán presentadas a las autoridades de salud africanas, para que estas difundan las nuevas tecnologías y prácticas de cocina en la población, especialmente en las estaciones secas donde el aire se vuelve más peligroso.
Cabe señalar que la labor de los científicos no ha sido en laboratorios, sino que han trabajado codo a codo con las comunidades, las cuales se mostraron dispuestas a realizar cualquier cambio que mejore su calidad de vida.
Fuente: Cocinando Aire Limpio en África (Ecology)