El Concejo Metropolitano de Quito decidió otorgar de manera póstuma el “Gran Collar Rumiñahui” a Paulina Tamayo, en honor a su excelencia artística, su pasión por la música nacional y su contribución al alma del Ecuador.
Esta condecoración no es cualquier premio ya que, según el reglamento municipal, el “Gran Collar Rumiñahui” es la más alta distinción que puede recibir alguien por parte del municipio capitalino. Originalmente pensada para jefes de Estado, jefes de Gobierno o “eximias personalidades” que hayan prestado un servicio trascendental a la humanidad.

Por eso, al entregar este galardón, Quito no solo honra una carrera, sino el espíritu de quienes han dado lo mejor de sí para enriquecer la identidad cultural, musical y emocional de toda una ciudad y de todo un país.
Una vida dedicada al canto y al pueblo
Paulina Tamayo, conocida cariñosamente como “La Grande del Ecuador”, nació en Quito en 1965 y dedicó 54 años de su vida a cultivar, defender y difundir la música tradicional ecuatoriana por medio del albazo, pasillo y pasacalle con una voz que acaricia el alma. Su presencia en escenarios nacionales e internacionales llevó al Ecuador a lugares lejanos, siendo embajadora de nuestra cultura.
Más allá de su talento, su labor artística fue fundamental para preservar la memoria colectiva con interpretaciones que ayudaron a que el repertorio tradicional sea celebrado y reconocido. Muchos la recuerdan por canciones emblemáticas, por su entrega y por la emoción con la que cantaba.

Su fallecimiento el 21 de octubre de 2025 dejó un vacío, pero también un legado imperecedero, porque hasta el día de hoy su música sigue viva y sigue inspirando.
Una ceremonia llena de emoción y orgullo
El homenaje oficial se realizó el 6 de diciembre de 2025, durante la sesión solemne por los 491 años de fundación de San Francisco de Quito. El alcalde de la capital, Pabel Muñoz, fue el encargado de entregar el reconocimiento a los hijos de Paulina Tamayo, Paola y Willie Tamayo.
Su hija, visiblemente emocionada, recibió el collar, mientras que su hermano tomó la palabra para agradecer al alcalde y compartir que este se había comunicado con Paulina antes de su fallecimiento para informarle que estaba nominada.
Aunque la condecoración llegó de manera póstuma, resulta profundamente conmovedor saber que “La Grande” alcanzó a enterarse de que su ardua labor sería reconocida.
Así, este acto de reconocimiento reafirma cuánto significó Paulina Tamayo para la capital y para todo Ecuador. Su voz, su entrega y su legado emocional se transforman ahora en símbolo de gratitud, admiración y orgullo.
El reconocimiento que lleva el nombre de un héroe
El nombre del galardón, Gran Collar Rumiñahui, remite a Rumiñahui, legendario general indígena conocido por su valentía y resistencia en defensa de Quito contra los conquistadores.
Ese nombre evoca memoria histórica, identidad andina y orgullo ancestral. Al entregar este collar a Paulina Tamayo, Quito no solo hace justicia a su arte, sino también une su legado al espíritu de resistencia, dignidad y amor por la tierra que representaba Rumiñahui.
Un legado eterno que canta al corazón
Con el Gran Collar Rumiñahui, la ciudad reconoce la dedicación, el talento y la entrega de Paulina Tamayo, pero más allá del honor, es un mensaje de gratitud, de historia, de identidad. Porque su voz y su arte nos recuerdan quiénes somos y de dónde venimos.

