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Diseño y Guerra: Así es como la moda exorciza la violencia

Algunas marcas de moda van más allá de la protesta en camisetas y se han involucrado en lo que pasa en sus países.

«Las marcas ya no están definidas por un conjunto de reglas concebidas y transmitidas al mundo desde la torre de control de la sede de una empresa. Ahora deben vivir en conversación con el mundo (…) En estos tiempos de #metoo, #marchforourlifes y #oscarstoowhite, la influencia no es solo una herramienta de marketing. La influencia también se usa para remoldar la cultura y nuestras percepciones de lo que es y lo que no es aceptable», explicaba Imran Amed en su carta editorial de la edición impresa The Business of Fashion: The Age of Influence. Es claro que ahora las marcas y la moda responden a la conversación. La quieren llevar más allá de la venta, sino que, tomando el papel antes reservado al arte y gracias a la cultura de masas y la digitalización, han protestado ante problemáticas como la desigualdad, xenofobia y la guerra.

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Desde Ricardo Seco, hasta Rodarte con su colección de los “Fantasmas” de Ciudad Juárez (chicas explotadas en las maquilas estadounidenses), el tema ha sido tratado de manera contundente, como una declaración que invita a la reflexión. Eso, en medio de la literalidad y banalidad con los que la moda ha tratado otros temas antes.

68,5 millones de personas son víctimas actualmente del desplazamiento forzado.

 

Pero la guerra es particular, porque toca vidas que pueden ser transformadas por la moda, como ha sucedido con marcas como la colombiana Paloma & Angostura, que tiene trabajando a reinsertados de la antigua guerrilla FARC, con quienes el gobierno colombiano tuvo un conflicto prolongado por más de cuarenta años. Algo parecido también hacen los integrantes del colectivo belga-palestino “Disarming Design”, que muestran la dura realidad del conflicto allí. Pero de la parodia a la creación hay historias, hay investigaciones, hay una sensibilidad especial por lo que pasa en el mundo y que ahora asombra por su inmediatez y simbolismo. Y esto es lo que hacen creadores que han visto directa o indirectamente cómo su realidad se ha transformado por los conflictos políticos y los olvidados.

“Quería plasmar cuál fue la transición de las mujeres que vivieron el horror de la guerra”

Kimonos, chalecos, obis, prendas que han sido usadas hasta la saciedad y replicadas en el mundo digital. Todas ellas pueden llegar a ser una pieza de memoria y una pieza única. Esto lo supo por ejemplo, la actriz española Rossy De Palma, quien usó una de las piezas confeccionadas por la ilustradora colombiana Luisa Castellanos- ahora radicada en Ámsterdam- y fundadora de la marca Eloísa, que se ha caracterizado por su protesta política y que en su nueva colección, “Renacer”, muestra a través de piezas con estampados únicos, las vivencias de las mujeres luego del conflicto colombiano. “Con la superación del conflicto armado en Colombia mi primer pensamiento fue el de retratar la transición de las mujeres que vivieron en carne propia el horror de la guerra. Mujeres que quieren dejar todo ese dolor atrás e integrarse nuevamente a la sociedad. El tema de los acuerdos de paz fue algo despertó en mi muchos sentimientos y tenía que sacarlos de alguna manera y así fue que nació esta colección”, explicó Luisa a Metro.

Sus piezas tienen nombres de lugares abandonados por el estado colombiano y más golpeados por la violencia, para de esta manera homenajearlos, incluidos en prints en forma de mapas, con rostros de mujeres con rasgos étnicos. Asimismo, ella quería reflejar el papel de esas minorías- tan olvidadas en Latinoamérica- en el conflicto. “.En el último año Eloisa ha logrado trascender barreras geográficas. Así, queríamos transmitir desde nuestro quehacer, el papel de estas minorías y su tránsito hacia la paz. Cada estampado simboliza un momento del conflicto, una región. Por ejemplo, cada mancha en el estampado que parece camuflado es el mapa de los municipios más golpeados por el conflicto (Tumaco, Tibú, Apartadó, entre otros). Nuestro estampado manos simbolizan la construcción de esa paz, que a pesar de ser un camino largo y con muchos altibajos se puede lograr.”, afirma Luisa.

