A nivel mundial, mayo es el Mes de Concientización de la Insuficiencia Cardíaca. El desconocimiento de esta enfermedad, su impacto en términos de mortalidad, la limitación de la calidad de vida que provoca y, sobre todo, la necesidad de hospitalizaciones hacen necesaria la visibilización de este problema.
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El cardiólogo de Clínica Indisa y presidente de la Sociedad Chilena de Cardiología y Cirugía Cardiovascular (Sochicar), Víctor Rossel, explica que la insuficiencia cardíaca «es la incapacidad del corazón para bombear sangre en forma adecuada al organismo». Sus principales causas son la hipertensión arterial y la enfermedad de las arterias coronarias y puede surgir de manera progresiva o repentina.
Esta patología afecta cada vez a más personas. De hecho, se proyecta que 1 de cada 5 personas mayores de 40 años la desarrollará a lo largo de su vida. Asimismo, de acuerdo a estudios internacionales, se estima que en forma global e independiente de la edad, entre un 2-3% de la población está afectada por esta enfermedad, cuya prevalencia es más alta en la medida que aumenta la edad y puede alcanzar cifras superiores a 15% en personas de más de 70 años.
«Aproximadamente, un 50% de los pacientes diagnosticados con esta enfermedad fallecen al cabo de 5 años, si no son diagnosticados y tratados en forma oportuna y adecuada. De hecho, la tasa de mortalidad por esta causa puede, incluso, ser superior a algunos tipos de cáncer», señala Rossel.
Síntomas a los que estar alerta:
- Cansancio fácil.
- Sensación de falta de aire o ahogos al hacer esfuerzos.
- Fatigabilidad y retención de líquido o hinchazón (edema) de las piernas.
El cardiólogo de Indisa advierte que es muy importante su detección temprana, ya que «si se dan los tratamientos farmacológicos adecuados, el control y el pronóstico de la enfermedad mejoran en forma significativa». También detalla que el Covid-19 puede provocar insuficiencia cardíaca debido a la inflamación del músculo cardíaco (miocarditis), por toxicidad y daño directo del virus sobre el corazón, o a través de mediadores inflamatorios, entre otros.
«Es muy importante que los pacientes con enfermedades de riesgo continúen con sus tratamientos y no dejen de acudir a la atención médica», sostiene. Igual de relevante «es la prevención de la enfermedad, y eso se logra con estilos de vida saludables, evitando el cigarrillo y el consumo de alcohol en exceso, diagnosticando y tratando en forma oportuna y correcta las enfermedades que pueden conducir a la falla cardíaca».