Actualidad

#Opinión Querida Vicky Dávila: No es misoginia, es tu pésimo trabajo

Que nadie te ataca porque seas mujer, sino por tu cuestionable periodismo.

Instagram @vickydavilaperiodista

Por Luz Lancheros @luxandlan*

PUBLICIDAD

La nueva polémica de turno en este país de polémicas (que no llevan a ningún lado la mayoría de las veces, la verdad), es la respuesta que le da Vicky Dávila a uno de sus antiguos profesores, Sergio Ocampo, quien comenta, avergonzado, que como su maestro debió hacer algo mal para que ella hiciera tan mal periodismo. Su respuesta fue esta: fue perseguida por él, este es un misógino y que él nunca será un ejemplo para ella.

Querida Vicky, esa es una respuesta muy débil ante una crítica válida que no solo te hace el docente, sino miles de personas en Colombia. Y que como en muchas de tus afirmaciones, ni va al punto.

Porque si bien fueses acosada por él, o perseguida por él , la crítica no es esa: Ocampo cuestiona tu trabajo. Cuestiona el hecho de que seas una mujer arrodillada con el poder, tal y como yo te lo cuestiono ahora. Cuestiona el hecho de que te informes tan mal para muchísimos temas. Siendo una mujer tan seguida en este país, da vergüenza inmensa tu poca información, por ejemplo, para el tema del consumo recreativo de drogas, tu mirada moralizante y limitada, tan poco científica y documentada. Y eso si hablamos de temas menos «políticos» de manera directa. Porque ni quiero hablar de otras tonterías que te he leído durante años, insufriblemente. Le hallo la razón a Ocampo al cuestionar que alabes la actitud de Uribe en su propia audiencia. Creo que ni a los nazis de Núremberg les hicieron tal alegoría. Y el profesor tiene razón: ¿es que acaso debemos alabarlo por simplemente dar la cara ante lo que se le imputa? ¿Por qué? ¿Por qué es tan especial, acaso?

Es una pregunta simple y un arranque de indignación simple. Es válida. He leído falacias para defenderte tipo: «Un maestro bueno no puede obligar a otros a pensar como él». No, no puede, de hecho es imposible, en la vida real, si atinamos a la lógica. Pero si se habla de periodismo, sobre todo con el nivel de alcance que tienes, lo mínimo es pedir un poco de cuestionamiento ante los mecanismos del poder, ante cualquier tema, en general. Cosa que no has demostrado nunca ni demostrarás jamás, sobre todo cuando el periodismo, en sí mismo (o eso fue lo que él también me enseñó) debe cuestionar el poder.

Ahora bien, yo también fui alumna de Sergio Ocampo. Por muy poco tiempo, muy breve. Lo más tonto que le leí alguna vez (y que luego aclaró) fue su crítica generalista hacia mi generación, esto luego de que los periodistas de La República denunciaran los malos tratos de su jefe, Fernando Quijano. A mí en la universidad sí  me enseñaron a contraargumentar con datos y así lo hice. No tenía que salir con un alegato que nada tiene que ver con los mecanismos de género sino con el cuestionamiento a mi trabajo. Y no creo que tenga que sacar esa carta cada vez que alguien lo cuestiona fuertemente.

Si se habla de periodismo, sobre todo con el nivel de alcance que tienes, lo mínimo es pedir un poco de cuestionamiento ante los mecanismos del poder, ante cualquier tema, en general. Cosa que no has demostrado nunca ni demostrarás jamás

¿Por qué? Porque es débil. Es facilista. No va al punto. Demuestra que no tienes una sola base para poder defenderte, más allá de irte por la tangente. Y eso no lo hace un buen periodista. Ahora bien, no porque seas mujer eres libre de críticas. Porque si fuera así, entonces la Condesa Báthory o el Ángel de Auschwitz tendrían que ser recordadas en olor de santidad. ¿Ves lo absurda que te lees?

PUBLICIDAD

Soy más joven que tu, más inexperta, pero así como le dijiste a Ocampo que jamás serás mi ejemplo, ni tu, ni Claudia Palacios, ni Darcy Quinn, ni ninguna de las grandes «lumbreras» del periodismo colombiano son el mío. Por su complacencia ante el poder, por su mirada ignorante y obtusa sobre temas que van más allá de su contexto limitado, por desinformar con una mirada sesgada y poco empática en temas que están matando a la gente o haciéndole la vida más difícil en este país. Por su ceguera ante temas que están excluyendo a miles de personas. Estigmatizándolas y violentándolas. Por eso ni tu ni ellos serán jamás un modelo a seguir. Al contrario: alguien como tu siempre me recordará qué es lo que no debo hacer. Jamás.

*Las opiniones de la columnista no reflejan las del portal* 

TE RECOMENDAMOS EN VIDEO 

PUBLICIDAD

Tags


Lo Último