“Creo firmemente que la moda es un vehículo para transmitir ideas: si logras que las personas se identifique con tu idea, y compartan esa historia  habrás logrado que esa prendas trasciendan una mera función utilitaria.” concluye. Y en esta época, más que una foto viral, se quiere viralizar el mensaje. Y muchas voces se alzan desde la creación para darles a otros una voz que sería olvidada en el mar de noticias que ya no hacen daño a nadie, pero que pueden emocionar a más de uno a través de una pieza o imagen de moda.

Alado: Expresando el dolor del desarraigo

Migrar, en estos tiempos oscuros, no es un hecho afortunado ni rodeado de comodidad. Nace más de una decisión desesperada, obligada, apresurada, donde los que son desplazados por la guerra toman solo unas pocas pertenencias. Esto ya lo había reflexionado Hussein Chalayan en su icónica colección de Otoño/Invierno de 1998 al ver el desplazamiento de la guerra de Kosovo. Los vestidos son muebles:  el llevarse todo, con lo que uno trae puesto, fue expresado en el cómo las modelos desarmaban los vestidos para armar muebles de una casa y viceversa.

Alado, por su parte,  es una marca colombiana que lleva 10 años explorando diversas narrativas y que en Colombiamoda 2018 mostró una colección llamada “Destierro”, donde muestra a través de telas de colchón , aves migratorias africanas y poderosos ensambles visuales, todo lo que conlleva el éxodo forzoso no solo de Colombia, sino también de África y Siria a través de fieltros, tejidos de lana, yute y piezas  deconstruidas.

Metro habló con ellos sobre cómo abordaron de una manera contundente- y respetuosa- la realidad actual.  

Andrés Restrepo, diseñador

¿Cómo se decantaron por el tema político y cómo lo han manejado en los años que lleva la marca?

Surgió de nosotros como una reflexión acerca del acontecer mundial .Si bien en Colombia tenemos el fenómeno del desplazamiento, no es algo que incida solamente allí. Es una problemática mundial. Llegamos a esto por una reflexión y trabajo académico que empezamos en la universidad, con estudiantes (somos docentes de la Universidad Pontificia Bolivariana desde hace algún tiempo) y nuestra metodología está basada en escuchar qué es lo que pasa en el mundo.  Hoy vemos en Colombia a muchos venezolanos. Vemos en las noticias a los sirios que llegan de Europa. De los migrantes que van de África, que todos los días encuentran a migrantes ahogados en las costas de Valencia.

Entonces, es escuchar lo que sucede hoy y empezar a desde la moda hacer una reflexión. Empezamos con un trabajo juicioso. Conversamos con Lucía González, quien fue, hasta hace un año, funcionaria para el Alto Comisionado para la Paz en Colombia. Hablamos con ella sobre cómo podiámos abordar el tema y escuchamos también a personas que sufrieron este flagelo y de ahí comenzamos con una convocatoria abierta.

Dijimos:  “si eres migrante, cuéntanos tu historia”. Fue un proyecto de voces, que fueron un poco las voces que salieron en la colección. Y de esa manera empezaron a llegar voces de África, de gente de Siria radicada en París, de gente que venía de pueblos a Medellín y con eso comenzamos a gestar algo y desarrollar el proyecto. Luego concretamos un trabajo colectivo con la OIM (Organización Internacional para las Migraciones), porque queríamos algo supremamente académico y depurado. No queríamos trabajar en este tema sin tener la delicadeza de hacerlo. La OIM es una autoridad en el tema y nos involucramos con las personas que íbamos conociendo que habían sufrido esta situación y llegamos a establecer una conexión muy interesante con la artesanía, porque muchos de ellos eran artesanos que iban a la ciudad y no tenían trabajo o iban de vuelta a sus pueblos y ya no pasaba nada con la artesanía. Y las nuevas generaciones habían olvidado todo.

“ Yo siempre he sentido que la moda tiene una función de comunicar actualidad. De una manera muy “light” los diseñadores siempre lo hemos hecho, pero está la responsabilidad de saber qué pasa en el mundo hoy. La moda siento que tiene ese potencial de llegarle a mucha gente y puede presentar la información de otra manera. Incluso puede ser más sensible que la información dada en un periódico. “ Andrés Restrepo, diseñador de Alado.

-Es impresionante que su campaña sea en un pueblo fantasma. En Colombia hay muchos.

Lo hicimos en Boyacá. En un pueblo que quedó fantasma. Fuimos hasta allí, hicimos allá la campaña, porque era ese desarraigo. Las personas se fueron y no quedó nadie.

