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Entrevista a Dora Barrancos:”En toda Argentina hay algún aparato gubernamental que contiene la palabra diversidad”

La socióloga, investigadora y asesora presidencial describe en una conversación con Nueva Mujer su inducción en el feminismo, la necesidad de implantación de políticas públicas de género y parte de sus creencias que la han llevado a ser una de las figuras intelectuales más relevantes del movimiento en el país.

Dora Barrancos Instagram

En 2016, Dora Barrancos realizaba una conferencia en la prestigiosa organización de TedTalks, llamada «No se nace feminista».

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Barrancos, licenciada en Sociología y además investigadora, historiadora y asesora del presidente del Gobierno, indica que no estudió esta carrera con intereses por el feminismo.

La investigadora, se define en esa época como una de «esas niñas cocoritas, envalentonadas», pero que recuerda que «desde muy chica» lo que más le gustaba era ganarles discusiones a los varones.

Barrancos, habla de su militancia política, bajo lemas basados en «la transformación radical  y la extinción de los privilegios de clase» entre otros, pero que no era feminista.

La primera vez que leyó a Simone de Beauvoir, explica que contaba con «veinti pocos años» y fue gracias a «una gran amiga que tenía procedencia de clase obrera y se había transformado en el feminismo de manera muy precoz».

Dora, describe que leyó El segundo sexo «con el entusiasmo de una joven ulterana, como si fuese literatura».

«Las jóvenes de mi generación teníamos muchos reparos respecto al feminismo como una vertiente muy burguesa, tontería de mi época», asevera.

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EXILIO EN BRASIL

Cuando el 24 de marzo de 1976 sucedió el golpe de Estado que generaría en la dictadura argentina, Barrancos, debido a su ideología perdió su puesto de trabajo y se vio obligada a exiliarse a Brasil con su esposo.

Fue en ese país donde le cambiaron todas sus percepciones sobre el feminismo.

En 1979 un hombre asesinó a balazos a su compañera, alegando infidelidad.

Un día Dora se encontraba en un programa de televisión donde se entrevistaba al abogado del femicida, una persona muy reputada en Brasil.

El letrado, dijo que iba a recurrir a «legítima defensa del honor» para la defensa de su cliente.

«No podía dar crédito a lo que estaba viendo[…] De hecho, el homicida, fue condenado finalmente creo que a tres años y luego se le redujo a dos», expone la socióloga.

Esto supuso un «deslumbramiento» para Barrancos, que la hizo adentrarse en el feminismo.

La historiadora, detalla que el Código Penal ya había sido modificado en este aspecto en Argentina en 1921, pero el código de Brasil «todavía en ese punto no, y era casi autorizante por parte del Estado el exterminio de una mujer que hubiese cometido adulterio porque era un atenuador y un mitigador».

No obstante, una alternativa defensoria que había en Argentina era «la emoción violenta», que todavía rige, y algunos todavía tratan de aplicarla pero que hoy día ya «casi no da lugar».

«Yo tenía muchas amigas feministas en Brasil. Era una posición de enorme amigabilidad o de fusión. El hecho de que yo fuese una exiliada política da la rebeldía de mis condiciones, se suponía que yo era feminista, pero no, eso es una adquisición. Pero después de ese episodio tan impresionante nos incorporamos a movilizaciones sobre todo en las tremendas villas populares, en las favelas de Brasil. Te hablo de los años 80, y nos encontrábamos con mujeres, hacíamos reuniones y abordábamos temas de sexualidad», rememora.

Barrancos, recuerda que Brasil también venía de una dictadura, pero que había «habido una curva de aflojamiento» y eso «significó que tal vez las mujeres en Brasil las mujeres pudiesen estar más cerca con todos los ensayos feministas».

La investigadora, cita a un grupo de mujeres brasileñas, Mujeres de la Amnistía, que fueron las que lucharon contra la dictadura, liderado por la abogada Therezinha Zerbini.

«Ella no tenía ganas de que ese movimiento de la amnistía fuera feminista ni hiciera ninguna interpretación de adhesión a formas políticas, quería un movimiento aseptizado, un movimiento para que la lucha contra la dictadura por la amnistía tuviese una cierta asepsia, para que no fuese tildado de un algo descontrolado, el feminismo podía tener un perfume de descontrol y tampoco era la intención que mucho menos que las militantes del movimiento hiciesen adhesiones políticas porque esa militización jugaría en contra», señala.

Dora, cuenta que durante un tiempo estuvo muy cerca de ese movimiento.

La historiadora, comenta que hacían varías actividades, como ferias en casas de familia para vender.

«Ahí te digo algo que creo que nunca lo he contado, yo hasta hace poco tenía andá a saber en qué porque después mudanzas y después todo, pero debe estar guardado en un rincón de esta casa, un grabado hecho con una técnica de horadar la madera, fabricado por una detenida política. Yo había comprado eso,  es una escena de un maternaje», revela.

La socióloga, admite que su situación de extranjera la ponía en cierta situación de vulnerabilidad ante esa dictadura, aunque estuviese ya «muy desgajada».

Respecto a la lucha en Brasil por la sexualidad femenina, en los derechos de la sexualidad sexo genérica y de las mujeres, Dora opina que «los modos de amigabilidad con las personas lesbianas, gays en lo cotidiano eran mucho más contundentes de lo que eran en Argentina.

