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Nathaly Quiñonez: La discriminación ha sido una barrera en la que aún continuamos luchando

La modelo ecuatoriana fue parte de los protagonistas de la canción que destacó en esta cuarentena: “Antes que el mundo se acabe”, del cantante puertorriqueño, conocido como Residente. Ella nos cuenta cómo sobresale en el modelaje, dentro y fuera del país. La persona que más le inspira es su madre. Habla del dolor del racismo en el mundo.

E n medio de la desesperación de los últimos meses tras haber perdido la cuenta de los días que vamos en cuarentena por la pandemia de coronavirus, surgieron temas musicales que nos invitaban a motivarnos y llenarnos el corazón de esperanza por mejores días. Una de estas canciones inspiradoras surgió con la idea de Residente, en su video que muestra más de 100 besos alrededor del mundo: Antes que el mundo se acabe.

“Por eso compartimos el aire que respiramos desde el mismo eje”, reseña una parte de la letra del tema musical y en el minuto 1:49 del video aparece en escena nuestra bandera ecuatoriana con una protagonista y su novio besándose con mucha pasión y amor. Ella es Nathaly Quiñonez, una reconocida modelo afrodescendiente de Quinindé, Esmeraldas.

“Nathz”, como le gusta que la llamen -considerando un sobrenombre que la empodera-, tiene 25 años, y llamó mucho la atención por su hermoso color de piel y figura esbelta, propios de una modelo ecuatoriana, reconocida a nivel local e internacional.

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Quiñonez tiene su trayectoria en el campo de las pasarelas de moda de alta costura y pensaríamos que la contactaron para ser parte de esta producción musical en la que también aparecen cantantes, futbolistas, y personalidades destacadas a nivel mundial, pero realmente ser parte de esto se dio por un comentario de Instagram.

“Vi un post de René y como soy su fanática, comenté y le envié las mejores vibras. Imagino que vio mis redes y pues me escribió para agradecerme y consultarme si quería ser parte de su nuevo video porque me vio en fotos junto a mi novio, Juan Carlos Bamba. Luego me detalló las características de cómo debíamos hacerlo y así fue, puse de fondo nuestra bandera y quedó genial”, cuenta Nathz.

Ante esta gran alegría haber alcanzado más reconocimiento a su imagen, analiza en retrospectiva y recalca que se siente más visible para los ojos de lentes de fotógrafos o productores internacionales. Ya habían dicho por ahí: Nadie es profeta en su propia tierra. Y esta es una realidad para Nathaly.

Ha enfrentado la violencia intrafamiliar y la discriminación por el color de su piel en su hogar y su país.

“Mi impulso para llegar hasta donde me encuentro hoy, nace desde el ejemplo de mi madre, Piedad Ortiz, quien tras varios años de maltrato físico y psicológico por parte de mi padre, decidió separarse, sacar fuerzas y liderar el movimiento Foro Permanente de Mujeres, para impulsarnos a frenar la violencia y creer más en nosotras.

Desde mis 6 años, ya no tuve una figura paterna y junto a mis dos hermanos nos fuimos nutriendo de la fortaleza que nos daba mi madre pese al oscuro capítulo de haber sido víctima de todo tipo de maltratos.

Su paso al modelaje

Nunca había pensado en el modelaje cuando era una niña y adolescente. Mi porte era perfecto como seleccionada de básquet en Quinindé y en Manabí, donde viví algunos años. En eso me destaqué y ha sido mi fuerte. Tuve dos operaciones en mis rodillas y ahí me acerqué a la espiritualidad.

No sabía de tacones, vestidos o maquillaje hasta que me convertí en la Reina de Quinindé. Soñé en ganar, me visualicé y lo logré. Esto implicó hacer rifas en mi barrio, pedir colaboración de la gente más cercana porque nuestras condiciones económicas no me daban para costearme ropa, accesorios, en fin, todo lo que implican los certámenes de belleza. Al haber ganado me fui involucrando más en este mundo y decido proyectarme a ser parte de las aspirantes de Miss Ecuador a mis 19 años.

