Este miércoles comenzó a las 20 horas un masivo cacerolazo en varias ciudades de Argentina para protestar por la expropiación de Vicentín, anunciada por el presidente, Alberto Fernández.
El lunes, el mandatario anunció que el Estado Nacional intervino a la exportadora de cereales Vicentín.
La medida se realizaba en el contexto de un proyecto dinamizador de alimentos.
El cacerolazo convocado por redes sociales con el hashtag #VicentinNoSeExpropia se expandió alrededor del país.
Asimismo, presidente comunicó que el Gobierno buscará expropiar los activos de la empresa mediante una ley que enviará al Congreso.
La protesta tuvo especial protagonismo en Avellaneda, Santa Fe, ciudad donde está la sede de la empresa agroexportadora.
El mismo intendente de Avellaneda, participó en la manifestación y expresó su sorpresa «porque no estaba previsto».
«Creo que lo que se hizo anoche vino muy bien porque este llamado del Presidente a la empresa y que se hayan sentado el juez y el interventor da una luz de esperanza. Esto es gracias a la gente. No es contra de nadie, es en defensa de una empresa que ha hecho mucho por la comunidad», aseveró.
En una reunión con los directivos enviados del Gobierno de Avellaneda,Fernández dio explicaciones.
“Hay que explicarle a la gente lo que está pasando: estamos en presencia de un grupo económico que tiene muchas actividades pero la principal es exportar cereales.
También, dijo que había hablado con uno de los accionistas de la empresa, Sergio Nardelli, con quien se reunirá.
«Confío en que podremos hacer las cosas tranquilos, no es motivo de pelea. Lo que hacemos es rescatar a la empresa de una quiebra, pero tratan de mostrarlo como un gesto arbitrario”, aseguró el presidente en una entrevista radial.
La manifestación duró alrededor de 30 minutos y luego se disolvió.
Se hizo en orden, sin conflictos y con un operativo policial.
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