-En la moda se toman estos temas de forma insensible y banal. ¿Cómo abordaron el tema para que se viera de forma poderosa y respetuosa?

Realmente quisimos que tuviera mucha poesía, mucho arte. Como tocar las sensibilidades, pero sin caer en el cliché de las cosas. O sea, que siguiera siendo sublime, pero que tocara fibras sin caer en cuestionamientos muy fuertes. Que manejara una sutil elegancia a la hora de presentar una problemática. Mostrar la belleza del horror.

Vemos a mucha gente también trasladando problemáticas políticas a la moda, pero en clave streetwear y maximalista. Ustedes se van por otro camino.

Nosotros empezamos a través de la investigación, a trasladar todo esto – la idea del hogar, del lugar que se perdió- a través de los materiales. Usamos las rayas porque es el material tradicional con el que se fabrican los colchones en Medellín. Durante toda la vida fueron hechos con esta misma tela y rellenos de paja. Y cuando entramos al Centro de Memoria Histórica para buscar esos bancos de imágenes periodísticas de los desplazados, nos fijamos que muchos de ellos llevaban su colchón. Como “No sé dónde voy a dormir esta noche, pero hoy voy a irme al menos con un recuerdo de lo que era mi casa” y empezamos a ver la tela del colchón y la tela porque ya no se fabricaba. Y asimismo, contamos la historia de nuestro país, pero un poco de lo que vimos en África, como el benzé, aves africanas que buscan refugio en Europa y vuelan por 11 meses y empezamos a trasladarlas en prints, que se vieran las migraciones.

Todo es lleno de pájaros que se van, porque los pájaros van a eso, en búsqueda de oportunidades. Los grabados en los fieltros sacados de las baldosas de las casas que encontrábamos abandonadas. Hicimos una convocatoria para buscarlas y fue hermoso. Alguien que trabaja una compañía que maneja muchos conductores que van a todos los territorios que producen leche, nos ayudó con la convocatoria, en la que pedimos que nos enviaran todas las fotos de casas abandonadas que pudieran. Y así comenzaron a llegar al WhatsApp. Encontramos esas texturas de paredes, baldosas, vestigio de lugares que quedaron olvidados y extraímos objetos de esos espacios. El video también lo hicimos en una casa abandonada y allí uno siente que esos espacios que tuvieron como tanta vida y ya no están.

 

Propuestas relacionadas con la guerra y el exilio

Disarming Design (Palestina, Bélgica)

Fue fundada en 2012 por Annelys de Vet, de Holanda. A través de la moda y de productos contemporáneos, le muestran al mundo las narrativas sobre el conflicto Palestino. La artesanía y lo pop, así como lo irónico (en un producto hay hasta drones bordados) se trata de mostrar cómo es la realidad en la Franja de Gaza. Los productos se venden a través de la web y la iniciativa está apoyada por varias organizaciones palestinas.

Paloma & Angostura (Colombia)

La marca fue fundada en 2015 por Pablo Restrepo. Se caracteriza por vender prendas básicas en cuya elaboración hay desmovilizados de la guerrilla (FARC) y las antiguas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Sus productos se encuentran en la web.

Hussein Chalayan (Turquía, Chipre)

Uno de los diseñadores más controvertidos por su fuerte postura política. Es ya parte de la Historia de la Moda su colección llamada “After Words”, donde se valió de la arquitectura  para contar a través de los vestidos convertidos en muebles cómo se vivía el desarraigo. En ese momento dijo: “Quería hacer pensar a la gente cómo lograr que los desplazados de la guerra no tuvieran que dejar sus pertenencias, salir huyendo sin nada, creé entonces una manera de llevarse la casa puesta, de hacer de mi cuerpo mi casa”.

Julia Varaschin Webber (Brasil)

La diseñadora brasileña – de origen italiano- presentó su colección en Inspiramais 2018 basada en la historia de inmigración italiana hacia este país, que se dio desde 1870 hasta 1920 y que propició el cómo se encontraba la nación europea luego de los conflictos de su unificación. Para esto trabajó con lino y con formas inspiradas en los dobleces del origami, siendo el papel el elemento conductor de su colección. “El papel es la identidad y medio de comunicación. Es común en todos y en papel es donde nos conectamos con cosas más reales y materiales. El papel hizo parte de la propaganda para migrar, también de los documentos de identidad y de las cartas enviada a los que están lejos”, explicó a Metro desde Sao Paulo.

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