Ecuador celebró un hallazgo emocionante: científicos identificaron una nueva especie de sapo andino, bautizada como Osornophryne backshalli, en honor al aventurero y presentador británico Steve Backshall. Este descubrimiento, publicado en la revista PeerJ, surge del trabajo interdisciplinario de organizaciones como el Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio), la Fundación EcoMinga, la Universidad Regional Amazónica Ikiam y la Universidad San Francisco de Quito.
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La especie fue hallada en las laderas del Cerro Candelaria, en la provincia de Tungurahua, dentro de un ecosistema de bosque nublado entre los 2.568 y 2.725 metros sobre el nivel del mar. Esta zona forma parte del Corredor ecológico Llanganates‑Sangay, clave para la conectividad de especies entre parques nacionales.
Sobre el anfibio
Osornophryne backshalli pertenece al género Osornophryne, endémico de los Andes del norte de Suramérica y antes limitado a once especies reconocidas. Con su incorporación, el grupo se amplía a 12 miembros.
Los machos alcanzan entre 22 y 29 mm y las hembras hasta 35 mm. Su piel tiene verrugas cónicas y papilas triangulares en el hocico; el dorso marrón oliva presenta manchas amarillas brillantes y su vientre luce un patrón distintivo de tremas amarillas sobre fondo marrón.
Uno de sus rasgos únicos es un quinto dedo del pie mucho más corto que en especies similares, junto con estructuras óseas que lo diferencian genéticamente de especies cercanas.
Reconocimiento a presentador de TV
El nombre backshalli honra a Steve Backshall, famoso por su labor de divulgación científica y su compromiso con la conservación ambiental a través de la organización World Land Trust. Gracias a su apoyo, se han fortalecido áreas protegidas en la cuenca alta del río Pastaza, incluidas la Reserva Cerro Candelaria y la Finca Palmonte.
Más que un hallazgo científico, el descubrimiento representa una noticia esperanzadora para la conservación en Ecuador, reconocido como uno de los 20 países más biodiversos del planeta. Sus 91 tipos de ecosistemas, que van desde bosques húmedos a páramos y herbazales, facilitan la aparición de especies endémicas sorprendentemente diversas.
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Las observaciones en campo indican que O. backshalli tiene una densidad poblacional muy baja y una distribución muy restringida. Por eso, los autores sugieren clasificarla temporalmente como “Datos Insuficientes (DD)” en la Lista Roja de la UICN, hasta disponer de más datos sobre su estado real. Al pertenecer a un hábitat protegido, su descubrimiento refuerza la necesidad de seguir explorando y estudiando zonas remotas del país.
Un hallazgo simbólico
Este sapo no solo aporta información valiosa sobre la diversidad andina, sino que también representa un símbolo de colaboración científica y ambiental. El trabajo conjunto de instituciones públicas y privadas, universidades y organizaciones conservacionistas muestra que con dedicación y compromiso se pueden lograr grandes avances para la naturaleza.
En un país donde cada nuevo descubrimiento genera orgullo y empuje, Osornophryne backshalli llega como una inspiración para estudiantes, jóvenes naturalistas y amantes del planeta, recordándonos que aún hay secretos por descubrir en los bosques andinos. Su nombre, vinculado a la figura de un embajador ambiental reconocido mundialmente, también resalta la importancia de la ciencia local con alcance global.
En definitiva, este pequeño anfibio andino se convierte en un gran mensaje: la protección de la biodiversidad es una aventura compartida, que impulsa la conservación, enciende la curiosidad y celebra la riqueza natural ecuatoriana en cada rincón montañoso.