Hace algunos días la Cámara de Diputados de Chile aprobó un proyecto para fiscalizar los efectos del flúor en la salud de los chilenos. Dicho proyecto solicita que el ministro de Salud, Jaime Manialich y la Superintendencia de Servicios Sanitarios utilicen todas sus facultades para investigar los posibles daños que provoca del flúor, especialmente en el agua potable.
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El flúor (F) es un elemento radioactivo y tóxico, aunque su utilización para consumo humano pasa casi inadvertida, con los compuestos y aditivos con que se mezcla, por ejemplo en los dentríficos dentales. Pero muchos alimentos tienen altas dosis de flúor, hasta necesidades básicas tan vitales como el agua cuentan con este potente elemento.
Hace algún tiempo que una parte de la ciudadanía chilena comenzó a investigar lo peligroso que podía llegar a ser para salud la presencia de Flúor en el agua potable. De inmediato un grupo de diputados se sumó a la preocupación y presentaron un proyecto en la Cámara ¿Pero qué tan tóxico puede llegar a ser el F?
“La vía principal de incorporación del F al organismo humano es la digestiva; el 90% del F ingerido se absorbe en el estómago. En adultos, alrededor del 10% del F absorbido se deposita en los huesos, en tanto que en los niños se fija hasta un 50%. La concentración máxima de F en el plasma se observa de 30 a 60 minutos después de haberse ingerido.
En el recién nacido, cerca del 90% del F absorbido es retenido en el sistema óseo. Esta afinidad decrece con la edad y se estabiliza. En los niños, alrededor de un 50% del F absorbido se fija al esqueleto al completarse la fase de desarrollo y el 50% restante es excretado a través del riñón.
El F es capaz de atravesar la barrera hematoencefálica, lo que puede producir cambios bioquímicos y funcionales en el sistema nervioso durante la gestación, ya que el F se acumula en el tejido cerebral antes del nacimiento; se ha reportado que la exposición al F durante el desarrollo embrionario está relacionada con trastornos de aprendizaje”.
Es en el feto donde se han encontrado los mayores daños, según estudios internacionales, han encontrado fetos abortados con serios problemas cerebrales, como la displacia neural, entre otros. Además se ha demostrado que el F es responsable de la perdida de proteínas en el cerebro y de materia gris lo cual interrumpe otros desarrollos vitales para el cuerpo humano:
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“Provoca hinchamiento de las mitocondrias, retículo endoplásmico granular, agrupamiento de cromatina, daño en la membrana nuclear y disminución en el número de sinapsis, mitocondrias, microtúbulos y vesículas sinápticas, así como daño a nivel de la membrana sináptica. Estos cambios indican que el F puede retardar el crecimiento y la división celular en la corteza, y que el menor número de mitocondrias, microtúbulos y vesículas en la terminal sináptica podría disminuir la eficacia entre las conexiones neuronales y producir un funcionamiento sináptico anormal e influir en el desarrollo cognitivo durante la vida posnatal”.
En los adultos los experimentos señalan que sujetos que son expuestos crónicamente el flúor presentan dificultad para concentrarse, pérdida de memoria y dolores físicos como la fatiga.
Aunque muchos de los daños señalados son producidos por altas dosis de F, no está de más que las autoridades investiguen un poquito sobre los posibles daños que podría provocar el agua que sale de nuestra llave ¿mínimo no?
Fuente: Efectos del flúor sobre el sistema nervioso central (El Sevier)
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