Siete sectores de Quito están bajo el ojo de la lupa porque no respetan las medidas de bioseguridad para evitar frenar la propagación del coronavirus.
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Según el comandante de Policía del Distrito Metropolitano, Fausto Salinas, la focalización de controles en los siete sectores más “críticos” de Quito tiene como función principal: educar, informar y sancionar.
Salinas explicó que se realizará una evaluación de la situación de cada parroquia y el COE nacional anunciará las medidas que correspondan con el fin de evitar la propagación del virus.
En entrevista en FM mundo, informó que la Policía Nacional, Fuerzas Armadas y el Municipio articularan el trabajo para reforzar los operativos en las zonas de mayor conflicto; en Calderón, Belisario Quevedo y Chillogallo monitorearán 70 agentes policiales por zona; en Guamaní y Cotocollao, 90 oficiales de las Fuerzas Armadas; en el Centro Histórico y la Magdalena 50 agentes metropolitanos.
El comandante de Policía del Distrito Metropolitano puntualizó que con estas estrategias de control se espera que la ciudadanía comprenda y cumpla con las normas de bioseguridad para evitar la expansión del COVID-19.
“Los esfuerzos serían innecesarios si es que no existe la participación de la comunidad”, agregó Fausto Salinas y acotó que el análisis de los puntos críticos más conflictivos son los que más reinciden en el incumplimiento del toque de queda, las aglomeraciones y el no uso de mascarilla.
La Policía se ha distribuido en tres parroquias: Calderón, Belisario Quevedo y Chillogallo para controlar que se respeten todas las normas.