Barrancos, apostaba por el país de la samba como el que estaba más cerca de consagrar el matrimonio entre personas homosexuales.

«En cambio, yo pensaba que Argentina iba a ser uno de los países más retrancados, más regredidos. Hace poco conté que hacia en 2004, se publicó un texto mío en una revista norteamericana llamado Modernidad problemática, donde contaba en ese artículo que Argentina era una contradicción en términos de modernidad, unos pasos adelante y dos pasos para atrás, sobre todo la habitación que tenía la sociedad argentina respecto la homofobia, lesbofobia, el carácter pacato, en fin, una serie de circunstancias que hacían que pensar que íbamos a tener que demorar mucho mucho, mucho la construcción de derechos personalísimos referidos a la sexualidad y de derechos civiles y fijate como me engañé».

Dora, menciona los logros de su país respecto a la implantación de leyes de esta índole.

«Resulta que en 2010 conquistamos la Ley del Matrimonio Igualitario y en 2012 la tremenda Ley de Identidad de Género, y digo tremenda porque es arquetípica, una ley que no tenían otros países salvo Uruguay, en una perspectiva un poco distinta que la nuestra, la de Argentina es más rotunda en una imposibilidad de hacer categorías a las posiciones sexo genéricas», puntualiza.

 

POLÍTICAS PÚBLICAS EN ARGENTINA

Dora, como militante, socióloga, intelectual, feminista y ahora asesora del presidente de la Nación, Alberto Fernández, menciona varias de las leyes  de derechos igualitarios y civiles que hacen falta en el país y en los que se pretende ahondar.

Un caso es la situación de las mujeres y hombres transexuales.

Estos, suelen tener una calidad de vida de 40 o 50 años y a menudo tienen que recurrir a la prostitución.

Para de las políticas sería adaptarlos para que ejerciesen cargos públicos.

«Nosotros tenemos una condición notable jurídica, el acierto de la Ley de Identidad de Género que es una conmoción en el orden jurídico, pero todavía no es una conmoción total en orden a políticas públicas prácticas, sin embargo con la creación del Ministerio de Mujeres Géneros y Diversidad, hay que darse cuenta del significado que me parece que hay una disposición en diversos lugares del país que me conmueve, porque en verdad en toda Argentina hay algún aparato gubernamental que contiene la palabra diversidad», subraya.

Barrancos, manifiesta que Argentina necesita una «concatenación, una articulación de políticas públicas» y que está segura de que el poder Ejecutivo va a determinarse con relación al cupo trans.

Asimismo, menciona la Ley Micaela, que surgió tras la violación y asesinato de Micaela García en 2017 por violada por Sebastián Wagner, un hombre con antecedentes que se encontraba en libertad condicional.

Dora Barrancos, en una de sus capacitaciones sobre la Ley Micaela, poco antes de que comenzase la cuarentena.

Esta, cuestiona los roles de género en el poder político y propone la formación en perspectiva de género de todas las personas que participen del poder Legislativo, Ejecutivo y Judicial.

El proyecto fue aprobado a finales del 2018, sin embargo su implementación está visibilizándose ahora.

«El Poder Judicial de la Nación de ‘la suprema Corte’ todavía no ha encontrado su propio esclarecido ciclo de capacitación de la Ley Micaela y esperamos que se aplique. Todavía no ha comenzado la capacitación, pero sí todo el conjunto del gabinete nacional está adentrándose en el significado de esta ley», cita.

 

DISCREPANCIAS EN LOS FEMINISMOS

La ola feminista en Argentina es una de las más importantes del mundo, pero está sectorizada en ciertos aspectos, especialmente en la prostitución, donde se encuentran las feministas regulacionistas y las abolicionistas.

Para Barrancos, que dice que siempre habla de «feminismos» los asuntos divisorios dentro del movimiento no suponen un problema para su avance.

«Hay feminismos de todos los colores, de todas las tallas pero a mí me parece que eso, lejos de ser un obstáculo es un advenimiento, porque efectivamente en el pasado tampoco dejó de haber rajaduras en los feminismos, muchas», señala.

La investigadora, asegura que le preocupa «una cuestión» que está asomándose en ·España en donde «no se permite ser a los hombres feministas».

«Me parece absolutamente cruel y además no se comparece con la historia de los feminismos. Los feminismos siempre tuvieron algún varón esclarecido. Vos fijate del nacimiento de lo que es un hito para nosotras sería Séneca Falls, la gran asamblea feminista que tuvo alrededor un 30% de varones porque las parejas eran feministas», determina.

 

ESTANCAMIENTO EN CUARENTENA

Dora, define que ahora hay un estacionamiento en los hogares y que además, hay sobretrabajo femenino en este periodo.

«Las mujeres tienen más trabajo, la vida pública está en la casa, la casa está encima de la vida pública, por lo tanto los términos laborales han corrido como tres horas más, pero las movilizaciones feministas como todas las movilizaciones están en una suerte de expectable parálisis o parálisis expectables», especifica.

No obstante, asegura que sigue con sus gestiones feministas a través de las redes.

Admite, que lo que extraña es la ocupación de las ágoras y las plazas

«En mi caso, siempre optimista, ya nos abrazaremos en la calle y juntos somos mucho más que dos, como dice la canción», expresa.

 

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