España vive sometida al escándalo desde hace varias semanas luego de que la Audiencia de Navarra condenara a cinco miembros de La Manada a nueve años de prisión por “abuso sexual”, aunque la demanda que afrontaban era por violación. El debate legal no se ha hecho esperar y ha nacido una nueva propuesta que plantea el delito de “atentado sexual”.
Una joven de 21 años fue víctima del abuso de cinco jóvenes de Sevilla durante los Sanfermines del año 2016 en Pamplona. Dos años después ve como sus agresores son castigados con la ley, pero no como ella ni sus abogados lo deseaban. El delito no fue considerado como una violación, sino como un abuso, lo que redujo la condena de 23 a nueve años.
Más allá del debate moral y de cómo afronta la víctima de La Manada estos duros días, ha tomado importancia asuntos netamente legales que vislumbran la necesidad de reformular algunas leyes en España, entre ellas las que regulan los temas sexuales.
Adela Asúa, catedrática de Derecho Penal de la Universidad del País Vasco y ex vicepresidenta del Tribunal Constitucional, ha concedido una entrevista a El País para hablar sobre los asuntos legales que rodean el caso de La Manada, que podría ser un parteaguas en material de leyes.
La jurista propone tomar como referencia la forma cómo Italia contempla los delitos sexuales, que se fundamenta básicamente en la falta de consentimiento sin necesidad de indagar si hubo fuerza o intimidación.
Asúa propone plantear “un único delito de atentado contra la libertad sexual definido como cualquier acto sexual no consentido. A partir de ahí se pueden establecer agravantes: si ha habido acceso carnal o no, si ha habido violencia, prevalimiento de situación se superioridad”.
La catedrática critica que los eufemismos o palabras como “abuso”, “violación”, “agresión” se conviertan en puntos de socaven la tranquilidad de la víctima y relajen la conducta del agresor.
La palabra “violación” ha sido debatida durante años por los juristas por sus implicaciones emocionales y legales, pero Asúa propone evitarla y no abrir más dilemas en torno a ella. Propone una misma denominación para lo que hoy son agresiones y abusos sexuales, legalmente hablando: el “atentado”.
“Se podría usar ‘atentado sexual’, por ejemplo. Creo que es lo más correcto técnicamente, deja atrás reminiscencias del pasado y pone el acento en lo realmente importante: que alguien ha llevado a cabo actos sexuales sobre otra persona sin su consentimiento. Eso es lo central”, argumenta.