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Día del padre: no más papás de fines de semana

Antes del 2013, la ley entregaba automáticamente la tuición a las madres en caso de separación. Hoy, gracias a la Ley de Tuición Compartida, es posible que ambos progenitores lleguen a un acuerdo de cuidados que les permita estar igualmente presentes, generando avances en la repartición justa de tareas e importantes beneficios en niñas y niños.

Hace algunos años hubiera sido un escándalo: la actriz Loreto Aravena se encontraba promocionando la tercera temporada de Soltera otra vez en Diana, el programa de Diana Bolocco, cuando en medio de la conversación, se refirió a su maternidad, explicando que a veces extraña a su pequeña hija Ema. ¿Por qué? Desde que se divorció, con su pareja se dividen de manera equitativa las tareas de cuidado. Es decir, tienen lo que se conoce como un régimen de tuición compartida.

Loreto Aravena y otros padres que han optado por este tipo de crianza, nos contaron su experiencia ante una opción de vida que avanza cada día con más fuerza. ¿Beneficios? Contribuye a la corresponsabilidad, facilita el vínculo con ambos progenitores y disminuye la carga que por años han llevado las mujeres.

Cuando se separó, Gonzalo Muñoz, actor y locutor radial, veía a su hijo Benjamín todos los días. “La idea de verlo fin de semana por medio me parecía terrible”, cuenta. Por eso, él y Francisca, su ex pareja y también actriz, decidieron que siempre iban a velar por lo mejor para el niño. Así, hace 13 años y antes de que se transformara en una suerte de tendencia, comenzaron a implementar una tuición compartida adaptable a sus necesidades.

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“Todo lo que tiene que ver con Benjamín pasa por una cosa súper potente que se llama diálogo. Vivimos todas las etapas: escuchar, evaluar, decidir y actuar”, detalla Gonzalo. Gracias a ese proceso, organizaron de manera armónica sus variables horarios laborales evitando coincidir en ensayos y funciones. Para él, la clave ha sido mantener una muy buena relación entre ellos, donde lo primordial es el bienestar de su hijo.

Un punto importante es conversar claramente las pautas y los acuerdos que guiarán la crianza. En el caso de Loreto Aravena, eso se fijó desde el primer día, estableciendo qué días a la semana pasa con cada uno, incluyendo uno donde arman panoramas para los tres, además de respetar horarios y la creación de hábitos saludables. También establecieron un fin de semana completo al mes con cada uno, donde pueden aprovechar de salir de Santiago o hacer panoramas más extensos, las vacaciones también se dividen y las fiestas se turnan. Este sistema era el que más se acomodaba a su situación, pero puede variar según la necesidad de cada familia.

“Llegamos a esa opción porque nos divorciamos estando Ema muy pequeñita y el papá quería verla tanto tiempo como fuese posible. Al principio me costó tomar la decisión, porque no quería estar sólo la mitad del tiempo con mi hija, pero después de mucha reflexión entendimos que lo mejor era que ella pasara tanto tiempo con su mamá como con su papá”, revela la actriz, enfatizando que para ella lo más importante es la certeza de que ambos tienen mucho amor y cuidado que entregar.

Para Pamela Soto, sicóloga, terapeuta familiar y académica de la Universidad Andrés Bello, tan importante como las pautas comunes, es comprender que existen diversas formas de criar: “Cuando uno se separa hay una distancia con la ex pareja. Los hijos no tienen por qué padecer esa diferencia, pueden nutrirse de ella. La repartición justa de roles no tiene que ver sólo con lo que puede decir un juez, tiene que partir porque uno entienda qué es bueno para el niño o niña”, enfatiza la especialista.

 

Respeto y diálogo

Hace un par de décadas la sola idea de involucrar en igual medida a padres y madres en la crianza sonaba utópica. Hoy la corresponsabilidad está cada vez más presente, dejando en claro que no hay excusas para no repartir equitativamente los cuidados.

“Hemos ido avanzando a un cuidado compartido entre los padres”, comenta Soto, apuntando especialmente a las parejas jóvenes que se separan, y optan con cada vez más frecuencia por este tipo de regímenes. Para ella, la tuición compartida debería ser la prioridad a la hora de ver el cuidado. “Es súper importante resguardar que los niños y las niñas tengan un vínculo con ambos padres. Que no sea sólo una relación de verse, como con los regímenes de visita. Es una relación donde se espera que haya una comunicación directa y regular, donde ambos padres se responsabilicen y hagan cargo del bienestar del niño”, explica.

Más allá de lo recomendable que pueda ser la tuición compartida, es necesario analizar cada caso en particular.

Abandonar el juicio social

Ya sea diaria, semanal, quincenal o mensual, la tuición compartida es una opción que puede transformar la forma en que se vive la crianza hoy. Por un lado, plantea que ambos progenitores –más allá de las posibilidades físicas, como amamantar– tienen igual responsabilidad y capacidad para cuidar, abriéndole a los hombres las puertas de la crianza responsable. Por otro lado, permite equilibrar los roles, dejando de adjudicar a la mujer la responsabilidad principal dentro de la crianza.

Loreto Aravena recomienda dejar de lado las diferencias de pareja y tratar de tener una crianza lo más equitativa posible. Sin embargo, su proceso no ha estado exento de reproches y opiniones que no han sido pedidas. “Lejos lo que más me ha costado en todo este proceso es el juicio social. Mucha gente me ha cuestionado porque cree que para ser papá basta un fin de semana por medio y no es así”.

Si bien en un principio extrañaba mucho pasar todos los días con Ema, hoy aprovecha de avanzar en sus actividades, para poder dedicarle tiempo de calidad cuando están juntas. Además, es enfática en reconocer que esto es algo ideal a lo que, probablemente, no todas las mujeres pueden acceder al no contar con el apoyo ni la voluntad de sus ex parejas.

Según la primera “Radiografía de la mamá chilena”, realizada por Adimark en conjunto con una multitienda, el 41% de las mujeres se siente presionada a ser una madre perfecta; mientras que la mitad se siente juzgada por su forma de criar. ”Estamos asistiendo a un momento histórico”, plantea la sicóloga Pamela Soto, refiriéndose a las exigencias de las mujeres por un trato igualitario. La entrada de padres que busquen ejercer su rol desde la corresponsabilidad, contribuiría a la felicidad de hijas e hijos y también a que la presión sobre las madres disminuya.

Para que este cambio sea efectivo es necesario que los discursos comiencen a cambiar. La evidencia científica demuestra que los hombres pueden ejercer una paternidad responsable, haciéndose cargo de absolutamente todas las tareas. Ahora es necesario que eso se traspase a espacios como los juzgados. “Los tribunales son performativos, eso quiere decir que las órdenes que ahí se dan refuerzan conductas. Si en los juicios se sigue diciendo que es la madre la encargada de cuidar, se establecen ideas sexistas, planteándola como única responsable”, concluye Soto.

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