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Las deportaciones dejan huellas en corazones peludos: historias de abandono, solidaridad y nuevos hogares

Las deportaciones repentinas en EE.UU. no solo rompen familias humanas, también dejan atrás a perros y gatos que ahora encuentran esperanza gracias a redes de rescate y adopciones.

Mascotas en refugios por deportaciones
Mascotas en refugios por deportaciones

En medio del bullicio de las redadas migratorias en EE.UU., hay pequeños seres que se quedan atrás sin previo aviso, perros, gatos en incluso otros animales que, de la noche a la mañana, pierden a quienes más aman. Las deportaciones no solo separan familias humanas porque además son personas que se ven obligadas a dejar a sus mascotas, las cuales se quedan atrapadas en el limbo.

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Refugios de animales por todo Estados Unidos viven una avalancha inesperada de animales, entre perros, gatos, conejos y hasta gallos, desconcertados y a merced del destino que les toque.

Refugios a tope

Un ejemplo entrañable es el refugio Adopt and Save a Life Rescue Mission, en el oeste de Miami. Su directora, Daymi Blain, cuenta que en los últimos meses recibieron “llamadas todos los días, miles de llamadas”, de personas desoladas o vecinos preocupados. Con más de 50 perros y 30 gatos, y la llegada constante de más, el refugio ha improvisado nuevos espacios para poder brindarles un techo y cariño.

La resiliencia se viste de cuatro patas

Pero no solo en el sur de Florida sucede esta situación. En Los Ángeles, el Departamento de Cuidado y Control de Animales (DACC) ha registrado que, desde el 10 de junio, al menos 15 perros fueron entregados por deportaciones en el condado.

Incluso ocurrió una historia que conmovió a muchos, una familia tuvo que dejar a Draco, un pastor alemán de 6 años, porque era demasiado grande para volar; fue dejado el 30 de junio y, gracias a un video viral en redes sociales, en una semana encontró un hogar.

Mascotas en refugios por deportaciones
Mascotas en refugios por deportaciones (Yana Tatevosian)

Unidos por el amor a los animales

Mientras la situación parece desbordarse, surgen acciones valiosas. En Brooklyn, por ejemplo, Kyle Aaron Reese no dudó en adoptar a Benny, un bulldog que perdió a sus dueños deportados tras ver una publicación en Facebook; como él mismo dice, “todo sobre ese perro me hizo quererlo más”.

Aunque los refugios estén al límite, hay iniciativas de solidaridad. En Tennessee, rescates como Big Fluffy Dog Rescue permanecen alerta, extendiendo sus misiones para atender las consecuencias de las deportaciones y organizaciones como Flatbush Cats, Enlace Latino o CARE.4Paws coordinan redes informales y públicas para asegurar el cuidado de gatos y perros e incluso otros animales de quienes fueron deportados.

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Mascotas en refugios por deportaciones
Mascotas en refugios por deportaciones (Rushay Booysen @rushay)

El plan de rescate, también es comunitario

El Departamento de Cuidado y Control de Animales de Los Ángeles ha hecho un llamado público, si alguien está en riesgo de deportación y no puede cuidar a su mascota, puede entregarla a cualquiera de los siete centros de atención sin preguntas sobre su estatus migratorio; aseguran que allí los animales reciben comida, cuidados médicos y apoyo. En este sentido, lo que se quiere transmitir es que no importa la situación legal, ya que ninguna mascota debería sufrir por algo que escapa a su control.

En tiempos difíciles, cuando la incertidumbre lo invade todo, el amor por los animales nos recuerda que la empatía no tiene fronteras. Cada perro o gato que encuentra un nuevo hogar no solo sana su propia herida, también nos enseña que, incluso en medio del caos, podemos construir puentes de cariño y compasión.

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