En los últimos años, el tema de ‘menstruación digna’ (impulsado por el Colectivo Menstruación Digna) ha dado mucho de qué hablar en México. En 2020, después de que una mayoría en la Cámara de Diputados votara en contra de eliminar los impuestos en productos de higiene menstrual, las mujeres alzaron la voz en redes sociales.
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Fua así como en abril de 2021, Diputados aprobaron la Ley de Menstruación Digna que da acceso gratuito a toallas y tampones en escuelas. El dictamen fue llevado al Senado para su análisis y aprobación. Finalmente, en octubre de ese mismo año, la Cámara de Diputados dio luz verde a la eliminación del Impuesto al Valor Agregado del 16% en toallas sanitarias, copas menstruales y tampones.
“El gravar los productos que atienden la menstruación significa que este impuesto tiene una incidencia económica en las mujeres. Este impuesto afecta más a las mujeres en situación de pobreza porque no pueden comprar los productos mencionados ante la falta de recursos, derivado del traslado del impuesto que efectúa el enajenante, con los consiguientes efectos negativos en su higiene y riesgos de salud”, apuntó el dictamen.
Ahora que ha comenzado el 2022, se ha puesto en marcha el Paquete Económico 2022 en el que están señalados los productos de higiene menstrual a los que se les eliminó el IVA y que deberán ser más accesibles a los consumidores.
“Hoy se presentó la Iniciativa de Ley de Ingresos 2022 que incorpora elementos de política fiscal para la equidad de género. Se propone tasa 0% de IVA a los productos de gestión menstrual. Esta medida permitirá a las empresas reducir el precio de dichos artículos”, señaló Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda.
A pesar de que esto ya entró en vigor, algunos usuarios, han reportado que empresas y negocios siguen cobrando este impuesto y que no hay un cambio de precio reflejado.
¿Por qué es importante seguir luchando por una menstruación digna?
Las brechas salariales han provocado que muchas mujeres se encuentren en una situación de mayor vulnerabilidad e injusticia económica. No todas tienen acceso a los productos que se requieren y menos pensando que cada paquete cuesta entre $40 pesos y hasta $70 pesos. La menstruación no debería ser un lujo que no podamos pagar pero mientras que se obtiene la gratuidad, es importante que se aplique la reducción de costos sin peros.
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Falta de educación menstrual. Las mismas brechas salariales y de género han provocado que muchas mujeres, desde niñas, no tengan un acceso adecuado a la educación menstrual.
Esto es que no tienen los conocimientos necesarios sobre su cuerpo para ver la menstruación como una condición natural, sin prejuicios sociales. Hoy más que nunca se busca que todas tengan acceso a productos de higiene pero sobretodo al entendimiento de su cuerpo para romper tabúes.
Por si fuera poco, viene acompañada de cólicos y otras situaciones médicas que pueden llegar a ser graves en algunas y que requieren atención médica.
No todas las mujeres tienen acceso a una opción “eco friendly”. Todas merecen una menstruación digna, cómoda , segura y al alcance. SIn embargo, en medio de un movimiento para cuidar el medio ambiente, se ha dividido la opinión en torno a los productos de higiene menstrual.
Mientras que la copa menstrual es una gran alternativa, el costo sigue siendo elevado para quienes viven de un salario mínimo, aún cuando se trate de una sola compra. También está el tema de la falta de condiciones para hervirla y conservarla de manera higiénica. Lo mismo sucede con las toallas de tela. Hay incluso quienes hablan de una «menstruación libre», pero ¿realmente son alternativas viables para todas? Ahí es donde encontrar un punto en común se vuelve complicado.