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#Opinión Amiga, date cuenta: Eileen Moreno no “se buscó” que le pegaran

Por lo de Eileen Moreno, la mujer machista colombiana está dejando ver lo peor de ella.

Por Luz Lancheros @luxandlan

Uno entiende de muchos hombres que los patrones educativos que han imperado en Colombia por siglos perpetúan sus comportamientos de una forma que ni ellos pueden notar. Pero es mucho peor cuando se ve en las mujeres, quienes son las que enseñan este tipo de comportamientos. Y peor, que en pleno siglo XXI y al ver cuántas cosas nos pasan (como que nos maten y nos golpeen y la justicia no haga nada ante eso), sigan justificándolos de la manera más repugnante y vil. Porque ante lo que le pasó a Eileen Moreno, la típica mujer machista colombiana está dejando ver lo peor de ella en todo su esplendor.

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Porque claro, ante un audio sacado de contexto (oigan las risas de fondo), ante un arranque de furia y de violencia, lo único justificable es que ella «se merecía» que le partieran la cara. «Es que lo llevó al límite, pobre, hay mucha que se aprovecha de eso». «Ella es una vieja loca, histérica y se merecía lo que le pasó», dicen no solo hombres, también mujeres que tienen interiorizado que ante la violencia (porque sí, no justifico el comportamiento de Eileen porque no está ni contextualizado y a primera vista también es violento) es necesario responder peor porque es «justicia». Porque el cobarde de Alejandro García pudo denunciar, huir, parar. Pero eligió partirle la cara, golpearla brutalmente porque «se lo merecía por maltratadora». Eligió la peor vía. Una que también ha sido usada por siglos para dominar, para silenciar, para acallar, para tener el poder y el control. Porque sí, así como hay mujeres que tienen pésimos patrones relacionales, aquellas que pierden los estribos o que son malhabladas, o que se enojan hasta la ira, o que incluso pueden hacer gala de su mordacidad también cabrían en esta categoría, de «lo tóxico». «Por grosera mereces que te golpeen, por irreverente, por ácida, por enojona mereces que te den una paliza». Dominación en todo su esplendor.

 

«El cobarde de Alejandro García pudo denunciar, huir, parar. Pero eligió partirle la cara, golpearla brutalmente porque «se lo merecía por maltratadora». Eligió la peor vía. Una que también ha sido usada por siglos para dominar, para silenciar, para acallar, para tener el poder y el control.» 

Claro, en una relación no debería pasar esto. Y los hombres también deberían denunciar cuando una mujer los maltrata, es justo y necesario. Pero volvamos al punto: lo peor de todo este asunto es ver cómo muchas mujeres colombianas, con el machismo interiorizado a todo dar, con todo el veneno que les viene por educación para destruir a otra, hacen comentarios hasta de los trabajos de la actriz para justificar la paliza, ostentando una estupidez y una rudimentaria forma de ser tan propia de estas tierras y que nos ha tenido jodidos desde tiempos inmemoriales. ¿Habrá gente más ignorante y violenta que nosotros, sobre todo nosotras?, me pregunto, al ver este tipo de barbaridades.

Y sí: hay que escuchar las dos versiones. EN SU CONTEXTO. Pero la paliza está. No fue que Eileen solita se hubiera partido la nariz con efectos de maquillaje (por no hablar de que el tipo le pidió que no denunciara). Y eso no es justificante de nada. Amiga, date cuenta: cuando piensas así, justificas la violencia. Esa que no has borrado de tu interior, tanto como tu propia, absoluta y espantosa sumisión. Y una falta de empatía aterradora.

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