Tras varios castings me convertí en candidata oficial y fui empapándome de lo que desconocía: modelaje, etiqueta, protocolo, maquillaje, pasarelas.
No gané pero siento que me marcó en la vida y hoy puedo decirte que discrepo del sentido de perfeccionismo que dan a varios aspectos pero también me ayudó a convertirme en lo que soy”, detalla la modelo de cabello ensortijado.

Recuerda que vivió en Guayaquil porque necesitaba ayudar a sustentar a su familia y trabajó en un hospital de allí. Conoció a médicos y personal de la institución que actualmente le ayudan con los chequeos médicos de su madre tras haber superado el temible cáncer de mama.

Es por eso que en este diálogo, ella enaltece el nombre materno del mismo que ha hecho honores para ser más fuerte en un mundo donde ella ve muchas desigualdades.

Dejó sus estudios de Comunicación Social por su horario de trabajo y hoy en día decidió seguir los pasos de su progenitora y buscar el título de psicóloga, algo que le encanta.

Su carrera como modelo se catapulta tras el descubrimiento del fotógrafo Andrés Franco, quien le hizo una sesión de fotos y la enrumbó en este mundo al compartir sus fotos entre colegas y productores.

“Estas fotos marcaron un giro en mi vida pero también me fueron forjando para enfrentar capítulos triste. No me duele decir que las modelos negras somos discriminadas, esa ha sido una barrera en la que sigo luchando.
Caí en comentarios racistas, hablaban a mis espaldas, me decían mis amigos fotógrafos que ciertas marcas no trabajaban con personas negras o nos consideraban para salir en tomas como personajes secundarios.

Lucha contra el racismo

Me hicieron a un lado en varios desfiles y así me sentí excluida en muchas ocasiones. Lastimoso pero cierto es vivir en cómo te hacen sentir menos por tu color de piel. Poco a poco fui participando en otros eventos, al inicio a veces lo hacía gratis hasta que aprendí a ponerle un precio a mi trabajo por lo bien que puedo hacerle.
Poner límites me ayudó a ganarme cada vez el respeto de quienes han querido contratarme. Incluso, han existido marcas a las que he tenido que darles una negativa.

Hoy veo con pena cómo otras compañeras del medio lo siguen permitiendo”, destaca Nathz.
Su experiencia es muy amplia y esto le ha permitido aparecer en portadas de revistas nacionales e internacionales, vallas publicitarias, pasarelas, cortes comerciales, etc.

Pero hay algo que aún no ha sentido y es ser una protagonista a todo nivel ya que en estos trabajos donde ha destacado no sale ni se la ve sola en las imágenes. Ella misma señala que debe salir al lado con la chica rubia de ojos azules o lo que han estereotipado las mismas marcas.

Me siento orgullosa poder llevarla en nuestra portada como la protagonista que es, evidenciando desde nuestra entrevista cómo se expone una mujer afrodescendiente a la crítica, humillación y exclusión. Con esto, ella no es una víctima más, sus metas y logros la empoderan como una guerrera que ha sabido responder a estas circunstancias.

Y como decía en un párrafo anterior, a veces nos dan más valor afuera que en nuestro propio país. Nathaly es la imagen de marcas internacionales en Argentina, Uruguay y ha escalado la fama en pasarelas de Europa, especialmente en España, como la pasarela más reconocida denominada Corte Inglés.

“Ahí sentí mi verdadero valor, desde la parte económica hasta el respeto que me dieron al haber desfilado sola y recibir la ovación de todo el público sin estar a la sombra de nadie. Yo puedo brillar sola y sentí ese poder”, recuerda. Y así conoció a su novio, un docente español, que la apoya y es su fan número 1 en todo lo que ella emprende. Van casi a los cuatro años de relación y confiesan que todo fluye como un equipo.

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