A través de la creatividad, las nuevas generaciones buscan erradicar con costumbres machistas que afectan a las mujeres en el transporte público o lugares con asientos compartidos.
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La diseñadora de 23 años Laila Laurel, de la Universidad de Brighton, ha diseñado una silla que evita que los hombres continúen con la costumbre conocida como manspreading, la cual consiste en sentarse con las piernas abiertas, ocupando con ello el espacio de más de un asiento.
Esto ha sido muy criticado ya que mientras que para algunos es normal, para otros es una situación molesta, sobre todo para las mujeres que tienen que soportar el cuerpo del hombre a sus anchas en el transporte. Aunque claro, también hay hombres afectados.
«Creo que el humor es una herramienta realmente interesante para abordar los problemas sociales», dijo a Dezeen.
Laurel diseñó dos sillas en un intento por crear una representación física de este problema cotidiano frustrante.
Usó sicomoro y madera de cerezo para hacer las sillas, diseñándolas para que se reflejen mutuamente en forma para crear una continuidad visual entre la pareja.
«Creo que alentar a las mujeres a considerar la forma en que se mueven por el mundo o el espacio que ocupan en relación con los hombres es poderoso, porque es un tema tan intrínseco e inmenso, y sin embargo no siempre se considera», explicó. Laurel.
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Las sillas fueron diseñadas como parte de un proyecto de un año de duración llamado Feminismo en la Tercera Dimensión, en el que Laurel ha intentado usar el diseño para identificar y ofrecer soluciones a los problemas sexistas que experimentan las mujeres.
Un ejemplo que se destacó particularmente en ella fue una mujer que tenía que sentarse de lado en su asiento con las piernas en el pasillo debido a que un hombre estiraba sus piernas hasta el fondo de su pozo.
«Creo que los hombres tienen una tendencia a ordenar el espacio y requieren que las mujeres se muevan para ellos mucho más que a la inversa», continuó. «Para lograr la igualdad de género es imperativo considerar muchos aspectos diferentes del sexismo».