La pandemia de coronavirus continúa esparciéndose en el mundo, afectando a todos. Si bien las naciones están preocupadas por la economía y las empresas locales, el nivel de prioridad en la agenda del gobierno varía.
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Eso sí, conforme se han estudiado los casos de COVID-19 en el mundo, se ha descubierto que aquellos países liderados por mujeres, han tenido la mejor respuesta ante la crisis, logrando reducir los contagios o garantizando la atención médica oportuna.
Estas mujeres han buscado el consejo de expertos y no rehuyeron la adopción de medidas decisivas, conscientes de que crisis de esta magnitud requiere un líder que pueda mirar más allá de sí mismo, que se sienta obligado a actuar no solo por su propia gente y su país, sino por la sociedad en general.
Desde Taiwán, hasta Alemania y Nueva Zelanda, estas son las mujeres que han sabido hacer frente al coronavirus.
Angela Merkel (Alemania)
Angela Merkel se apresuró a instituir una respuesta y fue uno de los primeros países de Europa en acelerar las pruebas. Las pruebas de anticuerpos COVID-19 ahora están muy extendidas en Alemania y se estima que realizan 120,000 pruebas por día, en comparación, los Estados Unidos donde aún no han resuelto cómo evaluar de manera efectiva y a escala.
Marylyn Addo (Alemania)
La viróloga y profesora principal del Centro Alemán de Investigación de Infecciones y directora de infecciones del Centro Médico de Hamburgo-Eppendorf está trabajando junto con su equipo para desarrollar una vacuna contra el coronavirus. Ella ya ha desarrollado vacunas contra el virus Ébola y el coronavirus MERS.
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Sanna Marin (Finlandia)
La finlandesa Sanna Marin, de 34 años, es la primera ministra más joven del mundo. Su gabinete también es joven y mayormente femenino. Ella ha utilizado sus conocimientos en tecnología y ha contactado a personas influyentes para transmitir su mensaje de coronavirus, lo que ha ayudado a la población a entender el fenómeno y tomar las precauciones pertinentes. Es la prueba de que la información adecuada puede hacer la diferencia.
Jacinda Ardern (Nueva Zelanda)
Bajo Ardern, Nueva Zelanda lanzó pruebas generalizadas y estableció algunas de las restricciones fronterizas más duras del mundo para evitar un brote. A mediados de marzo, Ardern anunció que cualquier persona que ingresara al país necesitaría aislarse por dos semanas. En ese momento, existían seis casos en el país. Luego prohibió la entrada a todos los visitantes y anunció un bloqueo a 102 casos confirmados y cero muertes.
Jung Eun-kyeong (Corea del Sur)
Corea del Sur ha sido aplaudido por su respuesta ante la pandemia. La directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Corea del Sur ha sido aclamada como una «heroína nacional», y los informes de los medios locales dicen que rara vez dormía y se negaba a abandonar la oficina en nombre de la lucha contra el brote. Jung ayudó a dirigir el camino para desplegar pruebas masivas de coronavirus en todo el país.
Mette Frederiksen (Dinamarca)
Bajo el liderazgo de Frederiksen, Dinamarca fue uno de los primeros países en Europa en responder a la propagación del coronavirus, implementando medidas estrictas en la primera quincena de marzo. Entre una serie de medidas tomadas, el país cerró sus fronteras a todos los visitantes sin una visa de entrada válida el 14 de marzo.
Tsai Ing-wen (Taiwán)
A pesar de la proximidad que tiene Taiwán con el epicentro del virus, se logró evitar una crisis de salud. En un principio los expertos creían que Taiwán tendría una de las tasas de infección más altas pero el gobierno de Tsai tomó medidas tempranas para evitar nuevos brotes e introdujo una prohibición de viajar a los visitantes de China, Hong Kong y Macao poco después de que el número de infectados comenzara a aumentar.
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