Hay historias que te tocan el alma y motivan. Julia nos abrió las puertas de su corazón para conocer más acerca de como una palabra (cáncer) pudo cambiar tanto su vida y la de su familia.
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Octubre es un mes maravilloso por estar enfocado en la sensibilización de esta enfermedad que alrededor del mundo se ha cobrado miles de vidas en Ecuador, y en el mundo entero. Sin embargo, hay historias que merecen ser contadas por la resiliencia con la que enfrentaron esta batalla para hoy decir sobreviví y cada día lo vivo con amor, paz y entusiasmo.
¿Cómo empieza esta batalla?
Todo comenzó cuando mi esposo falleció de cáncer, y para mi recibir este diagnóstico cuatro años después fue aterrador, doloroso y lleno de incertidumbre. La doctora que me atendió desde el inicio me dijo que yo podía sobrevivir porque mi cáncer era tratable, y gracias a Dios recibí el tratamiento y pese a todo seguí luchando con mi familia.
Un momento difícil que tocó a su familia. ¿Cómo fue el proceso junto a ellos?
Cuando le conté a mis hijos sobre el resultado de mis exámenes ellos me dijeron que ellos no van a soportar quedarse sin su mamá, luego de haber perdido a su papá, tomaron aliento y me dijeron que no iban a dejarme sola, y desde ese momento han sido mi sostén en todo momento, su apoyo y respaldo me ha motivado y cada cosa que hago para ellos es una muestra de orgullo y fortaleza eso me vuelve muy feliz.
Esta enfermedad me ha dejado un gran mensaje, que es disfruta, vivir y sentir día a día este nuevo reto. A todas las personas que están enfrentando una situación similar les pido que se unan más y hagan una sola fuerza para salir victoriosas.
¿Cómo fue enfrenta esta enfermedad como hijo de Julia Alvarado?
“Para nosotros fue totalmente duro, luego de que en el 2014 haya fallecido mi papá, mi mamá me llame a decirme que le detectaron cáncer de mama. Las primeras palabras de mi mamá fueron llorando y sentí esa impotencia y dolor. Sin embargo, no nos dejamos caer y como hijo mayor le di todo mi apoyo. En momentos solos si sentía que me quebraba, pero siempre estuve fuerte para ella, no dudo ni un minuto que Dios siempre está con nosotros.Mi mamá para mi es realmente una mujer admirable, ella siempre venía de Santo Domingo a Quito por las quimioterapias y muchas veces lo hacia sola, pero otras veces estaba yo junto a ella. Lo que más rescato de esos momentos es que mi mamá salía fuerte, y con ánimo de todo pese a estar sometida a una quimioterapia, eso nos motivaba como familia para seguir impulsándonos, y dándonos ese aliento de vida cada día”, expresó el hijo mayor de Julia Alvarado.