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Betty y Gaviota, las heroínas de Fernando Gaitán que cambiaron para siempre a las telenovelas

El fallecido libretista creó dos personajes que transformaron el mundo

El libretista Fernando Gaitán, creador de las mundialmente exitosas telenovelas «Betty la Fea» y «Café, con aroma de mujer», falleció hoy en la clínica del Country en Bogotá. El escritor había terminado de firmar con Sony un acuerdo de desarrollo para contenidos. Pero este será recordado, más que todo, por dar al mundo dos personajes entrañables de telenovela que cambiaron para siempre al género: Beatriz Pinzón Solano y Teresa Suárez, «Gaviota».Betty y Gaviota, las heroínas de Fernando Gaitán que cambiaron para siempre a las telenovelas

Las dos a su manera revolucionaron el paradigma de heroínas de telenovela. Ellas ya no eran mujeres rezanderas, sumisas y lloronas. No heredaron nada. De hecho, conquistaron el mundo en sus historias por ganarse todo con mérito propio y en Nueva Mujer les contamos por qué cambiaron todo en sus respectivas telenovelas.

Probaron mil veces sus capacidades

Betty era una mujer mil veces más inteligente que su propio jefe, Armando. Y esto lo demostró también al ser visionaria y crear, en una época en la que no se hablaba de inclusión siquiera en Europa o Estados Unidos, ropa para mujeres reales con rostros reales y que se sintieran cómodas en su propia piel. Esto no ha sido del todo realidad en la industria colombiana, pero Betty (también al imponer su modo de producción de series cortas) se adelantó más de 10 año en la industria de la moda y por mérito propio quedó como presidenta de Ecomoda. Lo mismo pasó con Gaviota, que no se conformó con ser una recolectora sino que avanzó profesionalmente hasta llegar a ser una importante ejecutiva al esforzarse en estudiar idiomas y al entender de fondo la industria del café.

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Las dos tenían una determinación imparable 

Betty fue movida en sus acciones por el amor hacia su jefe y a pesar de las burlas y el acoso laboral, le ayudó a cumplir con sus metas. También se propuso a sacar a Ecomoda de la quiebra con su tesón. Gaviota hizo lo mismo con su propia vida y con sus proyectos. Las dos, a pesar del desamor y las desventuras, lograron mantenerse fuertes y resilientes en una época en las que las heroínas de telenovelas no hacían nada más que llorar y buscar venganza. Ellas lo lograron, pero con el éxito propio.

Lealtad y corazón de oro a toda prueba 

Lo que más amó Colombia (y el mundo) de Gaviota y Betty fue que aparte de sus cualidades intelectuales nunca desistieron de amar. Betty demostró una y mil veces que era todo lo que Armando necesitaba (incluso se dejó tentar con una amplia suma de dinero y dijo que no)  y cuando este casi la destruye, ella no buscó venganza en quienes le hicieron daño. Gaviota, a pesar de tener grandes pretendientes, siguió amando a Sebastián hasta el final, con todo y lo que se hicieron mutuamente.

La apariencia en una heroína no lo es todo

Betty revolucionó el género al ser la primera heroína «fea» que protagonizaba la gran pantalla. Al final se transforma, pero no sería justo decir que fue un cambio frívolo: Gaitán nos hace ver, en cada paso, los cambios de una mujer insegura consigo misma, que solía tratarse mal y que se llega a querer un poco y cómo, aparte, usa esto en su favor, tal y como se ve en el primer desfile de ella como presidenta. Gaviota, a pesar de su apariencia estándar, nunca deja que esto sea un arma (de hecho, Iván Vallejo trata de seducirla en vano  y tiene que soportar el acoso machista del gremio del café).

Pero ellas cambiaron la apariencia de la heroína de telenovela para siempre

Antes de Betty y Gaviota, las heroínas eran sosas: solían vestirse como unas puritanas, dejando la moda a las villanas. Solo se vestían elegantes a la hora de cobrar venganza u obtener posición. Con «Betty», todo cambió: esa estética suya, tan criticada en los minimalistas noventas y dosmiles, irónicamente es la que vende hoy Gucci y también Prada desde 2006. Gaviota, por su parte, llegó a adaptar la moda estándar de una ejecutiva, pero en un capítulo muestra su practicidad, con su icónico traje doble fax.

No hay todavía un «después» de ellas

Rubí, interpretada por Bárbara Mori, es una antiheroína, pero desde «Café» y «Betty» el paradigma de heroína de telenovela no ha cambiado mucho y no hay absolutamente nadie que haya propuesto un modelo distinto desde entonces. Todas las que siguieron después de Betty y Gaviota son mujeres fuertes, que quieren luchar por sí mismas y destacarse en mundos aún dominados por los hombres. Y eso fue lo que cambió Fernando Gaitán en la educación sentimental de miles de latinoamericanos y amantes de las telenovelas: la forma de ver a las mujeres. Y lo hizo para siempre. Betty y Gaviota, las heroínas de Fernando Gaitán que cambiaron para siempre a las telenovelas

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