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Los ataques de hombres en manada aumentan en el mundo y sigue sin haber justicia.

Las famosas ‘manadas’ se han convertido en un problema sin atender dentro de la violencia hacia las mujeres

En 2016 se dio a conocer el caso de un grupo de hombres que tenían un grupo de WhatsApp llamado La Manada a través del cual organizaron una violación a una joven de dieciocho años durante las fiestas de San Fermí en Pamplona, España. La víctima denunció a los agresores, quienes fueron condenados por abuso sexual pero absueltos del delito de violación, causando gran indignación en el país. 

Los cinco fueron condenados a 9 años de cárcel y posteriormente se aumentó a 15 años dictadas por el Tribunal Supremo, luego de que decenas de manifestantes congregados frente a la corte criticaron el veredicto al grito de: «No es abuso, es violación».

Pero este caso no es el único que preocupa ya que parece estar convirtiéndose en un patrón alrededor del mundo y la justicia sigue sin existir.

Recientemente la noticia de la violación, tortura y asesinato de una mujer de 19 años, presuntamente a manos de un grupo de hombres de casta dominante en la aldea de Hathras, en el estado de Uttar Pradesh, en India, ha provocado una indignación generalizada.

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La gente de todo el país está protestando, exigiendo justicia y respuestas gubernamentales más efectivas a la violencia sexual en un país donde las mujeres no tienen voz.

La violación en grupo y la muerte de una mujer de la casta más baja de la India provocó indignación en todo el país el miércoles, con varios políticos y activistas exigiendo justicia y manifestantes en las calles.

La víctima, que pertenecía a la comunidad dalit, fue violada por cuatro hombres el 14 de septiembre. La familia de la mujer dijo a la prensa local que la encontraron desnuda, sangrando, paralizada, con la lengua partida y la columna rota en un campo fuera de su casa. Sobrevivió pero murió dos semanas después, debido a las lesiones en un hospital de Nueva Delhi.

Pero mientras que colectivos feministas y grupos de mujeres se manifestaron para exigir justicia, con pancartas y gritos de “Alto a la cultura de la violación”, la policía las contuvo como si fuesen las criminales.

Otro caso reciente ocurrió en Perú, donde una joven de 21 años fue violada en manada en un distrito de Lima. El juzgado dictó prisión preventiva de nueve meses para cinco hombres. Diversos medios locales reportaron que en el examen médico legal no hubo signos de agresión física, “pero sí hay resultados positivos para ataque sexual”.

La víctima sostuvo que luego de una reunión con amigos se sintió “como dopada” y ello le impidió defenderse de la agresión. Mientras tanto, los agresores reconocieron durante el interrogatorio que la violación pero alegaron que hubo consentimiento.

https://twitter.com/oppedohunt2020/status/1320961557090705409

Por si fuera poco, el abogado de uno de los detenidos, Paul Muñoz, comentó que “la señorita es una persona a la que le gustaba la vida social”, desatando gran indignación en redes sociales, además de un movimiento para dejar de juzgar a las mujeres por «tener vida social».

¿Qué está sucediendo? ¿Por qué estamos ante tal descomposición social? 

Las violaciones en grupo, ahora conocidas como «manadas» se han convertido en una constante en todo el mundo.  Éstas son parte del llamado «pacto patriarcal» que tanto alimenta la violencia de género. De acuerdo con el Instituto DMHA, este pacto implica «una aceptación de los estereotipos machistas que va más allá de su simple normalización. Esto ocurre cuando sabemos o intuimos que nuestras acciones y las de otros perpetúan estereotipos y desigualdades y aún así, decidimos ignorarlo por nuestra propia comodidad y tranquilidad».

Los hombres actúan en grupo y solapan las conductas violentas de sus compañeros porque lo consideran algo «normal» y callan y se convierten en cómplices porque consideran que «deben defender y apoyar a los suyos». 

El mundo se ha vuelto en un lugar donde tantos hombres atacan, violan y asesinan a tantas mujeres. Donde los que no matan, violan y los que no, los encubren. Hombres que acosan, que consumen pornografía, que ven a la mujer como objeto de placer, que se aprovechan de sus amigas. Pero también están los hombres que no mata ni violan pero sí callan, sí ríen y son indiferentes.  ante las agresiones y eso también los convierte en parte del problema.

No podemos permitir que la violencia siga creciendo y que los delitos queden impunes. No podemos seguir solapando la violencia machista y permitir que el pacto patriarcal siga creciendo ante la falta de respuesta de las autoridades.

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