Equidad de género

Perturbador informe reveló casos de abuso sexual a más de mil niños por parte de curas en Pensilvania

Se reveló el contenido de un reporte, realizado en el transcurso de dos años, donde en casi novecientas páginas se cuenta sobre el abuso sexual a niños perpetrado por varios curas pertenecientes a la iglesia católica en Pensilvania, cosa que habría sucedido por más de sesenta años.

En el informe se indica que hay más de dos mil víctimas y puede que haya miles más de las cuales se desconocen sus casos.

El periódico The New York Times publicó algunos extractos sobre el polémico informe. Entre sus descubrimientos resaltan fragmentos como este: “Un sacerdote reconoció abusar de niños, pero negó los reportes de dos niñas que lo acusaron: “No tienen pene”, explicó. Otro sacerdote, ante la pregunta de si había abusado de sus feligreses, respondió de manera evasiva: “Con mi historial”, dijo, “todo es posible”. Y otro sacerdote al final decidió renunciar después de años de haber enfrentado denuncias, pero pidió —y recibió— una carta de recomendación para su siguiente trabajo, en Disney World”.

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Otro resalta “Lo que podemos decir es que, pese a algunas reformas institucionales, los líderes individuales de la Iglesia han eludido la rendición de cuentas pública. Los sacerdotes estaban violando a niños y niñas pequeños, y los hombres de Dios que eran responsables de ellos no solo no hicieron nada, sino que lo escondieron todo. Durante décadas. Monseñores, obispos auxiliares, obispos, arzobispos, cardenales fueron en gran parte protegidos; muchos, incluyendo a los que son nombrados en este reporte, recibieron ascensos. Hasta que eso cambie, creemos que es demasiado pronto para cerrar el libro sobre el escándalo de abuso sexual de la Iglesia católica”.

Con frecuencia, se dice en el informe, estas figuras eclesiásticas simpatizaban con los perpetradores, y no con sus víctimas “[…] Enfatizó el alto costo de un encarcelamiento. En otro caso, un sacerdote violó a una niña; la embarazó y organizó que abortara. Un obispo escribió su sentir en una carta: “Este es un momento muy difícil en tu vida y me doy cuenta de lo mal que te sientes. Yo también comparto tu pesar”. Sin embargo, esa carta no iba dirigida a la menor violada, sino al religioso que la violó”.

Uno de los casos más sonados involucra al reverendo Edward Graff, quien fue sacerdote por 45 años y violó a decenas de menores.

“El 28 de junio de 2003, una segunda víctima identificada escribió una declaración en la que detalló el abuso sexual al que lo sometió Graff. Esta segunda víctima identificada indicó que el abuso sucedió en la vicaría de la escuela primaria Holy Guardian Angels cuando la segunda víctima cursaba el séptimo año escolar. La víctima describió las técnicas de insinuación de Graff: después de un periodo de engatusamiento, Graff hizo que se quitara los pantalones y que se sentara. Graff después toqueteó el pene de la víctima mientras Graff se masturbaba. De acuerdo con la segunda víctima, cuando cuestionó a Graff sobre el abuso este respondió que estaba “Ok” porque él era “un instrumento de Dios”. La segunda víctima dijo que hubo más abusos durante los siguientes seis meses, cuando Graff lo hacía ir a su habitación, donde Graff se masturbaba y masturbaba a la víctima. La segunda víctima identificada cree que un amigo suyo y otros niños también fueron abusados durante el mismo periodo”.

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