Cuando el amor trasciende fronteras, se escribe una historia que nos inspira a soñar. Nathaly Quiñónez, la reconocida modelo esmeraldeña, cumplió uno de esos momentos mágicos el sábado 23 de agosto de 2025, se casó con el empresario alemán Thomas Greulich en una ceremonia al aire libre.
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Amor que floreció
La historia de ellos empezó con un simple encuentro en Múnich, cuando Thomas vio a Nathaly caminando tras un desfile y le pidió su contacto. Lo que parecía un gesto casual se convirtió en una conexión profunda, que escaló con encuentros, risas y sueños compartidos.

Su noviazgo fue a distancia, pero el cariño y empeño sobrevivieron al espacio, y ese esfuerzo se cristalizó en el compromiso formalizado el 30 de enero en Ecuador.
Ese anillo de compromiso, hecho con una esmeralda de fuerte color verde, no solo simboliza su amor, sino también es un tributo a las raíces de Nathaly en Esmeraldas.
Una boda con alma, cultura y autenticidad
La ceremonia fue más que una fiesta, fue una fusión de culturas. La mamá de Nathaly viajó desde Ecuador para acompañarla, y los presentes pudieron recibir mensajes emotivos de quienes no pudieron asistir. Todo estuvo pensado para transmitir calidez, cercanía y alegría.
Tal como ella lo expresó antes de la boda, en su comunidad, Quinindé, no es común casarse; muchas parejas viven juntas sin formalizar, así que este enlace marcó un nuevo camino lleno de tradición y esperanza.

Raíces que brillan
Antes de su boda civil, Nathaly protagonizó una sesión de preboda en Nueva York luciendo un traje de marimba que perteneció a su madre. Esa prenda, con flores amarillas y violetas, esta llena de simbología: orgullo afroecuatoriano, cultura y legado familiar. Para ella, fue una forma de honrar a su mamá y sus raíces.
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Un nuevo capítulo
Tras la boda, Nathaly se prepara para mudarse a Alemania junto a su esposo, donde planea continuar su carrera de modelaje, de hecho, ya ha participado en campañas de moda en ese país, y también seguir con su proyecto de vida, que incluye formar una familia y apoyar desde lejos su fundación “3 Niñas” en Esmeraldas, Quinindé.
Nathaly demuestra con su vida que se puede equilibrar el éxito profesional con el compromiso social y familiar. Su historia, de Quinindé al mundo, del talento al amor, emociona, motiva y nos recuerda que, cuando actuamos con intención y corazón, podemos construir puentes de luz entre culturas.