La ultramaratonista boricua Patsy Ramírez Arroyo, de 52 años, madre de dos hijos, se convirtió en la primera puertorriqueña que compitió en el ultramaratón Badwater 135.
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El recorrido exigía 135 millas, es decir, unos 217 kilómetros, por los espectaculares parajes que ofrece el Valle de la Muerte hasta el monte Whitney, en California, bajo un extenuante calor de la zona.
Por si esto fuese poco, la deportista tuvo que completar el trayecto en 48 horas.
Esta carrera es conocida como ‘la más dura del mundo’ porque, entre otras cosas, la salida y la llegada están ubicadas en los puntos geográficos más bajo y más alto de los Estados Unidos, respectivamente, lo que lleva a los deportistas a una ascensión acumulativa de más de 4,000 metros, y todo bajo las altísimas temperaturas del verano.
«Desde que yo comencé a hacer ultras, esa era como lo máximo. A esta carrera le dicen el ‘Holy Grail’ (Santo Grial) de los ultramaratones», expresó Ramírez, que es consultora en una compañía de alimentos orgánicos.
Un de los retos más grandes para todos los corredores que participaron este año fue no dejarse vencer por el asfixiante calor que se sintió. De hecho, este año hubo récord histórico de calor para la carrera.
Según reportó International Bussines Times, la zona del Parque Nacional del Valle de la Muerte experimentó en julio de este año temperaturas promedio de unos 108.1 grados Fahrenheit.
«El calor era bien fuerte. Más fuerte de lo que cualquier persona puede anticipar porque vas a Dead Valley a correr en el mes caliente del año»,acotó la mujer, que recordó que el récord de calor se dio durante los días de la carrera.
La atleta completó el recorrido en 33 horas, 26 minutos y 21 segundos (33:26:21). Con este tiempo, quedó quinta entre las 22 féminas que terminaron la carrera y 16 entre los 69 corredores de ambos sexos que llegaron a la meta.