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Maternidad forzada: la dura realidad de los embarazos no deseados

El tema de la maternidad forzada siempre causa gran controversia: niñas obligadas a tener hijos. Las mujeres siempre hemos estado tan sumergidas en las normas sociales que creemos que la plenitud se alcanza cuando nos convertimos en madres. Pero los tiempos han cambiado y cada vez somos más conscientes de la dura realidad. 

La violencia contra la mujer es uno de los factores que conduce a una maternidad forzada. Los embarazos no deseados como consecuencia de una violación, son una realidad para muchas mujeres e incluso niñas.

Ante la sociedad, un embarazo no deseado es a causa de un descuido, durante una relación consciente pero muchas veces se romantizan la idea de que «saldrán adelante» mientras trabajan juntos como pareja.

Si la mujer no lo esperaba y se ve obligada a llevar el embarazo a cabo, entonces se convierte en una maternidad forzada que va más allá de eso.

En un embarazo no planificado, la pareja obviamente no está preparada para un bebé, y esas noticias pueden sorprender a muchas personas pero al final, la carga es completamente para la mujer. 

Una mujer tiene que lidiar con cambios físicos y emocionales cuando sucede un embarazo pero todo empeora cuando es algo que no desea. Puede haber efectos adversos a largo plazo en la salud de una mujer, así como grandes trastornos en su vida.

En México, donde el la lucha por la legalización del aborto ha estado muy latente, aún en medio de una pandemia, del 2008 al 2018, cada año, en promedio, 14 mil 568 menores de 10 a 14 años se convirtieron en madres, de acuerdo con los datos del Subsistema de Información sobre Nacimientos (Sinac) de la Secretaría de Salud.

La creencia popular es que un embarazo no deseado, especialmente adolescente, es el resultado de la falta de información y del poco acceso a métodos anticonceptivos, sin embargo, en gran parte de los casos se deben a que las niñas son víctimas de abusos. 

Es cierto, en muchos países del mundo, no todas las niñas reciben educación sexual ni tienen acceso a métodos anticonceptivos pero resulta aún peor cuando se normalizan las uniones forzadas. Asociaciones como la UNICEF y la  UNFPA  han tenido un gran retraso en los esfuerzos para ampliar el acceso a la planificación familiar para las poblaciones más vulnerables y marginadas. El tema del matrimonio infantil que aún prevalece en muchos países también ha sido una situación alarmante ya que las niñas terminan siendo forzadas a ser madres.

La legalización del aborto es de gran importancia para acabar con la maternidad forzada y las muertes maternas. De acuerdo con Amnesty International, en todo el mundo se estima que 1 de cada 4 embarazos terminan en un aborto cada año y esto sigue siendo una de las primeras causas de muerte materna en el mundo.

La única manera de que los derechos de todos sean garantizados, es que para todas las personas con útero el aborto sea legal, sin restricciones, gratuito y seguro. Cada mujer debería ser libre de elegir sobre su cuerpo y sobre su vida. Se trata de una decisión personal en donde ni siquiera el padre tiene derecho sobre el producto, aún cuando esté dispuesto a involucrarse.

Aún cuando cada vez más países están comenzando a cambiar sus leyes para permitir un mayor acceso al aborto, queda mucho por recorrer

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